La niña de las estrellas.
Cuando era niña disfrutaba mucho viajar, era muy sencillo ponerme los audífonos para escuchar mi música preferida de ese tiempo, luego si tocaba viaje por las noches era fabuloso pues se podía jugar con la idea de ir en una especie de nave espacial con todas las estrellas que podían apreciarse en la carretera.
Contemplar la inmensidad impone, observar el cielo nocturno estando el cuerpo en movimiento a una velocidad considerable me podía ayudar a experimentar ese sentir acerca de que hay algo más en esto que parece realidad.
Con este tipo de momentos fue como inicie un gusto por perderme o buscarme no estoy segura, pero se siente como si la vida pudiera vivirse como un sueño donde las ideas y emociones pueden ser los pinceles de los colores que llego a percibir.
Así que a mis 7 años de edad aprendí técnicas para evadir lo que estuviera sucediendo, o no darme cuenta de cosas evidentes, una vez que tocas la inmensidad es difícil regresar al molde de lo normal, como probar el más dulce de los sabores y querer seguir degustándolo.
Pero bueno entre mis técnicas para escapar de lo real, la imaginación llego a ser una gran compañera.
Me convertí sin proponérmelo en escapista profesional, por todas las cosas que no me gustan, por todo lo que no entiendo o por lo que me gustaría que fuera diferente, si de alguna manera podía controlar lo que creía que veía o manipularlo para ver solo una parte.
después de todo ¿qué es real?
La cuestión es que eso de querer vivir solo en la inmensidad de las estrellas me tuvo un tiempo con ceguera, de esa que idealiza gente y situaciones por consiguiente no te permite disfrutar lo perfecto de la imperfección de las relaciones humanas.
Para mí fue también esa idea de separación que se quedó como sembrada cuando alguien lastimo a un ser que amo, una situación del tipo dolorosa que prefieres no saber nada al respecto.
Transcurrió algo de tiempo para poder descubrir que es solo la mente que no sabe reaccionar ante estos elementos Amor y Dolor, en mi caso la primera reacción es evadirlos.
Es muy práctico hacer como que no pasa nada, pero llega en un momento en que todas las emociones no vividas te alcanzan y te paralizan.
Me encontraba yo en una reunión de compañeros de la preparatoria, la sorpresa de que un grupo de personas tuviera una manifestación de amor tan bonita preparada en una fiesta de cumpleaños para mí, me dejo literal sin aliento, según recuerdo me desvanecí por unos minutos, no paso de un ligero susto ya luego estuvimos disfrutando.
Paradójicamente tal vez eso fue uno de los primeros llamados a aterrizar, por evadir había bloqueado mucha sensibilidad tanto que había olvidado como era sentirse querido por alguien que no es tu familia.
¡Si carajo¡ Si uno pasa mucho tiempo en la mente olvida como se experimenta y vive el amor, cuando este aparece algunas veces puede lucir como descargas eléctricas.
Así que mi cuerpo me fue jugando por periodos especie de bromas y recordatorios que los doctores llaman epilepsia.
Mucho tiempo me negué siquiera a pronunciar esta palabra, sobre todo me molestaba la parte de que alguien más me diga cómo debo vivir. Pero siempre estuve buscando estar en equilibrio, sanación.
Afortunadamente las técnicas para lidiar con mi mente evolucionaron, me encontré con la ascensión de los ishayas, entre muchas otras cosas me ayudo a aceptar las cosas tal como son, estar presente en el aquí y ahora.
Sobre todo vivo muy agradecida de poder vivir en plenitud, por supuesto sigo enamorada de la inmensidad.
Por Michel
ilustraciones @ishaniartgallery
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Ishianis! Ishani Ishaya dije…. estas acuarelas son de Ishani! que bonito todo.
Chiiiiii!!! Son mías jaja. Gracias Valeria!!!