Llamar a una tregua | letras del cielo
Llamar a una tregua | letras del cielo
4 DE MARZO DE 2022
Dios dijo:
Lo opuesto a la rendición es la resistencia. La resistencia es control. La resistencia surge de la idea de que debes desterrar elementos de tu vida; por lo tanto, que debéis juzgar qué es lo que hay que desterrar y qué se puede permitir entrar, tal vez quedarse.
No eres un portero de la vida. No sabes qué dejar fuera. Por lo tanto, no sabes qué dejar entrar.
Sea lujurioso al vivir la vida. Abraza la vida. No lo separes. No clasifique antes o después. Acepta los altibajos. Son dos caras de una misma vida.
Sean como agua que fluye. ¿A qué debe temer una corriente que fluye? Lava todo lo que entra en él.
Ahora bien, rendirse no significa sumisión. No te sometes a la voluntad ajena ni dedicas tiempo a lo que no quieres. No te sometes a la vida ni a otro. Rendirse no es sumisión.
La entrega es un abrazo ligero. Cuando te rindes, estás en equilibrio sobre tus pies y no te caes. La rendición no es caer.
La rendición es misericordiosa. Sea un anfitrión o una anfitriona amable para todo lo que entre en su vida. Míralo a los ojos, dale Mi bendición, pero invita a quedarte sólo a lo que deseas que se quede. No dejes nada fuera.
Tu corazón da una fiesta. Es una jornada de puertas abiertas. Las personas y los eventos van y vienen en su jornada de puertas abiertas. Eso no significa que invites a todos a tu fiesta. No significa tampoco que destierres a quién y qué pueda venir. Te diriges a ellos. Les das consuelo y luego los envías a su camino. A menos que tu manera sea la de ellos, se despedirán por su propia voluntad porque lo similar quiere estar con lo similar. No es cierto que los opuestos se atraigan.
Aquello contra lo que luchas, te llama. Tus miedos te lo llaman.
Pide una tregua. Coexistencia pacífica. Tregua significa verdad.
Eres una corriente ondulante. Te lavas las piedras. Fluyes y captas la luz del sol. Y lo reflejas.
Mantén tus ojos en la luz del sol. Tu vista te lo llama. Deja los miedos en la orilla. Los miedos no te pertenecen. No pertenecen a nadie. Son desechos y restos flotantes. Se alejan porque no pueden soportar una hermosa corriente que fluye como tú.
Vas rebotando y lo que no puede quedarse contigo no puede quedarse.
Sólo las embarcaciones ligeras pueden quedarse contigo. Sólo lo que se entrega a tu corriente puede acompañarte. La pesadez tendrá que quedarse atrás.
Pero los peces brillantes nadarán contigo. Los peces saltando llamarán la atención sobre el brillo de la luz del sol sobre ti. Y minúsculas células de luz que ni siquiera puedes ver fluirán contigo. Y fluiré contigo. Fluiremos juntos por el universo. Nuestra navegación será como volar. Nos elevaremos por el universo. Nos posaremos en el Cielo.
¿Volarás Conmigo a través del universo?
Estaré contigo tanto si deseas aceptarme como si no. No tienes que venir Conmigo, porque Yo me quedaré contigo sin importar lo que digas, hagas, desees o quieras. Mi abrazo os sujeta, pero no os ata. Eres tan libre como un pájaro o un arroyo de montaña conmigo a cuestas.
Soy la estela que os sigue y soy el horizonte frente a vosotros. Yo soy el barco que navegas. Digas lo que digas, tu vida tiene Mi nombre. Soy la botella de champagne con la que bautizas tu vida. El nombre de su barco es Bendiciones de Dios. Llévame a tu corazón y sabrás que lo que digo es así.
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