¿Qué es lo que realmente quiero?

Autoestima - Desarrollo InteriorLA PREGUNTA QUE HAY QUE CONTESTAR

En mi opinión, una de las preguntas más difíciles de responder de las que me he encontrado a lo largo de mi vida, y también una de las más necesitadas de encontrar sus respuestas, es esta: ¿QUÉ ES LO QUE REALMENTE QUIERO?

Sobre todo, porque el presente y el futuro dependen en gran medida de las respuestas que le vayamos dando a la pregunta. Esta no es una pregunta que se satisface con una sola respuesta sino que admite muchas y variadas. Y, demás, conviene hacérsela muy a menudo.

Es imprescindible dejar en su sitio y no saltarse esto de REALMENTE, porque es esa palabra precisamente la que le da trascendencia a la cuestión y hace que sea tan importante.

Si eliminamos REALMENTE, aparecerá un tropel de respuestas que corresponden a pensamientos de deseos, generalmente no muy profundos, que vamos acumulando.

Si la pregunta fuera solamente ¿QUÉ ES LO QUE QUIERO? podríamos responder inmediatamente: tener más dinero, un trabajo mejor, el coche que he visto esta mañana anunciado en la televisión, una vivienda más grande, un esposa como las que salen en el poster de Play Boy, una cita con un famoso, un armario de 100 metros lleno de la última moda en ropa y calzado, etc.

Todas las respuestas son del ego. Todas se refieren a asuntos materiales y de bienestar, y eso no está mal. Y, además, es posible que en algunos casos esas respuestas serían válidas también para la pregunta inicial del artículo, pero la mayoría de las personas lo que REALMENTE quieren son otras cosas distintas.

 

Cuando se ahonda más en la pregunta, cuando se acerca más a la verdad que anida en nosotros, las respuestas van alejándose del materialismo y entran en la espiritualidad, en lo interior, en la esencia personal.

Paz.

Amor.

Felicidad.

Armonía.

Comprensión.

Sabiduría.

Honestidad.

Esto es un breve muestrario de las cosas que uno REALMENTE desea conocer, encontrar y tener, disfrutar, o ser.

Las respuestas que nos da el ego –relacionadas con los placeres y el disfrute físico- no están nada mal, y no son despreciables ni hay que renunciar a ello si se puede alcanzar sin perjudicar expresamente a alguien, ya que no hemos hecho unos votos de pobreza, ni religiosos, ni de silencio, ni de castidad que tengamos que respetar.

La vida está llena de cosas agradables y placenteras y el Creador nos ha dotado de sentidos para poder disfrutarlas.

Pero más allá de estos sentidos físicos –finitos- parece ser que hay algo que está por encima, que perdura más o que tiene pinta de ser más elevado, que aporta “algo” que, aun no siendo palpable ni visible, llena y conforma y conforta a nuestra espiritualidad.

Lo que nos satisface interiormente tiene una duración más prolongada en el tiempo, ya que los placeres duran justo lo que duran, por eso alcanzar esas cosas que REALMENTE uno quiere, aunque no siempre se es consciente de que eso es lo que se quiere, producen un bienestar inexplicable y una sensación de algo parecido a una armonía general, a una avenencia entre las diferentes partes que nos componen, porque parece que, por fin, han encontrado algo que les une y les hermana.

Necesitamos equilibrio interno, la calma anímica que aporta el hecho de tener la conciencia en paz por estar haciendo lo que uno tiene que hacer, la sensación placentera de llegar a un punto de estabilidad que permite ver y sentir las cosas de la vida de un modo apacible, desde un silencio interno que nos recuerda a otro silencio que hemos vivido anteriormente en otra parte.

Toda la vida es un Camino de Reencuentro.

Todos los pasos buscan ir hacia adentro.

Uno va encontrando partes suyas desperdigadas a lo largo de su vida que pretende recuperar para rehacerse íntegro.

De ahí la importancia de conocer las respuestas exactas, o lo más aproximado posible, a la pregunta grande: ¿QUÉ ES LO QUE REALMENT QUIERO?

Insisto en que hay que prestarle toda la dedicación que requiere, porque responderla nos ahorrará dar muchas vueltas que nos alejan de nuestro centro y desperdiciar una energía que necesitamos para poder hacer el largo Camino al Interior.

Paz.

Amor.

Felicidad.

Armonía.

Comprensión.

Sabiduría.

Honestidad.

¿Dónde puedes encontrar esto?

Te dejo con tus reflexiones…

 

AUTOR: Francisco de Sales

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