Los Frutos del Espíritu por el Maestro Beinsá Dunó

Rosa (Editora)

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LOS FRUTOS DEL ESPÍRITU

Conferencia del Maestro Beinsá Dunó, dada el 3 de Febrero de 1924.

Y el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, longanimidad, benignidad, misericordia, fe, mansedumbre, templanza. (Gálatas 5:22,23).  

Cada forma adquiere su valor por su contenido y cada contenido adquiere su valor por su sentido. Tenéis una cima montañosa, tenéis alguna fuente montañosa o un bebedero construido bellamente. ¿Qué es aquello que da valor al bebedero, a la fuente o a la cima? ¿Qué es aquello que da valor a un bebedero? ¿La piedra, el mármol o el agua que fluye del vertedero de ese bebedero? Tenéis alguna universidad famosa en Europa. ¿Qué es aquello que da fama a la universidad? ¿Sus libros y bibliotecas? No, sus profesores eminentes. Tenéis iglesias construidas de aquella piedra bella.  ¿Qué es aquello que da sentido a las iglesias? Por una parte los feligreses, por otra parte – los sacerdotes. Tenéis algún hotel famoso, algún motel. ¿Qué es aquello que da sentido al hotel? El hostelero. Tenéis un restaurante famoso. ¿Qué es aquello que da sentido al restaurante? El cocinero principal, que sabe cocinar. “¡El restaurante sin el cocinero, la escuela sin el maestro, la iglesia sin el sacerdote, el hogar sin la ama de casa, que todo esto lo queme el fuego!”, así dice el búlgaro.

Los tiempos nuevos requieren comprensiones nuevas; los tiempos nuevos requieren una lógica nueva; los tiempos nuevos requieren una gramática nueva, una ortografía nueva. Algunos de vosotros pensáis que sabéis mucho escribir ¿no?  Yo me asombro a veces de los escritores búlgaros. Yo no he encontrado todavía entre los escritores búlgaros tales que utilicen cada palabra a su sitio. ¡Y pasan por escritores muy destacados! No solo entre los búlgaros no he encontrado, sino que y entre los escritores ingleses. Esto no es un defecto de la conciencia, pero los pueblos contemporáneos todavía no han alcanzado este alto nivel de desarrollo, como para comprender el contenido del lenguaje. Los pueblos contemporáneos hablan solo por forma. Un poeta joven puede escribir así: “¡Cimas altas, valles profundos!”. Ahora alguien puede reírse de la poesía de este poeta. Otro poeta joven dice así: “¡Oh, tú eres bella como una crema montañosa, tú eres como una fuente turca!”. Este poeta puede corregirse. Tomen la traducción de los Salmos sagrados del lenguaje hebreo. Estos se leen muy difícil, no han sido traducidos como deberían, y aquellos que los han traducido, ellos estaban lejos de comprender el sentido interno de aquellos salmistas que los han escrito hace miles de años. Por lo tanto, no es un reproche que ellos no pueden traducir el sentido interno de un salmo, o que no comprendan los Evangelios contemporáneos que han sido escritos hace 2,000 años, o los mensajes de los apóstoles como por ejemplo el mensaje del apóstol Pablo. Y hoy en día, ellos se sientan y se ponen de acuerdo, como los geólogos se ponen de acuerdo para la Tierra, como los astrónomos se ponen de acuerdo para el Sol, como los biólogos, los químicos, los físicos se ponen de acuerdo acerca de ciertas preguntas. Y todos ellos con conjeturas caminan. Suponen, admiten, miden, pero por mucho que miden, hay ciertas medidas fuera de los preceptos humanos, nosotros les llamamos números irracionales. Mides, mides, siempre queda un pequeño exceso, no puedes dividirlo. Divides, divides, lo dejas de lado, dices: “Eh, no pasa nada”. No, estos excesos más pequeños que quedan son los que crean los sufrimientos más grandes de la humanidad contemporánea. Tú dices: “Dinero, dinero, pan, ropa, casas, esta es la cuestión más importante”. Verdaderamente el pan es importante, la ropa también, la casa también, pero la casa, el pan y la ropa no son unos de los elementos primordiales. Si la casa fuera uno de los elementos primordiales, la gente no moriría. Es bueno que el hombre tenga casa, pero no todo está en la casa. El cuerpo, y él es una casa. Yo os voy a transmitir una anécdota, la tomo de una novela no editada. Se cuenta en esta novela de dos condes, y los dos deportistas grandes, se van de avdzhilak (de caza – n.t.), como dicen los turcos. Uno de los condes se llamaba Caponi. Un día él sale con su rifle, digámoslo así de manera moderna, entre los arbustos para buscar conejos, y ¡hop! – cae en un hoyo grande, un pozo viejo de 7-8 metros de profundidad. Mira desde abajo, no puede salir. Da un grito y a su alrededor un pastor. Se acerca el pastor: “¿Qué hay?” – “Caí en este hoyo. ¿Puedes ayudarme?“ – “Puedo”. El pastor tenía una cuerda gorda. La trajo. Pero noten, que este conde Caponi era un hombre muy delicado, con manos suaves, con todos los modales europeos. Al cogerse de esta cuerda, sus manos se han pelado un poco. Él dice al pastor: “Tú, señor, ¿no puedes echarme una cuerda más fina, de seda, se han pelado mis manos?” – “Eh, las fábricas ahora han sacado tales cuerdas, todavía no han fabricado cuerdas de seda. Si quieres, si no, te quedarás más tiempo abajo”. Por fin le saca. Cuando sale el conde del pozo, pega tres palizas al pastor. “Tú tienes que saber, que como eres pastor en esta área, deberías cerrar este hoyo para que no me causes tales sufrimientos”. – “Bien, pronto cerraré este hoyo”. El conde se va. El pastor se va a la ciudad para pedir una tapadera para el pozo, pero en este tiempo otro conde, Bermuccio, que rondaba alrededor de esta área, ¡hop! – cae y él en el pozo. Viene el pastor, cierra el hoyo, oye una voz: “¡Por favor, hermano, no cierres el pozo!” – “¿Cómo? Hace poco saqué a otro”. – “¡No, por favor!” – “¿Cómo, sois dos?” – “¡Sácame, por favor!” – “¡Ah, te voy a sacar! Hace poco saqué a uno y él, cuando salió, me pegó tres palizas, porque la cuerda era muy burda y por causa de esto se peló las manos”. – “No, yo te seré extremadamente agradecido, échame cualquier cuerda“. El pastor le saca y por gratitud el conde le llama a un banquete. Pregunto ahora: ¿Por qué estos dos condes tienen dos comprensiones diferentes? Vosotros vais a objetarme: “Esto es imposible, es el autor que ha hecho estas cosas así”. Pero yo pregunto: ¿Por qué las iglesias cristianas contemporáneas, una ortodoxa y otra evangélica, no se comprenden? ¿Por qué, cuando se encuentran, se dan la espalda? ¿De qué proviene esta incomprensión? ¿Y lo uno y lo otro no es la enseñanza de Cristo? ¿Este Evangelio no es esta cuerda echada en un pozo? ¿No es esta cuerda una y misma? – Una y misma es, pero al uno se le pelan las manos y al otro – no se le pelan. ¿Por qué? Decís: “Esto es un hábito, esto es educación, esto es porque así hemos nacido”. No, esto no es aclaración de la vida. No es que solo digamos que su madre, que su padre así le han hecho nacer. Sí, pero su abuelo, su tatarabuelo hace 4-5 generaciones no eran tan borrachos, esta herencia vino luego. Por lo tanto, unos ciertos defectos, que existen en el mundo, esto no son defectos dentro de la vida misma.

            Ahora vamos a volver hacia lo sustancial en la vida. Pablo, que pasaba como un buen conocedor de la ciencia mística, habla cuáles son los frutos del Espíritu. Algunos cuando oyen “ciencia oculta”, empiezan a mirar con ojo malo. Cuando hablamos de espiritismo, de espíritus, empiezan a mirar con ojo malo. Dicen: “Ah, los espíritus, esto es una cosa mala”. No, los espíritus, esta es la única cosa razonable en el mundo. Bajo la palabra “espíritu”, comprendo aquello lo razonable, la cosa más bella en el mundo, lo que da sentido a la vida, lo que llena todo, lo que trae todas las bendiciones y da aquella, la más bella disposición mental, cordial y de voluntad en la vida. Cuando el Espíritu habla, en el mundo no hay contradicciones ningunas. Si nos hubiéramos guiado por este Espíritu, que dirige todo en la vida, nosotros siempre nos comprenderíamos. Y cuando hablamos de espíritus en el sentido ordinario de la palabra, estas son las almas humanas atrasadas en el camino de su desarrollo. Alguna vez y ellos hablan, nosotros a ellos les llamamos espíritus pequeños. Algunos dicen: “El Espíritu me habló”. ¿Qué te habló? – “Haz esto y esto”. Cuando venga el Espíritu, ¿cuáles son las cualidades por las cuales Le reconoceremos? No voy a dejar a vosotros que lo adivinéis, se va a tocar vuestro amor propio por no haber acertado, pero cuando digo yo, aunque haga un error, diréis: “Eh, el Maestro hizo un error”. Entonces yo tomo toda la responsabilidad, haré un error.

Y así, la presencia del Espíritu siempre produce calor en el mundo físico; la presencia del Espíritu siempre produce movimiento en el mundo físico; la presencia del Espíritu siempre produce crecimiento en la vida; la presencia del Espíritu en el mundo físico siempre produce florecimiento, da frutos. El Espíritu trae vida dentro de sí. Por lo tanto, Él ensancha la consciencia. Ahí donde este Espíritu viene, si Le das lugar, verás que Él trae alegría en toda la casa. Aquél que tiene este Espíritu Divino, de él emana algo abundante, él es como una fuente montañosa y todas las plantas alrededor conocen a este Espíritu. ¿Por qué? – Él introduce vida. Ahora, no os hagáis ningunas otras ilusiones. Cuando el Espíritu está ausente, en vosotros inmediatamente nacerá otro estado: melancolía, falta de sentido en la vida, antipatía, dudas, sospechas, tonterías, no tienes ganas de trabajar, no amas a la gente, etc. Por lo tanto, la presencia del Espíritu tiene un lado positivo. A este lado ahora Pablo se refiere.

            Al otro lado le llamamos fuerzas obscuras de la vida. Y ellas son activas. Así que en el mundo hay dos tipos de conciencias: una de las consciencias es consciencia de la luz y la otra consciencia es consciencia de la obscuridad. Por eso tenemos gente a la cual yo llamo “gente de la consciencia luminosa” y “gente de la consciencia obscura”. Donde sea que encontréis a esta gente, en Inglaterra, en Bulgaria, ellos se distinguen. Ves a un hombre cuya consciencia está obscura. Hasta que no cambiéis su conciencia, no podéis cambiar y su carácter. Si la madre da a luz a un hijo con conciencia obscura, cualquier profesor que le tome, él llegará a ser simplemente un oficial. No voy a utilizar la palabra francesa “vagabundo”. La palabra “vagabundo” posteriormente ha tomado este sentido.

            Y así, la primera manifestación del Espíritu, el primer fruto, esto es el Amor. El Amor, este es el primer, el invencible impulso de la vida, contra el cual ninguna fuerza en el mundo se puede contraponer. Él es una fuerza que destruye todo. Por lo tanto, este primer impulso en la Naturaleza es el más fuerte. Este es el primer impulso, contra el cual vosotros debéis abrir el camino real. Si no lo abrís, él mismo se lo va a abrir. El amor no reconoce leyes ningunas. Yo os hablo del Amor como una fuerza. Él viene al mundo y nosotros le reconocemos, nosotros le vemos desde lejos con nuestros telescopios. Fuera de nuestro universo viene una gran oleada y ella va con una rapidez colosal. Ella se derramará sobre todo el mundo y todos aquellos que se le contrapongan, ella los levantará y los llevará consigo. ¿Dónde los llevará? Los llevará ahí donde van y algunos trabajadores en alguna fundición de hierro. En alguna fundición de hierro, algunos de los trabajadores no cuidadosos, cuando derriten el hierro, por no cuidarse caen en el horno y el maestro nota que su temperatura sube con unos cuantos grados. Cuando desaparece el trabajador del mundo físico, la temperatura del horno aumenta con 2 grados. ¿Comprendéis? Así y estos trabajadores en el mundo, que serán llevados por esta oleada, solo subirán la temperatura del horno Divino con unos cuantos grados. Y nosotros solo hacemos crónica de esto. Cuando hablamos de subida de la temperatura, esto significa que aquellos trabajadores ahí, por descuido, cayeron en el horno y subieron su temperatura. Ellos entraron dentro para aprender las leyes del Amor.

            Ahora, a veces, nosotros juzgamos el mundo externo, por haber puesto tales leyes, por haber hecho esto o aquello. Bien, nosotros dejaremos el mundo externo, ¿pero nosotros qué hemos hecho? El mundo externo es un reflejo del mundo interno en nosotros. El mundo externo político es una expresión de nuestra vida interna. No hay por qué enfadarse con los dirigentes, con el Estado. Ellos han salido de la misma vida, aplican las leyes y los principios que han aprendido en ella. ¿Por qué vosotros tenéis que enfadarse con ellos? Cada palabra debe guiarse por el Espíritu. La presencia del Espíritu trae el Amor. Este es un impulso interno, un impulso invencible. Cuando en el mundo viene algo grande, una de las señales es que siempre ocurre una calma sin ningún movimiento. A esto se le llama paz, Amor. La paz significa una calma interna en el espíritu, así como cuando esperas que ocurra algo importante. Y después de esto viene la alegría.

            La alegría es una efusión interna del Amor que ha venido. Él se precede por la paz que trae un silencio interno. En este silencio todos permanecen en asombro, esperan a lo grande, lo glorioso que viene en la vida. Y entonces inmediatamente vemos este florecimiento de cada alma en el mundo. Por lo tanto, en el mundo ya viene esta alegría. La alegría muestra que la vida empieza a florecer. No comprendan que el florecimiento se refiere solo a las plantas, que este proceso ocurre solo afuera. No, en la conciencia del hombre ocurre este florecimiento. Esto significa que este hombre hasta ahora ha comido, bebido, robado, mentido, y viene un impulso bello en él, y él dice: “De ahora en adelante yo seré un hombre noble, no me voy a permitir ninguna violencia”.

            Hay muchos héroes en el mundo que piensan que son gente fuerte. Y si yo preguntara ¿en qué reside la fuerza de un hombre, cómo responderíais? – Que exprese su amor. ¿Pero cómo expresarás tu amor? ¿Que abraces a alguien? – No. ¿Que beses a alguien? – No. ¿Que le edifiques una casa? – No. ¿Que le envíes a estudiar? – No. Yo os voy a decir lo más importante. Imagínense que vuestras manos y pies están atados, todo vuestro cuerpo está atado. ¿Si llego yo primero a vosotros, cuál es aquel acto que debo utilizar? ¿Debo dar un paso y castigarles? ¿Debo acariciarles, diciendo: “¡Oh, mi pajarito, estás muy torturado!”? ¿Si yo soy una madre, tengo que besarle y decir?: “¡Oh, hijo mío, te has torturado mucho! ¿Que te dé un poco de caldo, un poco de panecito, esto o aquello?” ¿Tengo que llevarle en las manos, que le doy ropitas? ¿Es esto lo que tengo que hacer? No, la primera cosa – silencio. Luego, poco a poco tomaré el cuchillito y cuidadosamente cortaré estas cuerdas. No voy a hablar. Esto es paz, esto es florecimiento. Cuando haya cortado esta cuerda, entonces vendrá el florecimiento. Entonces las piernas se liberarán, las manos se liberarán y la alegría vendrá. Entonces, la primera cosa: el Amor se expresa a través de la liberación de aquel que amas. Vosotros vais a preguntarme: “¿Cómo lo voy a liberar?” Si tu corazón esta tenso y tú te envenenas desde dentro, tú no puedes liberarle. Aquél que te ama, él sabe cómo actuar. Tomará su cuchillito, será cuidadoso, no va a afectar tu piel de ninguna manera, afectará solo esa cuerda. Él debe comprender tu naturaleza, tu alma, tu mente. Este es el hombre que te ama. Aquél que corta tu piel, él no te ama. Algunos dicen: “Yo te amo”. Haremos una prueba. Hacéis pasar vuestro cuchillo y decís: “Pues yo tengo miedo de no afectarte en alguna parte”. Entonces no eres de aquellos que aman. Aquél que ama, él es valiente, instantáneamente saca el cuchillo y sabe dónde ponerlo.

            Ahora, los reformistas, maestros, educadores contemporáneos son muy valientes, dicen: “Que eduquemos a los niños, que eduquemos la sociedad contemporánea”. Excelente idea, pero que se aplique. ¿Cómo hay que educar a los niños, cómo hay que educar a la sociedad? Desde hace 8,000 años hasta ahora, la gente se educa, qué métodos no han sido utilizados, pero estos métodos no tienen resultado, es decir, tienen resultados pequeños, pero aquél método verdadero, que el Amor Divino trae, todavía no es aplicado. Y en el mundo trabajan muchos seres superiores, muchos ángeles, pero nosotros vemos que y en sus métodos, todavía hay un defecto, una pequeña desventaja. Y noten que cada pueblo quiere elevarse. ¡Una idea excelente! Cada pueblo quiere llegar a ser grande, fuerte, potente. Tiene razón. ¿Quién es aquél hombre que no quiere crecer y llegar a ser potente? ¿Quién es aquél hombre que no quiere que en su corazón haya orden? Por lo tanto, la gente por eso y se organiza, quieren tener orden dentro del país. ¿Pero cuál, ahora, es la manera para que se ponga este orden? Pablo explica cuáles son los frutos del Espíritu. Y yo me voy a detener parcialmente, no se los voy a explicar todo. ¡Que no penséis que os voy a descubrir todos los secretos! En esta conferencia mía, yo os voy a dar solo un bomboncito y os voy a decir: Cuando vengáis una segunda vez, os voy a dar un bomboncito más. Vosotros, cuando salís de aquí, diréis: “¿Por qué no nos das un bomboncito más? Muy tacaño es este hombre – promete, da un bocadito de pan, muestra el pan, lo esconde y dice: “¡Ya es suficiente!” – como que el trozo se va a cortar de su corazón”. El pan sagrado siempre se da en miguitas muy pequeñas. El Cielo no tiene hornos tan grandes como aquí. El horneado del pan ahí no es así como aquí, ahí no se hornean hogazas tan grandes. Alguien dice: “¡Dad una hogaza grande!” El Cielo no conoce tales métodos – que hornea hogazas grandes. Yo, cuando tomo alguna vez vuestras hogazas me asombro cómo voy a levantarlas. En el Cielo, en un pequeño trocito hay una fuerza tan grande, basta que sepas cómo utilizarla. El que sabe la utilizará, pero el que no sabe, él llevará la carga grande. Frecuentemente, cuando paso por una aldea, miro a algunos cerdos grandes, llevan en su cuello unos tales triángulos grandes, volteados hacia abajo. Hay y adeptos que llevan tales triángulos. Los búlgaros, cuando saben que su cerdo no es muy pacífico, para que no pase a través del vallado ajeno, le cuelgan un tal triángulo y él se acerca al vallado, ve que no puede pasar, regresa atrás. No puede, una ley de equilibrio es este triángulo. El búlgaro dice al cerdo: “Estudiarás este triángulo, él es una ley de equilibrio, es obediencia a Dios”. Y el cerdo, cuando llega al vallado, mira por aquí y por allá, regresa atrás, dice: “Hay algo en mi cuello”. Y ahora desde el mundo invisible, el Señor ha puesto a la gente tales triángulos. Yo les encuentro siempre con tales triángulos en el cuello. Nosotros nos reímos de estos cerdos. Decimos: “¡Un cerdo es este!” Eh, bien, ¿si un hombre de Estado viene para mejorar la situación de un pueblo, si viene para crear tales leyes que van a mejorar su situación y crea toda una anarquía, es recto esto? Si aquel general búlgaro ha venido a ayudar a su pueblo, pero abre guerra, que sufre una derrota y los abrigos de todos se quedan en posición horizontal, ¿no debe buscar la culpa dentro de sí? ¿O como Pilatos lavará sus manos y dirá?: “El pecado de nuevo es vuestro”. No es así. Si el general quiere guerrear, él debe saber por qué. Si el hombre de Estado pone una ley, debe saber por qué. Si la madre da a luz, debe saber por qué. En todas partes hay una comprensión incorrecta. A la muchacha joven nunca tenéis que representarle el lado incorrecto de la vida. Vosotros le decís: “Tú, cuando te cases, vivirás bien, el muchacho está rico, es de un linaje noble, educado está, te va a mirar como un huevo pintado*”. Y ella dice: “¿Ah, así?” – decide a casarse. ¡Una boda búlgara, esto es un auspicio del tiempo! ¡Vienen consuegros, cuñados, padrinos, esto es una semana entera! Y la muchacha dice: “He encontrado el sentido de la vida”. Viene el sacerdote, les bendice, dice: “Vivan como Abraham y Jacob”. Sí, pero no sale como Abraham y Jacob. Y luego dicen que el muchacho es culpable. Pero el culpable no es solo él. ¿Acaso esta muchacha harapienta vivía mejor? ¡Pues ella y a su madre no escuchaba! Como que si no la conozco, cuántas veces tiraba el platito de su madre. “Toma, hija mía”. – “¡Hm!”. No quiere tomar. Y ahora dicen: “¡La pobre muchacha, el muchacho la hizo infeliz!” No está en él toda la culpa. Sí, hay culpa en él, él no tiene que ser burdo. El tiene que ser justo y noble. ¿Sí, pero acaso ella no tiene que serlo? – Y ella tiene que ser noble. Una cosa se requiere del hombre, otra de la mujer. La ley del Amor debe aplicarse. Pablo dice cuáles son los frutos del Espíritu.

            “Y el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, longanimidad, benignidad, misericordia, fe, mansedumbre, templanza”.

            La paz es una calma interna. La alegría, esto es florecimiento. La benignidad, esto es un aroma interno, esto lo que se contiene dentro de la vida misma, en la conciencia misma. Dentro de la misma conciencia debe haber una cierta benignidad, o sea, dentro de la conciencia debe haber una cierta suavidad. La misericordia, esto es aplicación. Entonces esta benignidad debe tener por fuera un método de aplicación.

            La segunda fase, esta es la fe. Pablo se detiene sobre la fe. La fe es una cualidad de la mente. En ella deben aplicarse las virtudes mentales. Después de esto vienen la mansedumbre y la templanza. ¿A qué podemos asemejar la mansedumbre y la templanza? – El hombre manso es el hombre fuerte, y el hombre templado es el hombre rico. Hombre templado es solo aquel que tiene riqueza dentro de sí mismo. Él retiene esta riqueza.

            Estos son los frutos del Espíritu. Estas son fuerzas que actúan dentro de nuestra conciencia. Solo cuando encontramos el comportamiento entre el amor, la paz, la benignidad, la mansedumbre, la templanza, la fe y la misericordia, entonces comprenderemos qué cosa es el Espíritu. Noten que estas fuerzas en cada persona no aparecen en un mismo orden. Esto depende del nivel de la conciencia humana.

            Cada persona quiere tener calor. Y verdaderamente el calor es una señal bella. Pero si en este calor aumenta la combustión, ya aparece un estado doloroso. Cuando las substancias arden y no se queman correctamente, las energías no se transforman por completo, queda un pequeño exceso, aparece un estado doloroso, y el estado doloroso siempre se refleja sobre la cabeza. Cuando vuestra cabeza es caliente, tenéis un estado doloroso. En la cabeza del hombre no debe de haber calor, debe estar templado, o sea, en la cabeza debe haber luz y en el estómago – calor. Tal es la ley. Si esta cosa cambia, o sea, que en la cabeza haya calor y en el estómago luz, nosotros volteamos al mundo con la cabeza para abajo. Por ejemplo, ¿cómo ponen las madres la luz en el estómago de su hijo? – El niño está sano, la madre toma bomboncitos, dice: “¡Toma, hijo mío!” El bomboncito es luz. Piensan que cuando pongan este bomboncito en el estómago, aportarán algo al niño. No, solo van a estropearle. La madre dice: “¡Venga, hijo, uno más!” Ponen un bomboncito más en su estómago. Por fin aparece dolor del estómago. Llaman a los médicos. La madre dice: “No sé qué le ocurrió”. La madre, por gran amor, pone la luz en el estómago, el calor en la cabeza y luego no sabe que le ocurrió. Y el médico, como no sabe qué le pasa, prescribe aceite de ricino. ¿Por qué prescribe aceite de ricino? Cuando hablan algunos del aceite de ricino, ellos comprenden otra cosa. El aceite de ricino sobreentiende que a esta vida algo le falta. Cuando entra el aceite de ricino en el organismo, él primeramente hecha fuera todas las impurezas. El aceite muestra que nada impuro en la vida debe quedarse, que se eche todo fuera. Vuestro estómago tiene que liberarse. Y ahora una fila de fisiólogos disputa sobre cuántas horas tienen que pasar hasta que se digiera la comida, cómo tiene que ser el proceso de la digestión, etc. No, no, alimentos buenos son los que se digieren de la manera más fácil y de los cuales quedan, de ser posible, los excesos más pequeños. El exceso siempre representa un estado estancado. Un hombre que se mueve no puede tener excesos. Aquella gente que empieza a descansar más de lo que debería, ellos engordan. ¿Qué es el engrosamiento? – El engrosamiento es una riqueza innecesaria. Éste ha dejado en el banco sus ingresos, un segundo, un tercero, un cuarto, todos estos han dejado una serie de documentos en los almacenes. De todos estos almacenes nosotros debemos de liberarnos.

            Y así, la primera cosa en el mundo: el Amor debe comprenderse como una ley en su aplicación, que se aplique en nuestra vida individual. ¿Tiene el Amor aplicación en la vida mercantil? – Tiene. ¿En la vida familiar tiene? – Tiene. ¿En el ejército tiene? – Tiene. ¡En todas partes tiene aplicación y debe de aplicarse! Él tiene diferentes aplicaciones. Él tiene que llevar el bien por doquier en el mundo. ¿Por qué la gente se va a guerrear? – Para que se dé libertad. ¿Por qué escriben? – Para libertad. Por lo tanto, en su base, cada uno tiene como porción hacer a los que le rodean libres, pero debemos ser prudentes, para saber cómo aplicar esta libertad. Si la libertad verdaderamente es lograda de una manera razonable, ella contiene una cualidad en sí – trae alegría. Por ejemplo, este que al cortar la cuerda para liberarme me mutila las manos, él me ha liberado incorrectamente y yo no estaré alegre. Pero si me libera correctamente, la primera cosa que va a ocurrir es que sentiré una alegría por la libertad que me ha sido dada. Por lo tanto, la alegría siempre proviene del hecho que somos libres. Porque cuando vemos a aquel que nos ama, nuestro corazón empieza a trepidar, sabemos que él nos trae libertad, o sea, trae alegría, pues la alegría y la paz significan que todos aquellos obstáculos que desarreglan nuestra vida serán quitados. Ahora alguien dice así: “Yo no tengo paz en mi vida”. – No tienes paz puesto que no has adquirido el Amor. El Amor hay que recibirlo en su esencia. No es que vosotros no tenéis este Amor, lo tenéis, pero en este Amor hay algo mezclado y tenéis que purificarlo. Vosotros amáis solo a vuestros hijos, vuestra mujer, pero y ellos los amáis en ciertas condiciones. Muchos hombres aman a sus mujeres, ¿pero cuándo? – Mientras está joven, mientras está bella. Una vez empieza a envejecer, una vez empieza a enfermarse, se enfrían hacia ella. Una vez empiezan a ver mujeres bellas por fuera, su corazón empieza a enfriarse. Pregunto entonces: ¿Es esto amor? – El Amor no se basa en las formas externas. El Amor, esto es el vuelco de un alma razonable hacia Dios.

            Pregunto entonces: ¿Qué es la religión? – La religión, esta es la segunda fase de la vida, un vuelco del alma. Mucha gente entra en la vida religiosa así como en la vida social. En la vida religiosa no hay ningunos comportamientos mundanos, ningunos negocios materiales debe haber. Cuando yo vaya a algún lugar no comprendo que deban recibirme mundanamente, no comprendo que deban alimentarme bien, que me den buenas ropas y cama. Esto es lo más pequeño que se me puede dar. Aquel que me ama, él me dará y más. ¿Acaso yo, cuando doy a aquel hostelero 50-60 levas no me dará una habitación bien calentada con cama y sábanas limpias? – Me dará tales, ¿pero por qué? – Por el dinero. Y aquella mujer, cuyo marido la alisa y la acaricia, ¿por qué hace esto? – Por su dinero. La gente dice que ama, ¿pero por qué? – Siempre por algún interés. Alguien dice: “Yo amo a mi mujer”. ¿Pero por qué? – Porque es sana y bella. Que se quede en cama 7 años, que des toda tu riqueza por ella y que de nuevo te sea agradable, que no te aburras de ella, entonces te veremos. ¡Y así! Él pronto se aburre de ella y dice: “Que ella se muera, que yo me tome a una más joven”. Esto no es amor.

            ¡Y en esta posición todos vosotros pasáis por culturales! Algunos dicen: “¡Su cultura!” La nueva cultura es la vieja cultura. Las nuevas comprensiones son las viejas comprensiones. Ahora miro a los de Sofía, en la región de Sofía, por fuera es europeo, y por dentro – de Sofía. Cultural por fuera, pero por dentro – la vida vieja. Nosotros pasamos por cristianos por fuera, pero por dentro llevamos la vida vieja pagana. Este es el cristianismo actual. Y dicen: “¡Dinos la verdad!” Bien, yo quiero decirles la Verdad. Yo, cuando hablo la Verdad, me afecto y a mí mismo, ¿comprendéis? Salen trabajadores una noche de la mina y todos están ennegrecidos, pero ninguno de ellos ve esto. Entre ellos hay y mujeres. Pasa uno de los trabajadores, los demás le dicen: “A lo mejor tú eres muy bello”. Pues y tú a lo mejor eres muy bello. Todos han trabajado en la mina, obscuro está por fuera, no se ve. Uno de ellos enciende una cerilla, ve que todos son negros, no son bellos. Ellos deben regresar a su hogar, limpiarse, vestirse y entonces, cuando salgan a la luz, serán bellos. Nosotros, la gente contemporánea, salimos de esta mina, de este mundo. El mal no está en que hemos venido a la Tierra y nos hemos ennegrecido. El mal no está en esta negrura, ella no está por dentro, ella sale hacia afuera. Y cuando alguien dice: “En pecado me engendró mi madre”, el pecado no está por dentro, pero mi madre, como trabajaba en la mina, estaba ennegrecida, así que y a mí por fuera me ennegreció. Este ennegrecimiento es solo externo. Yo por esencia, en mi alma, quiero amar al Señor. Y si cambio por esencia, ¿esto será solo cuándo? – Cuando altero el Amor, y esta cosa se refiere a la educación. Alguien dice: “¡Prudente debes de ser!” ¿En qué consiste la razonabilidad del hombre? – La razonabilidad consiste en esto: hacia cada persona tú tienes que ser muy cuidadoso – en cuanto a sus pensamientos, en cuanto a sus sentimientos, en cuanto a sus deseos. Yo no hablo de aquellos deseos no naturales, yo hablo de aquellos sentimientos bellos, hermosos en el hombre. Alguien ha sembrado un arbolito, no le vas a mutilar. Alguien se ha hecho una casa bella. Nada malo vas a hablar de él.

            Ahora dejaré el mundo externo, hablaré para aquellos que están dentro. Yo hablo para vosotros y no para aquellos que están en el Cielo, ellos han aprendido la ley. Algunos de vosotros irán al Cielo, llegarán a ser ciudadanos de aquel mundo bello del Amor. Cuando hablo del Cielo, me acuerdo de un sacerdote que me decía: “¡Ojalá  el Señor hubiera ordenado otra manera para ir al Cielo, no a través de la muerte, porque habrá crujido de dientes!“ Se voltea hacia sí mismo y dice: “Eh, sacerdote, sacerdote, tú cantas a la gente, pero y a ti un día te cantarán. Tú ahora les estás enviando a aquel mundo, pero y a ti un día te enviarán”. Y entonces, para tranquilizarse, la gente dice: “El Señor nos calmará. Vendrá paz”. Sí, pero esta paz que el Amor trae, es un aplacamiento. La paz es una de las grandes cualidades del Amor. Y entonces, cuando tenemos plena fe en aquel que nos ama, confiaremos plenamente en él y podremos acostarnos silenciosa y tranquilamente para dormir, como se durmió  Cristo. Cristo se durmió una vez en el barco pensando que sus alumnos son fuertes, que Le guardarán. Pero cuando se durmió, el barco se agitó y sus alumnos Le dijeron: “Maestro, levántate, el barco se agitó, este trabajo es peligroso”. Se levantó Cristo, sopló al tiempo y todo se aplacó. Y dicen: Cristo amansó el tiempo”. Amansó el tiempo, pero no pudo amansar a aquellos soldados romanos, a aquellos sacerdotes. ¿Y sabéis por qué no pudo amansarlos? – Porque el tiempo, en el cual Cristo vivía, era así. En aquel entonces no reconocieron a Cristo.

            Yo frecuentemente utilizo la palabra “fuera del tiempo”. Cuando digo esto, esto significa que vivimos fuera del tiempo. El tiempo no hace crónica de nuestras obras. ¿Sabéis por qué no les hace crónica? – Se hace crónica solo a cosas prudentes: lo que ha escrito tal o cual poeta, lo que ha dicho tal o cual filósofo. ¿A las cosas estúpidas se hacen crónicas? – No, ellas se quedan fuera del tiempo. Por lo tanto, la gente vive libremente. ¿Por qué? – Porque el tiempo, la naturaleza no hace crónicas de sus obras. Ella dice: “Estos todavía son niños pequeños, niños de los caprichos”. Solo en pocos lugares hay cosas de las que se pueden hacer crónicas. Incluso y la gente contemporánea, cuando dice muchas cosas, de todo esto no se puede hacer crónicas. Algunos dicen: “Eh, el Amor nosotros lo hemos escuchado”. El Amor no se puede escuchar, él se transmite solo a través de contacto, cuando dos almas se acercan. ¿Sabéis qué cosa significa acercamiento de las almas? Cuando el Amor toca, forma un calor interno y este calor da la vida libre. Cuando se tocan estas dos vidas, se forma luz. Y por lo tanto, la vida tiene dos direcciones: una dirección hacia el centro de la Tierra y la otra – hacia el Sol, hacia arriba, o sea, una de las direcciones hacia vosotros, primeramente nosotros nos amamos a nosotros mismos, y luego queremos amar y a los demás.

            Os voy a dar un ejemplo para esta lucha que existe entre la gente, que ha existido y hace miles de años. Uno de los reyes antiguos – Rama Severan, un adepto de la Gran Hermandad Blanca, y Aliman Belima, también un rey –, gobernaban sus reinos, pero estaban con comprensiones contrapuestas. Rama representaba la ley del Amor. Él editó una orden según la cual, hacia toda la gente tendrían que comportarse por la ley del Amor y ninguna violencia tendría que hacerse. El rey Aliman sostenía la enseñanza del presente: fuegos de ametralladora, horcas, cuchillos. Él decía que todo no amistoso debería pasarse bajo cuchillo, que se inspire en todas partes miedo y temblor. Solo así el enemigo temblará de él. Todos los pueblos vecinos, todas las ciudades y poblados, por donde pasaba Alima, todo era quemado. Todos los ciudadanos huyeron a los bosques y a las montañas. Cuando pasaban viajeros preguntaban: “¿Por qué estas aldeas y pueblos están quemadas?” Decían: “Alima reina aquí. Su ley es sagrada y los que no se someten sufren daño”. Enviaban mensajeros al rey Rama con la petición de que les ayude. Él, como vivía por la ley del Amor, enviaba gente suya que en poco tiempo restauraban todo: poblados y ciudades de nuevo empezaban a vivir, y la gente empezaba a vivir ya por la ley de la libertad. Nosotros vemos estas dos leyes y en la vida contemporánea. Ahí donde aparecen gobernantes razonables en un país, como en Inglaterra, en América, la historia los nota, ellos dan dirección hacia una cultura nueva. Sin embargo, aparece y gente con puntos de vista contrapuestos, además no solo en el Estado, sino también en la ciencia y en la religión. Esto existe en los hogares y en todas partes. Un hombre y una mujer pueden separarse solo por causa de sus convicciones. Entre hermanos y hermanas existen de nuevo los mismos puntos de vista contrapuestos en las convicciones. No toda la gente tiene unos y mismos puntos de vista.

            Ahora vosotros, la gente contemporánea, queréis vivir fraternalmente, pero no sabéis cómo vivir. Vosotros con su ignorancia podéis destruir la cosa más bella. Si vosotros retenéis por más largo tiempo la mano de una mujer joven contemporánea, podéis estropear su más bello estado de ánimo. Si retenéis por un minuto su mano, ella inmediatamente se va a formar un buen concepto acerca de vosotros. Pregunto: ¿Por qué tenéis que retener su mano por más largo tiempo? Diréis: “Por cariño”. Bien, ¿por qué a la abuela vieja no queréis retenerle la mano por más largo tiempo, sino que tenéis prisa? No, esto no es filosofía. Cuando yo retengo la mano de una mujer joven, esto es amor por interés. Cuando me coge un ladrón, un bandido, y dice: “¡Arriba las manos!” – ¿por qué hace esto? – Mete su mano en mi bolsillo para saquearme. Cuando me saquea me deja ir. Cuántas veces, largo tiempo me retiene, para que tome todo mi contenido. Después de tomar todo mi contenido dice: “Ahora estás libre”. Por lo tanto, me preguntan algunas muchachas jóvenes: “¿Hasta cuándo nos amarán?” – Hasta que os tomen todo el contenido. “¿Hasta cuándo me aguantarán en la sociedad?” – Hasta que tomen todo tu dinero, todo tu contenido. O, dicho en un lenguaje contemporáneo: Te aguantarán hasta que te expriman como un limón y te echarán fuera. ¡Esto no es cultura, esto no es humanidad!

“Alegría, paz, longanimidad”.

Para que se realice cualquier amor, el hombre debe tener longanimidad. El Amor tiene que aguantar todas las dificultades que nacen dentro de nuestra conciencia. No es tan fácil. Nosotros nos hacemos amigos y estos amigos nos dejan, se estropea esta amistad. La primera cosa es que retengamos nuestro Amor por más largo tiempo. Ahora yo os haría una pregunta a la cual y os voy a responder. Éste, que amas, ¿cuánto tiempo tienes que mirarle a los ojos? Y este, que amas, ¿cuánto tiempo tienes que sostenerle en tus abrazos? Nosotros decimos: “Largo tiempo”. – No, no se necesita largo tiempo. ¿La madre, cuánto tiempo lleva a su niño en los brazos? ¿Cuántos años? Algunos dicen: “Pero yo he perdido mi amor”. La mujer se queja de su marido: “Hace tiempo, mientras era joven, tú me rondabas, me besabas y ahora no me miras”. Pues así y el niño puede decir: “Hace tiempo mi madre me sostenía en sus brazos, y ahora me dejó en mis pies para caminar”. ¿Pues cuál es el estado natural? Que la mujer agradezca que su marido ya no la besa; y que el marido agradezca que su mujer ya no le besa. Pues si todavía te besa él es un ladrón. Si te besa, tú darás algo. Él te besa, dice: “Cariño, tú irás a tu padre, él es rico, le dirás que viene la Semana Santa, que desate su monedero. ¡Cuán bella eres, palomita!” Y la palomita se va a su padre, le besa. “¡Papá!” – Y ella quiere algo. El padre dice: “¡Cuán buena es mi hija!” Pregunto ahora: ¿Es esto amor? Nosotros nos engañamos a nosotros mismos. Frecuentemente yo observo la vida humana. Encuentro a veces un hombre y una mujer que se besan en la calle. Digo: ¿Por qué se besan? ¿La envía a su padre? Él quiere algo de ella. Cuando veo que este beso es puro, a mí me es agradable y digo: He aquí dos personas que pueden vivir por Dios. Y cuando miro a otros digo: Ellos todavía están lejos.

            “Y el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, longanimidad, benignidad, misericordia, fe, mansedumbre, templanza”.

Estos son los frutos de este Espíritu Divino que viene ahora en el mundo. Digo: “Una nueva fase ocurre ahora en todo el Cosmos. Nuestro Universo ha alcanzado la mitad de su camino de desarrollo. Por lo tanto, nosotros tendremos un proceso inverso de desarrollo. Hasta ahora toda la humanidad, no solo aquí en la Tierra, sino en todos los mundos que existen fuera y dentro del Universo, todos están pasando en una nueva fase. No solo en la Tierra, sino en todo el Cosmos está ocurriendo una transformación, aunque no todos están en igual nivel de desarrollo. Todas las criaturas han llegado a la mitad de su desarrollo. La nueva oleada que viene, no os va a dejar en el lugar viejo. Y si vosotros no aceptáis la nueva enseñanza, en vosotros ocurrirá una aflicción tan grande que va a producir en vosotros todo un infierno. El infierno no es otra cosa, salvo la influencia de esta oleada Divina. En el futuro estos sufrimientos aumentarán y sabréis que cuanto más grandes son vuestros sufrimientos, tanto más grande es vuestra resistencia, y si eres consciente o inconsciente, esto es otra cuestión. Sabréis que estáis en contraposición a esta oleada, por eso, os armonizaréis y diréis: “Yo debo estar en acuerdo con el gran Amor consciente, con el Espíritu Divino, y actuaré tan razonablemente como Él actúa”.

            Quiero que os iluminéis sobre la acción del Espíritu. Algunos dicen: “El Espíritu me dice esto. El Espíritu me dice aquello”. Cuando el Espíritu habla, hay unas cuantas maneras por las cuales Él se expresa. Este Espíritu puede hablarte mediante un amigo tuyo que tú amas. Él puede estar a un medio metro de distancia delante de tus ojos. El hombre razonable a razonable habla. Luego, alguien te hablará cerca de la oreja, te dirá: “Señor, te voy a decir un secreto, un gran secreto”. Estas son maneras externas. Luego, hay otras maneras. Alguien dice que en algún lugar debajo del corazón, debajo del esternón algo le habla, o que algo le habla sobre su cabeza. A todos algo les habla, pero los resultados de este hablar no son unos y mismos. Cuando el principio Divino en nosotros empiece a hablar, el rostro adquiere una ternura, una lucecita pequeña, en los ojos se lee una razonabilidad, la mirada es estable y tal hombre está listo, en el caso dado, para hacer todos los favores. Cualquier cosa que le pides, él dice: “Para mí es un placer de hacerle favor. ¡Vengan de nuevo a mí! Si vosotros me pagáis por el trabajo, me causaréis un gran desagrado”. Tenéis alguna necesidad, él firmará por vosotros. Y nosotros, ahora, en estas violencias, en estas extorsiones, pasamos por honestos, por gente razonable. No quiero ponerles bajo tentación, pero digo: La ley razonable puede aplicarse solo por gente razonable. Y por lo tanto, nosotros tenemos que predicar primero la vida razonable, así que, cuando entre la vida razonable en nosotros, más razonablemente actuaremos. Yo digo: Cada acto vuestro, cada mirada vuestra, cada conducta vuestra debe interpretarse correctamente. Hace años yo viajaba para Tarnovo y en el tren, a mi lado, estaba sentado un señor cubierto hasta los hombros con un capote. Otro señor está sentado a su lado izquierdo. Él se voltea hacia él: “¡Señor, no ve usted que me duele el brazo, no se acerque a mí!” ¡Cuán cuidadosos debemos ser! Si este señor no quiere que me acerque a su brazo, yo debo saber porqué. Debo interpretar correctamente por qué él se ha cubierto con un capote. Su brazo no está sano, por eso él se ha cubierto. Si un hombre no quiere hacerme favor, esto es porque hay un estado doloroso en él. Si él no me ama – también. Todos estos son estados negativos.

            La primera cosa para aquellos, que se encaminan por el camino Divino, es que apliquen la gran ley del Amor. Si la aplican, ellos serán libres y sus prójimos también serán libres. La gente científica debe enviar este pensamiento por todo el mundo. El mundo solo así se liberará. Nosotros debemos ser portadores de esta libertad. Si vosotros proyectáis un pensamiento fuerte de libertad hacia cualquier persona, algún corazón tierno percibirá este pensamiento y ayudará donde tiene que hacerlo. Ahora diréis: “¿Pero qué hay de esto que he deseado y he enviado un pensamiento?” Los deseos y los pensamientos son los que crean el mundo contemporáneo, son ellos los que traerán la libertad. Si empezamos a hablar del Amor, el Amor vendrá. Si empezamos a hablar de la libertad, la libertad vendrá. Y nosotros, la gente, decimos que todavía no ha llegado su tiempo. La gente dice: “Guerra vendrá, matanzas vendrán” – y todo esto viene así como lo piensan. Nosotros estaremos al lado de la opinión contraria. Vamos a hacer una prueba, invocaremos a este Señor vivo que viene ahora en el mundo. Haremos una gran prueba, vamos a ver si el mundo se puede corregir con el Amor o no. – Se puede. Algunos nos van a decir que este amor es irrazonable. Razonable es el Amor. Si alguien dice que el Amor es irrazonable, él no comprende la palabra “amor”. La cosa más razonable en el mundo es el Amor. Todos aquellos sentimientos nuestros dislocados que tenemos, estos son restos de violencias de las culturas de los siglos pasados.

            Y así, la primera cosa: nosotros tenemos necesidad de mujeres en su lugar. Puesto que las mujeres son el elemento magnético, ellas tienen que ocupar su lugar. Ellas no tienen que ser hombres. Luego, nosotros tenemos necesidad de gente joven, pero no solo gente joven por forma, porque yo encuentro mucha gente joven que ha envejecido antes de tiempo. “Jóvenes” comprendo tales en los cuales fluye vida. Hombre joven llamo a aquel cuyas cuerdas están desatadas. El hombre viejo está atado. La gente joven es portadora de la enseñanza nueva. Los viejos les dicen así: “Vosotros ahora sois jóvenes, pero un día envejeceréis como nosotros”. No, si vosotros envejecéis como los viejos, no necesitáis llevar la cultura nueva. La primera cosa: ¡Debemos poner en nuestra mente el pensamiento que no vamos a envejecer – nada más! Pues dicen que el rostro humano se ha arrugado. Esto que mi rostro se arruga, esto no soy yo. Si mi ropa envejece, esto no soy yo; si mis zapatitos envejecen, esto no soy yo. Yo soy algo más que mi ropa; yo soy algo más que mis zapatitos; yo soy algo más que mi rostro. Yo soy aquél pensamiento noble superior, que nadie con ninguna cuña puede arrancar de mí.

            Una de las cualidades más abominables que tenemos, esto es la susceptibilidad. Alguien se ha susceptibilizado, se ha ofendido. Si, tú puedes ofenderte, pero solo por el quebrantamiento de un principio Divino. Si yo ofendo a alguien, inmediatamente voy a corregir este error que sirve como ofensa. Paso alguna noche por la calle y veo, alguien ha cavado un hoyo que da una mala impresión, pues y algún daño puede causar. Yo no busco el culpable, pero tomo alguna noche una legona y arreglo el hoyo. Una segunda vez no me va a dar mala impresión.

            Ahora yo os hablo sobre este gran Espíritu Divino, pero en las mentes de todos vosotros todavía puede permanecer el pensamiento: “¿Qué piensa el Señor de nosotros, cómo terminaremos nuestra vida, quién nos va a mirar en años viejos, pues tenemos hijos, etc.?” ¡Dejen que el mundo piense en estas cosas! El mundo ha inventado cosas ideales, nosotros tenemos que agradecerle. El ha construido casas, ha ordenado el ejército, ha puesto guardianes, lo ha puesto todo en orden. Y nosotros diremos: “¡Que se quiten estos guardianes del camino!” ¡No, que se queden estos guardianes por el camino! ¿Por qué no yo, cuando paso por el camino, que diga a un guardián?: “Hermano, tú realizas un trabajo honorable, serás tierno y cuidadoso hacia aquellos que te rodean”. Algunos dicen: “¿Cómo podemos solucionar la cuestión de la paz?” ¿En qué reside nuestra paz? – Nosotros debemos ser fuertes. Yo soy un hombre fuerte. Paso, dos personas se pelean. Digo: “Esperen, amigos, ¿qué hay?” – “Este tiene que devolverme 1,000 levas y no quiere darme los intereses”. Tomo y me impongo. – “¡Espera, tú no puedes imponerte sobre mí, esto no es un trabajo tuyo!” – “¿Así?” Le cojo de los pies, le levanto en el aire, le volteo con la cabeza hacia abajo, le digo: “¿Tú me escucharás?” ¿Si es de fuerzas, sabes lo que puedo hacer contigo? ¿Cuánto te debe él?” – “Tanto”. Saco el monedero, le doy el dinero. “Toma, no vas a violentar a tu hermano”. Y ahora nosotros decimos: “Somos débiles”. ¡No, gente fuerte tiene que dirigir al mundo! ¿Cuándo podemos ser fuertes? – Solo el Amor nos puede hacer fuertes. La gente cobarde es gente sin amor. La gente estúpida es gente sin amor. La gente cruel es gente sin amor. La gente criminal es gente sin amor. ¡Y entonces nos hablarán de amor hacia el pueblo! Que amen ellos a su pueblo, yo les elogio. Todos los pueblos, cualesquiera que sean, cada uno de ellos tiene su predestinación. ¡Todos los hombres de Estado, como sea que sean, que se pongan en su lugar! ¡Puesto que ellos son los más prudentes, que den un ejemplo al mundo! Ahora, si darán ellos un ejemplo o no, esto es otra cuestión, pero así está escrito arriba, nosotros vemos y sabemos que hay gente fuerte en la Tierra que pronto se manifestarán. Como hablo así, algunos dicen: “Que no sean algunos comunistas, que no sean algunos anarquistas”. No, no, los comunistas, los anarquistas, esta es la gente del mundo. Y estos, que se manifestarán, ellos comprenden las grandes leyes de la Naturaleza, ellos son gente luminosa. ¡Entonces comprenderéis qué cosa es un hombre! Cuando lo miras, comprenderás que delante de ti tienes a un hombre noble en quien puedes confiar. Ellos serán armados desde arriba hasta abajo. Diréis: “¡Ah, armados!” Sí, pero serán armados completamente de otra manera. No estarán con pistoleras, pero si tú decides contraponerte, él extenderá su mano y tú te encontrarás en la tierra abajo. Luego de nuevo te levantará. Y cuando extiende tres veces así su mano, todas tus ideas, todas tus comprensiones incorrectas, desde hace 8,000 años, desaparecerán. No podrás contraponerte a ellos y dirás: “Señor, desde ahora por delante Te serviré, no me voy a oponer a Ti”. Si decides oponerte, te encontrarás sobre tu espalda. Éstos, que vienen ahora, van a restaurar todos los pueblos europeos, van a poner orden en todas partes. Ellos trabajan ahora desde dentro, ellos trabajan en Bulgaria, en todas partes trabajan. Diréis: “¡Ah, trabajan ellos!” Sí, trabajan. Un día yo llamaré a uno de estos hermanos, pero cuando no lo esperéis. ¿Y sabéis qué ocurrirá cuando le veáis? Este salón tiene que ser más ancho, porque todos os encontraréis con su rostro hacia el suelo. ¡Pureza se requiere, pureza para el alma humana!

            Yo quiero que lo más elevado, lo más noble en el alma humana que desde hace miles de años se esconde, que ahora se muestre. Ahora es su tiempo. ¡Ahora o nunca! Esto, un siglo, mil años, millones de años, ellos pueden caber en un minuto. El tiempo puede acortarse, puede y alargarse. Esta cuestión es filosófica. Ahora es tiempo de poner esto en sus almas y que todos recibáis el Amor, o sea, que entréis en él y que empecéis a vivir en contacto con este Espíritu Divino. Él ahora quiere manifestarse. Este Espíritu viene, pronto se manifestará. Él es el primer rayo. Si vosotros os eleváis en vuestra conciencia, veréis Su rayo desde el Este y diréis: “¡Ahora comprendo qué gran predestinación tiene la vida humana; ahora comprendo qué cosa es el alma humana; ahora comprendo qué cosa es Dios!” Entonces la Tierra abrirá sus riquezas y nosotros no vamos a arar como ahora. Sin arar ella dará frutos. Entonces no habrá necesidad de comer tanto como ahora. Vuestras cocinas se van a reformar y vosotros diréis: “¡Bendito es el Señor, Quien nos ha dado tales hijos e hijas! ¡Bendito es el Señor, Quien nos ha dado tales amigos!” Por todas partes así será. Todos se bendecirán unos a otros, en todas partes la gente se conocerá. ¡Esto, lo que viene, será! Algunos dicen: ”Puede ser que sea, puede ser que no sea”. ¡Será!

            Cuando digo que Cristo viene, esto es lo más grande que puede venir en el mundo. Dios se va a revelar en Su belleza, en Su variedad y enjugará toda lágrima de los ojos humanos. Quitará todas las tristezas y aflicciones, hará que toda la gente viva una vida pura y honorable, todos serán ciudadanos libres de la Tierra. Y vacas, y bueyes, y moscas, todos saltarán y se alegrarán. La vaca, cuando la encuentres, te sonreirá, te lamerá un poco. Todos serán gozosos y alegres, no solo la gente.

            Y ahora algunos dicen, que Cristo ha muerto por nosotros. ¡No, Cristo viene! Viene no para perdón de los pecados, Cristo viene para traer la vida nueva de resurrección a todos aquellos que Le esperan.

“Y el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, longanimidad, benignidad, misericordia, fe, mansedumbre, templanza”.

Conferencia dada al 3 de Febrero de 1924.

* La frase ”guardar algo como un huevo pintado” proviene de una costumbre búlgara relacionada con la Pascua. En esta época, en Bulgaria se pintan y decoran huevos hervidos, que luego se chocan uno contra otro por dos personas. Aquel huevo que quede sano es el ganador. El mismo se puede utilizar más veces (n. del t.).

 Los Frutos del Espíritu por el Maestro Beinsá Dunó

 

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