LA LUZ DEL ALMA – Ep. 9: «Tiempos de esperanza»

Joselin Narea


«¡Abramos las ventanas de nuestro Corazón y mostremos por ellas la Luz de la Esperanza!»

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Amigos míos:

Viene a mi memoria un trabajo publicado en esta misma casa por Pamela Kribbe  y titulado “El Centro del Sol”…

¡Qué luminosa visión nos hace percibir  Jeshua acerca de una pura esfera de “Luz Blanca”… y cómo orienta la imaginación de nuestro Corazón hacia esa realidad que… como Almas… en lo más íntimo de la naturaleza Solar constituye nuestro verdadero Hogar…

¡Qué  gratas Sus palabras en estos días en los que estamos necesitados de toda la Luz de los Mundos Internos!… y ¡que Sabiduría la que… como expresión del Alma Crística… abre la espita de nuestra esperanza en ellos!…

Pues bien… ¡Abramos las ventanas de esa Esfera!…  Abramos las ventanas de nuestro Corazón y mostremos por ellas la Luz de la Esperanza que todos y cada hombre y mujer  tiene depositada… digamos…  de serie… en su naturaleza…

¡Abramos nuestros sentidos a su Luz con la misma confianza con la que un guerrero experimentado se aferra a su espada!…

¡Y dejemos que a través de ellos se inunde nuestro mundo  del canto a la esperanza que… con acento propio… tan solo desde lo más profundo en nosotros mismos puede ser proclamado…

¡Abramos pues nuestra mirada a la esperanza!… ¡Que se borre la  visión falsa de  un decorado que muchas veces no es el nuestro!…

¡Abramos nuestra mirada al reconocimiento de que pase quien pase por nuestro lado… ¡sea quien sea!… y aunque sus ojos  rehúyan  los nuestros… sepamos interpretar que es el miedo  atenazante  el que los cierra…

¡Que sí!… ¡Que tú mismo eres… asúmelo ya por favor… el Alma contemplando el mundo!… y deja que tu mirada sea la avanzada de la gloria de la Esfera de Luz que te envuelve¡…

¡Y mira… contempla como un niño se asombra cuando ve  todo por primera vez!…

¡Advierte la perfección en todo cuanto es puesto ante ti como una enseñanza en tu vida!…

Ama con tu mirada y que tus ojos sean… ¡las perlas que regalas al mundo!…

¡Y que es un nuevo tiempo el que llama a la puerta!… ¡Que llegó el momento de abrir esa puerta y que por ella entre  lo que tantas veces sus hijos e hijas han profetizado…  ¡Que entre el Alma de una Nueva Humanidad!…

¡Y abre tus oídos esperanzados a  Su canto!…

¡Que ese canto es el “ábrete sésamo” con el que el Alma de la Humanidad abre sus puertas a la Gran Luz!…

¡Óyelo con el mismo interés con el que el actor atiende el texto que el apuntador… casi con voz de silencio…  le hace llegar en un bisbiseo de discreción!…

¡Oye el canto de esperanza con la misma alegría con la que se escucha… por primera vez…  un “mamá”… un “papá”…  en los tiernos labios de un niño!…

Que los hijos del ruido tan solo saben “oír”… pero escuchar… ¡ahhh, escuchar!… ¡que silencio precisa toda escucha!… ¡ y como se abre el Corazón a lo escuchado!…

Amigo mío… óyete a ti mismo… ¡es tanta la experiencia que se acumula en el pentagrama de tu vida que bien merece que  escuches tu propia nota… y que tu Corazón sea el clarín que advierta al mundo de tu presencia!…

Y… ¡advierte!… ¿No se percibe el aroma de la esperanza?… ¿Acaso no comienza a ser distinguido el olor de lo que se hace creer como necesario y la fragancia del triunfo al haber prescindido de ello?…

¡Sal cuando te sea posible al campo!… ¡y oler la vida no contaminada!… ¡y oler el aire!… Que sí, que la publicidad dice que el aire huele a nada… pero… vayamos más allá… ¿no será que oliendo la nada… es como se percibe la presencia del TODO?…

¡Y goza del aroma de la amistad!… ¡Advierte la presencia de la pureza y que ella sea como la fragancia que regala a su madre un niño recién bañado!… ¿No es como para comérselo?… ¡Ahhh, claro que sí!… ¡Cuánta esperanza en los ojos de esa madre!…

¡Y sí… olfatea la esperanza de una nueva Humanidad!…

¡Y sienta tu esperanza en la mesa de la fraternidad!… ¡Que el Gran Rey nos aguarda en ella!…

¡Y que se sirvan los platos que la Gran Madre… nuestra Madre Gaia… cocina para todos!…

¡Ahhh, que sabores!… y que el cáliz del buen vino se alce en honor de la Belleza que aguarda ser saboreada…

¡Que ya basta de comer restos de una “verdad” siempre ocultada!…

¡Que son muchos los miles de años mendigando a las puertas de un comedor al que la ignorancia nos ha negado la entrada!…

Que como en la parábola del “Hijo prodigo”… cuando el padre… alborozado… advierte la llegada de su hijo y exclama…

“¡Pronto!… traed la mejor ropa y vestidlo, y poned un anillo en su mano y sandalias en los pies”…

Amigos todos… ¡alcemos pues nuestra copa de un vacío esperanzado por el albor que ya se advierte en el horizonte!…  ¡Alcémoslas todos a la vez y que se llenen de Luz!…

¡Que levante su copa el Parsifal que aguarda en nuestro Corazón!…

¡Ahhh, que brindis!…

¡Cuánta gloria aguarda a la Humanidad!…

¡Y que sensibilidad!… ¡Que esperanza jamás perdida de gozar la prometida “Edad de Oro”…

¡Que suave deslizar tus manos por la sutilidad del agua de tus más elevados sentimientos!…

¡Que proporción y delicadeza al medir tu relación con la Vida!…

¡Que adaptabilidad para ajustar tus pasos a los pasos de los otros hombres y mujeres… y comprender las carencias con las que todos nos expresamos!…

Amigos todos… ¡Que el Amor sutilice nuestro tacto y que el roce de nuestra vida con otras vidas sea un roce compartido de Vida!…

¡Que un apretón de manos sea una promesa cierta de cumplimiento!…

¡Y que esperanza saber que esas manos que antaño se alzaban para herir… ahora desean alzarse para bendecir!…

Amigo, amiga mía… esperanzados porque todos tenemos la sensación de que han llegado los tiempos de Luz y esperanza… ¡Que no tendría sentido que tantos hombres y mujeres estuvieran   equivocados¡…

¡Ay, amigos!… ¿somos benditos locos que siempre permanecen a la espera?…

¿Somos depositarios de un mensaje grabado y traído de allí,  de dónde todos venimos?…

¡Ahhh, y nuestro gran problema!…  ¡siempre el gran problema!… es encontrar la clave para descifrar el código sagrado  del alma de las cosas…

Pero siempre…  siempre esperanzados como trabajadores de Luz… afanados en la buena siembra por los surcos de la Vida…

Y mira… ¡tranquilo!… que aunque en ocasiones tu Alma parezca haberse ido de vacaciones… que parezca haberte olvidado y necesites… más que nunca…  sentir su amor y presencia en esos áridos días de soledad…  días en los que sientes un terrible vacío y sufrimiento… aun a pesar de ello… es Ella la que alienta el menor latido de tu corazón y de tus sentimientos…  Que siempre vela… ¿Como puede tu alma… madre atenta…  permanecer ajena a tus cosas y descuidada a Su propia experiencia en la Vida a través de ti?…

¡Y que gozo cuando sientes renovada su presencia en tu  Corazón!… ¡que fugaz e intenso nuevo instante en tu vida!…

¿Qué momento cuando fijas tu mirada en una florecita y parece como si el mismo Dios mostrara uno de sus mejores vestidos a tu alcance!…

¡Y como tus palabras fluyen más cálidas!… tu sonrisa más generosa… tu mirada más inocente… y tu Corazón se hace abarcante y orienta tus mejores pasos…

Y cómo las “pequeñas cosas” de tu vida adquieren un inesperado esplendor… o te sumerges en esa mágica   sensación de “aquí y ahora” que, por un momento, descorre las cortinas del tiempo para ti…

Y siendo así… ¿No eres, acaso,  la viva expresión de tu alma?

¿Y cuando te sientes mirada por Ella… ¿no te percibes como un niño en el aula de la Vida?…

¿No has observado que la mirada cálida que diriges a todos los hijos e hijas de la Vida que te acompañan… sean del reino que sean… tarde o temprano es respondida por la calidez de otra mirada… por los aromas, formas  y colores con los que Ella premia tu estudio en Su aula… ¡Qué gran Maestra!…

Y siente que eres como un píxel de Luz en el lienzo cósmico donde se refleja su propia Imagen… y que tú eres ese bendito píxel… y  siente que eres la viva imagen de ese “Todo” que definimos como Dios y que tú… sí… ¡precisamente tú!… encarnas la expresión de su divina Humanidad…

Y una reflexión… ¿No eres acaso el exacto resultado de tus tiempos y experiencias?… ¿No será… querida amiga, amigo…  que tan único eres en el universo?… ¿Que es imposible que no seas sino lo que eres?…

Y permítetelo… te lo mereces… ámate y considérate en la mucha Luz que eres y  ¡alúmbrate de Ella!

Y tal como “arriba es abajo”…. ¿No sientes que tu más elevado anhelo… tus sentimientos… que el impulso de tu vida está siempre encaminado a retornar al Hogar?… ¿No sientes que el “Hijo Pródigo” que ansía retornar a la Casa del Padre… eres tú?

Siendo así… amigos míos…  ¡Que “tiempos de esperanza” para  apreciar las cosas sencillas de la Vida y que abren el secreto de las grandes!…

Más que nunca y desde el Corazón…

Juan

JUAN A. SÁNCHEZ DE LEÓN

www.lasendadefuego.com/

FUENTE: https://mivozestuvoz.web/2021/10/18/la-luz-del-alma-ep-9-tiempos-de-esperanza/

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