Linda Savage – Sexo espiritual: amor extático más allá de lo físico

Diana Martinez

Once minutos. Ese es el tiempo estimado que muchas parejas duran haciendo el amor y algunas veces esto no incluye mucha diversión. Entre el 25% y 50% de las relaciones a largo plazo sufren de bajo deseo y es común que los cónyuges busquen otros escapes sexuales. Vivimos en un tiempo donde todos los roles maritales y reglas han cambiado y las antiguas soluciones no parecen estar funcionando.

Incluso con estos hechos, no soy del todo pesimista sobre la posibilidad de un amor sexual duradero, pero creo que estamos buscando en los lugares equivocados. No podemos exigir encuentros sexuales emocionantes y conectados, solo porque se está casado y «debería» estar teniendo mucho sexo satisfactorio, así no funciona. La realidad es que no tenemos idea de qué tan profundo y envolvente puede ser el sexo, porque estamos atrapados en el modelo sexual que llamo: “La Actuación Modelo: El Sexo Equivale a Penetración”. La meta del sexo es el orgasmo, y buen sexo es un virtuoso desempeño.

Tan reciente como cien años atrás, las mujeres pensaron ser incapaces de tener orgasmos y la intención del sexo era solamente para procrear. No es que todos aceptaran esto, pero todo en nuestra Cultura Occidental apoyaba la ignorancia sexual de las mujeres y fomentaba a los hombres usar el sexo de forma limitada. Ahora, se supone que las mujeres deben tener orgasmos a cada momento y los hombres deben durar toda la noche como perfectos atletas sexuales. Ésta es una receta para el desastre, que la invención del viagra no ha evitado.

Así que imagina vivir en una cultura donde el sexo fuese sagrado y no un pecado, y la sexualidad fuera vista como una expresión positiva de la fuerza de la vida. Esta perspectiva fue la norma en muchas culturas previas a los tiempos de Grecia y Roma, y dichas sociedades datan de hace 30.000 años. Incluso hace 3500 años, aquellos que vivieron en la isla de Creta veían el placer sexual como una maravillosa forma de conectarse con el espíritu, renovar la abundancia de la tierra, y unirse profundamente con otro. En esta cultura la sexualidad fue ampliamente entendida como una vía hacia el éxtasis espiritual.

La realidad es que la sexualidad y espiritualidad nunca estuvieron divididas hasta el primer milenio de la Era Común, cuando el rechazo del cuerpo se volvió popular en la teología de la época. Puede parecer indignante ver la sexualidad en términos tan elevados. Aunque, ya no tiene sentido negar la dimensión espiritual de nuestra sexualidad, como si tuviéramos “inferiores” necesidades físicas y funciones espirituales “superiores”, desconectadas del cuerpo.

Antes de que sigan leyendo, déjenme definir a qué me refiero por sexo espiritual: es una energía sexual que va más allá de la sensación física de placer y orgasmos genitales. No se limita solo a estimulación genital y la liberación de tensión a través de un rápido y simple orgasmo. Cuando el sexo espiritual es conscientemente practicado, hay una calidad de «atenciones», como el despertar aumentado y la consciencia expandida. La experiencia cósmica superior utilizando energía sexual crea estados de éxtasis. La esencia del sexo espiritual es aumentar el despertar, inspiración extraordinaria y un sentido de mezclarse con la fuerza de la vida.

Por amor a la simplicidad, yo he dividido el sexo espiritual en dos niveles: El primero es amor consciente, que es la energía sexual que genera intensos sentimientos de amor por la pareja. El resultado es una mayor conexión de pareja, reforzamiento del compromiso en una relación a largo plazo, fortaleciendo el vínculo. El segundo nivel es unión espiritual, la cual es la máxima expresión de la sexualidad. A menudo se recibe inspiración e iluminación que puede ser interpretado como guía divina o sencillamente como una experiencia de bendición pura. Estas trascendentales experiencias sexuales producen un sentido de unión con el origen de la energía y se pierden límites físicos durante el orgasmo. Esto suele describirse como “estar en el momento de felicidad ilimitada”. En muchas antiguas y modernas experiencias visionarias son descritas como un sentimiento de ser «bañado en luz pura». Esto es un orgasmo cósmico, la experiencia directa de uno mismo como energía pura, en unión con un origen divino. Este nivel de sexo espiritual puede ocurrir sin una pareja y sin ninguna estimulación física.

Muchos de ustedes conocen intuitivamente el enlace entre espiritualidad y sexualidad a través de experiencias directas. Una mujer, que llamaré Carrie, relató lo siguiente: “En el momento del orgasmo supe que estaba en una gran y dorada luz y me vi como una energía luminosa transparente. Observé siete puntos, parecidos a estrellas doradas girando, que se alineaban en mi cuerpo. Yo no sabía sobre los chakras en ese momento, pero después descubrí que eso era lo que había visto. Mi centro de energía se veía como una radiante luz dorada en mi cuerpo”.

Lo que ella visualizó fue la fuerza de la vida fluyendo libremente a través de todos los siete centros de energía que fueron iluminados y energizados por su orgasmo. Muchas personas que empezaron a interesarse por el sexo espiritual han tenido experiencias extáticas espontáneas como la de Carrie.

Ya que la energía sexual es la fuente de nuestra conexión con la fuerza de la vida, los beneficios físicos, emocionales, y de salud mental son obvios. Esto se logra desarrollando rituales conscientes y técnicas que te permiten volverte más abierto a semejantes experiencias trascendentales. Esto te prepara para ser receptivo a las posibilidades de conectarte con estados superiores de consciencia desde el clímax de los encuentros sexuales. Las enseñanzas de antiguas tradiciones sexuales sagradas son un verdadero jardín de sugerencias que inspiran a practicar una profunda conexión con la sexualidad.

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Traducido por: Diana Martínez, redactora y traductora en la gran familia hermandadblanca.org 

Canalizado por: Linda Savage, psicóloga y terapista familiar.

Página original: https://www.huffpost.com/entry/spiritual-sex-ecstatic-lo_b_248920

2 comentarios

  1. La sexualidad ha sido fundamental en el ser humano. Freud la definió y encontró su relación con las neurosis y otras enfermedades del inconciente. Estéticamente todas las escuelas tienen sus metas. En Grecia los Misterios Eleusianos fueron su centro hasta el siglo de Pericles. Mal usada crea insatisfecho y desarmonía en la pareja.

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