Libertad y educación en la perspectiva de Krishnamurti. 2° Parte: La relación de la libertad con la educación
Ahora que hemos discutido algunos de los aspectos más importantes de lo que la libertad no es, con respecto a la educación, podemos comenzar a analizar la relación de la libertad con la educación.
Para empezar, es necesario aclarar que Krishnamurti (y, presumo, la mayoría de los lectores de este artículo) no está interesado solamente en la educación sobre la libertad. Una persona puede estar en la situación menos libre (como en una comunidad condicionada al islam fundamentalista dentro de un campo de concentración fascista, por poner un absurdo ejemplo) y aun así obtener lecciones sobre la libertad. Cuando Krishnamurti y la mayoría de los educadores holísticos dicen que están interesados en que las personas conozcan sobre la libertad, están diciendo que las personas deberían hacer algo más que aprender sobre ella; aprender de ella.
De esta cuestión, necesariamente surge la interrogante ¿Qué significa conocer algo como la libertad? ¿Es lo mismo que saber, por ejemplo, los nombres de los planetas?
Si conocer la libertad no es lo mismo que saber los nombres de los planetas, ¿Cuál es la diferencia? Para mantener esto lo más simple posible, simplemente podemos decir que puede argumentarse que existen categorías de las cosas (cosas como el amor, la responsabilidad, el coraje, o incluso cómo montar una bicicleta). Cuyo entendimiento requiere un excepcional componente adicional. Ya que dichas cosas no son accesibles a través de conceptos, abstracciones o representaciones solas. Este es el tipo de aprendizaje del que hablaban Carl Rogers y Abraham Maslow cuando hablaban de “aprendizaje intrínseco”. Distinguiéndolo del “aprendizaje extrínseco”.
Ellos interpretaban el aprendizaje extrínseco como una acumulación de asociaciones impersonales o de información (necesaria para aprender algunas cosas, como los nombres de los planetas). Mientras que el aprendizaje intrínseco era para ellos una internalización muy personal de información o eventos (necesarios para aprender ciertas cosas como la responsabilidad, la libertad o cómo manejar una bicicleta). Cuando observamos estos dos tipos tan distintos de conocimiento, emerge necesariamente una duda ¿Para qué es la educación? Si la educación es principalmente para la acumulación de información y la adquisición de grados, la educación extrínseca es suficiente.
Krishnamurti insistía, sin embargo, en que la educación debería estar enfocada a cultivar al ser humano en su totalidad.
Hemos puesto demasiado énfasis en la examinación y en sacar buenas notas. Este no es el propósito principal de las escuelas que él fundó. Krishnamurti continuó diciendo que con este énfasis erróneo en obtener grados, “la libertad de florecer se marchitaría gradualmente”.
Para Krishnamurti, “cultivar al ser humano en su totalidad” y “el florecimiento” requerían lo que el continuamente llamaba “el despertar de la inteligencia”. Esto se refiere a la capacidad de descubrir la verdad, encontrar significado y valores y vivir con una cierta “divinidad”. Regresaremos al tema de encontrar la verdad, significado, valores y divinidad un poco después. Pero estos conceptos necesitan ser introducidos aquí. Ya que muchos escritores (incluido Krishnamurti) insistieron que adquirir esas cualidades requiere más que aprendizaje extrínseco. Se requiere aprendizaje intrínseco.
De manera interesante, existe un número creciente de personas que opina que incluso para los relativamente simples objetivos de ganarse la vida y volverse un buen ciudadano es necesario el aprendizaje intrínseco. Esto genera preguntas acerca de cómo las personas se desarrollan, y cuál es la relación de la libertad con los procesos de desarrollo.
Necesitamos mencionar brevemente la vieja noción histórica de que la naturaleza es oscura, animalista, peligrosa, sexual, impulsiva y vil. Otro nombre del demonio, de hecho, era el de “el príncipe de este mundo”. Y lo que es sagrado se eleva por encima de la naturaleza. Es sobre natural.
Parte de esta noción es que los niños se encuentran más cerca de la naturaleza, hasta que sean corregidos por la religión y la sociedad. Y así como los animales, son inherentemente pecaminosos. Y sus impulsos deben ser contenidos hasta que estos niños se eleven por encima de su propia naturaleza. Esto ha justificado por años el quitarles la libertad y, con bastante brutalidad, salvarlos a ellos mismos de su ser más bajo. No vamos a argumentar en contra de estas nociones aquí porque nos parece que se sobre entiende su grado de atavismo. Además estas nociones no forman parte importante de la mayoría de las sociedades modernas. Bueno, sí, pero en una forma algo más atenuada. Además, serán dejadas a un lado por que asumimos que la mayoría de los lectores no piensan así.
Sin embargo, hay otra noción del desarrollo que está todavía más extendida. Y que es igual de prejudicial para cualquier intento de educar con libertad.
Esta noción del desarrollo viene de Platón. Y, de manera muy simplificada, sostiene que la mente se desarrolla de acuerdo al conocimiento que adquiere. De acuerdo con Platón, después de que un cierto número de conocimientos complejos son adquiridos por la mente del niño, la mente desarrolla la capacidad de abstraer con esos conocimientos.
Algunas clases de conocimiento son mejores para esto que otras. Platón expuso las virtudes de las matemáticas como un conocimiento particularmente bien adaptado a este proceso. Desarrollar la mejor mente se consigue haciendo que adquiera las varias formas de conocimiento adecuadas para formar abstracciones. Porque es a partir de las abstracciones que una persona encuentra la verdad.
De esto se puede deducir que el punto de un currículo es presentar dicho conocimiento en formas cada vez más elaboradas para conseguir una mente capaz de crear abstracciones que puedan ver la verdad.
En muchos enfoques de la educación moderna, se puede argumentar que esto es fundamental para el pensamiento. Para nuestros propósitos, sin embargo, lo importante es que la naturaleza de las personas se considera determinada por la naturaleza de su mente. Y la naturaleza de su mente se determina a partir de la cantidad de conocimiento que acumula. Contrario a esto, existe la noción de desarrollo propuesta por Rousseau. Misma que ha sido adoptada por muchas escuelas holísticas. Para Rousseau, la naturaleza de nuestras mentes está determinada principalmente por la naturaleza, no por el conocimiento. Él sostuvo que tenemos tres fuentes principales de desarrollo o educación. La naturaleza. El hombre y las cosas. El desarrollo interno de nuestras facultades y nuestros órganos es la educación de la naturaleza.
El uso que nos dicen que hagamos de este desarrollo es la educación de los hombres. Y lo que adquirimos de nuestra propia experiencia sobre los objetos que nos afectan es la educación de las cosas.
La educación que viene de la naturaleza está más allá del control de las personas. “y la que viene de las cosas está en nuestro control sólo en ciertos aspectos”. Así que sólo la educación que viene del hombre puede ser completamente determinada por el maestro. Si las tres fuentes de educación están en armonía –Cosa que Rousseau consideraba necesario para el desarrollo armonioso de las personas- entonces tendrían que seguir el desarrollo de la naturaleza porque es el único más allá de nuestro control.
Esto significa que los maestros deben de poner atención a cada niño de manera individual. Y dar lecciones que estén en conformidad a su idiosincrasia y su desarrollo natural. Una tarea superior del maestro es mirar y aprender del niño siempre cambiante. Y sobre todo, no interferir con la naturaleza del niño.
Porque es un reflejo sagrado de su ser. De acuerdo a la noción de Rousseau del desarrollo, la mente, como el cuerpo, va detrás de su natural e inherente proceso correcto de desarrollo.
Justo como lo que el cuerpo ingiere no determina la naturaleza del cuerpo (porque mientras esté relativamente sano sigue teniendo las partes normales de todos los cuerpos), así lo que la mente adquiere no determina su naturaleza. Esto es exactamente opuesto a la visión de Platón. En el modelo de desarrollo de Rousseau tenemos las primeras razones impulsoras para entender la necesidad de que los niños sean libres. Y no sólo que aprendan cosas.
A un niño se le debe dar el máximo de libertad posible. Para que pueda desarrollarse de acuerdo a su naturaleza. Y de esta manera el maestro pueda descubrir la naturaleza de su idiosincrasia. Y darle lecciones de acuerdo a ella.
Rousseau también estaba consciente de los problemas del condicionamiento que discutimos antes.Y para él, darle al niño la mayor cantidad de libertad, tampoco significaba darle todos los permisos.
Él equiparaba darle a un niño completa libertad con plantar un arbusto a la mitad de un camino y esperar que creciera de forma natural. La sociedad simplemente pasaría sobre él. Y lo destruiría. Por esta razón, Rousseau habló de darles a los niños una “libertad bien regulada”. O libertad que fuera real. No sólo un producto del condicionamiento. Pero los mantuviera seguros. Contrariamente a Platón, Rousseau sentía que un niño no está en peligro si aprende lo que le da la gana. Y aprende cuándo y cómo aprender. Aprender a aprender, o meta aprender, es justamente considerada la parte importante del conocimiento.
Sin embargo, usualmente este “aprender a aprender” se interpreta mal. Como “aprender a aprender” lo que el maestro quiere que el estudiante aprenda.
Esto puede ser, sin embargo, una violación de un aspecto fundamental de lo que significa realmente saber algo. Es decir, encontrar su propio significado.
Así como puede argumentarse que hay diferencias entre aprender algo y experimentar y aprender de abstracciones, también puede argumentarse que hay una gran diferencia entre ver el significado de algo, y que nos cuenten el significado de ese algo.
Es la diferencia entre el significado que se hace y el significado que se recibe. “Entender” ha sido una palabra frecuentemente descrita en términos de hacer conexiones y ver distinciones. Se dice que las personas inteligentes son las que ven las similaridades donde otros ven diferencias. Y que ven las diferencias donde otros ven sólo similaridades. En ambos casos, es la creatividad de sus actos lo que las distingue. Una persona mira o hace, no recibe ni acepta. Krishnamurti estaba constantemente implorándole a las personas que no simplemente aceptaran o estuvieran de acuerdo con lo que él decía. Lo importante era el acto de la búsqueda de uno mismo.
Es bastante evidente que una persona no puede aprender a ver por sí misma o a hacer sus propias conexiones si se le ha dicho exactamente dónde buscar y lo que debe hallar cuando mire allí.
Desgraciadamente, eso es exactamente lo que hace la educación moderna. Por lo general también existe una indicación muy clara de cuál es la tasa aceptable en que una persona debe absorber el material dado. Si la velocidad de absorción del estudiante es menor que la esperada, entonces el estudiante es etiquetado como débil. Y si su velocidad es mayor, entonces el estudiante es etiquetado como brillante. Sin embargo, en ningún momento se sugiere que cada estudiante tiene una tasa distinta de aprendizaje. Diferentes fuentes de material y distintas inclinaciones. Además nunca se sugiere que sea algo bueno para el estudiante descubrir su propio ritmo de aprendizaje.
Esto, independientemente del valor que las personas le atribuyan al meta aprendizaje. Lo que también es comúnmente pasado por alto es que el aprendizaje de una persona sobre lo que encuentra significativo y el ritmo de aprendizaje de esa persona para distintos tipos de material, puede ser un aspecto importante para que el estudiante aprenda algo sobre sí mismo. Probablemente la razón por la cual esto se ignora es que los objetivos de la educación moderna son distintos. Si la educación es para adquirir información, lo que la persona encuentre importante y el rango de su aprendizaje de distintos tipos de conocimiento es de poca importancia.
Sin embargo, si la educación considerara el auto conocimiento como un pilar central de sí misma, entonces estas dos cuestiones serían de gran importancia. De acuerdo a la larga lista de respetados analistas de la educación. Incluyendo a Rousseau. Pestalozzi. Froebel. Jung. Maslow. Rogers. El mismo Krishnamurti. El hecho de que una persona haga sus propias conexiones es fundamental. De esa manera las personas descubren sus intereses más profundos. Como consecuencia, descubren algo importante sobre sí mismas.
Probablemente, habrá un día un consenso general sobre el hecho de que es bueno para las personas tener la oportunidad de descubrir sus verdaderos intereses.
Es menos probable que se logre un consenso similar sobre la importancia de las personas construyendo sus propios significados. Ya que los significados individuales podrían estar en conflicto con los previamente establecidos.
En lo que será verdaderamente difícil que exista consenso es en el hecho de que, para descubrir intereses y significados, la libertad es necesaria. Y estas es una de las razones principales de que los autores previamente mencionados dieran tanta importancia a la libertad. Ellos sentían que si tu le dices a un niño “estas son las conexiones adecuadas que hacer para entender este tema.
Y esto es lo que realmente importa” estas diciéndole de manera simultánea “las conexiones distintas que hagas a esta, están mal”.
Y, si tú le dices a un niño “esto es importante. Esto es algo que debes aprender” le estás diciendo de manera simultánea “tus intereses que sean distintos a este no son tan importantes”. Esto nos lleva de vuelta a los orígenes de la palabra libertad. Que es donde comenzamos, y su relación con el amor. Krishnamurti, en una plática con niños en una de sus escuelas, dijo en 1954 que “el amor hacia algo por sí mismo, es libertad”.
No te pierdas la tercera parte de este interesante artículo.
TRADUCTOR: Kikio, redactora en la gran familia hermandadblanca.org
Para saber más:
Educación y libertad en la perspectiva de Krishnamurti. 1° Parte: Los impedimentos de la libertad
Las reflexiones de Krishnamurti sobre la educación como actividad religiosa (Primera parte)