La magia de la Vida, por Alberto Agraso

Rosa (Editora)

La magia de la Vida hermandadblanca.org

La magia de la Vida

Por Alberto Agraso

No creo en la suerte. Tampoco creo en poderes externos que controlen nuestra vida más allá de nosotros mismos. Creo en el Amor, creo en la magia, creo en la evolución personal.

Creo en el Amor porque he descubierto que ese es, sin duda, el mayor tesoro de toda nuestra existencia. Y creo en la magia porque mis propias experiencias, y lo que mi corazón me ha susurrado a lo largo de mi camino, me han llevado a conocerla. Me han llevado a vislumbrar el mágico misterio de la Vida, su profundo sentido, su maravillosa mecánica, su inconcebible sabiduría, su desbordante belleza, su inagotable abundancia. Me han llevado a percibir los pequeños milagros, las sincronicidades, las señales,  la ley de atracción (o como queramos llamarlo) e incluso a nuestros amigos y guías invisibles. Pero, por encima de todo, me han llevado a apreciar ese elevado significado, ese propósito superior, para todo lo que ocurre que presentimos que existe.

En mi camino de crecimiento personal hace tiempo que decidí usar mi vida y mis habilidades para colaborar con ese propósito, para traer más luz a mi conciencia y  a la conciencia del mundo. No porque pensara que este lo necesita, ni que por que crea que esté en peligro o que algo terrible vaya a suceder si no lo hago. Sino, simplemente, por amor, por mi propia dicha y la de los que me rodean.  Porque  creo que puedo hacerlo, como todos y cada uno de nosotros podemos.  Porque no se me ocurre algo mejor a lo que pueda dedicar mi tiempo.

Y la Vida en respuesta me ha colmado de bendiciones o, mejor dicho, me ha abierto los ojos para que sea capaz de admirarlas, y poder así disfrutarlas.  Me ha enseñado a trabajar por amor y no por temor, a estar atento y presente, a dirigir mis pensamientos y emociones en vez de dejarme arrastrar por ellos. A abrirme a comprender más que a juzgar, a descubrir más que a condenar, a fluir más que a luchar.

Por esta razón comparto mi optimismo, por esta razón comparto la magia en la que creo, la que he vivido y experimentado. Intento recordarla en todo momento, no olvidarla jamás. Porque sé que ella me llevará allá donde quiero ir, si confío, si tengo paciencia, si cultivo la esperanza, si elevo mi mirada y no dejo que las ilusiones externas me hundan con ellas.

No siempre lo consigo, pero eso tampoco me preocupa demasiado.

Al fin y al cabo nuestro verdadero destino nunca fue nada de lo que este mundo material puede ofrecernos, sino la verdadera meta que siempre pretendimos alcanzar desde aquel lugar desde donde decidimos una vez venir, y al que todos más tarde o más temprano regresamos.

La suerte no existe. Existe un propósito para todo lo que ocurre, una causa que busca un efecto. Y ese propósito, esa causa y ese efecto, comparten un mismo fundamento, el Amor. Un Amor con mayúsculas que engloba a todos sus derivados: libertad, crecimiento, autoconocimiento, felicidad…

Ese mismo Amor que os envío ahora mismo desde lo más profundo de mi ser.

 

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Alberto Agraso y Mony Dojeiji se conocieron en el 2001 y emprendieron juntos un camino por la paz desde Roma a Jerusalén en el que recorrieron 5000 km a pie atravesando 13 países durante 13 meses.  Podéis descubrir más sobre su aventura interior en su página web www.walkingforpeace.com

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