Reflexiones: La voz de Dios
La voz de Dios nunca se equivoca y es la voz que debemos escuchar al tener dudas sobre cuál decisión tomar cuando tenemos diferentes opciones para elegir. Pienso que la decisión más trascendental en nuestras vidas es cuál camino tomar de regreso a nuestro origen, de regreso a nuestro Dios. En ese sentido, si bien es cierto que una recomendación es dejarnos guiar por los maestros espirituales que ya conocen los caminos de regreso al hogar, pienso que cada uno de nosotros vino a este mundo por su propio camino y lo mismo debería ocurrir para regresar por él. Por lo que creo que los maestros nos pueden ayudar a decidir cuál camino tomar y acompañarnos en nuestro recorrido, pero la decisión final al respecto es nuestra, porque se trata de una elección muy personal.
En mi opinión, los maestros, gurúes o líderes espirituales de las diferentes religiones o creencias nos pueden mostrar los caminos que ellos conocen para retornar a nuestra Deidad y darnos recomendaciones sobre lo que debemos hacer ante lo que podríamos encontrar en esos caminos, con base en lo que ellos ya conocen, lo cual seguramente tendrá similitudes con lo que nosotros encontraremos en nuestro recorrido, pero ningún camino es igual, porque cada vez que tomamos una decisión, por más insignificante que nos parezca, estamos tomando un nuevo rumbo que nos acercará o nos alejará de nuestro objetivo y lo bueno o lo malo de cada decisión depende de que tanto nos acerca o nos aleja del objetivo de regresar a nuestro Dios.
Siempre he pensado que la vida es la oportunidad, el camino que nos ha dado Dios para encontrarnos de nuevo con él y las decisiones que tomamos en ella son las puertas que abrimos o dejamos de abrir para lograrlo. Por eso, cada vez que tomamos una decisión debemos preguntarnos: ¿qué espera Dios que hagamos en esta situación?, ¿qué decisión espera que tomemos?, si logramos conseguir las respuestas a esas preguntas, con seguridad la decisión que tomaremos será la correcta. Aunque algunos consideran que no hay decisiones correctas o incorrectas, que solo hay decisiones y que lo correcto o incorrecto son etiquetas que les colocamos en función de si los resultados que obtenemos al tomarlas son o no los que esperamos.
En muchos casos no resulta fácil conseguir esas respuestas, sobre todo que no surjan dudas en el proceso de buscarlas. En ocasiones entramos en conflicto entre lo que queremos y lo que debemos hacer. En esos casos nuestra consciencia escucha simultáneamente dos voces, una que viene de nuestra mente, de nuestro lado racional, que nos dice lo que deberíamos hacer y otra que viene de nuestro corazón, de nuestro lado emocional, que nos dice lo que nos gustaría hacer. Este conflicto es difícil de afrontar, porque cualquiera sea la decisión que tomemos para complacer a una de esas voces, siempre una de ellas resultará vencedora y la otra derrotada y el sabor de la derrota nunca es agradable.
Otras veces nos sentimos tan confundidos y ofuscados sobre cuál alternativa tomar que ni siquiera oímos las voces de nuestra mente ni del corazón, terminamos bloqueados, esperando que sea Dios quien tome la decisión por nosotros, lo cual está bien para aquellos cuya fe les da la convicción que no importa cuál sea la decisión que tomen ni sus resultados, porque siempre será una decisión y unos resultados avalados por Dios. Pero para aquellos que creen en el libre albedrio y que prefieren hacer uso de esa venia divina, tomar sus propias decisiones es la mejor alternativa, aunque para ello tengan que resolver el conflicto entre las voces de su mente y su corazón.
Para resolver ese conflicto, por lo general nos recomiendan que, si queremos ser felices le hagamos caso a la voz del corazón y si queremos ser responsables se lo hagamos a la voz de la mente. Lo cierto es, que si hacemos lo que queremos pero sintiendo que no debemos hacerlo, nos sentiremos culpables. Si por el contrario, hacemos lo que debemos, pero no queriendo hacerlo, nos sentiremos frustrados. Por lo que la única manera de evitar la culpa o la frustración en estos casos es ser congruentes entre lo que queremos y lo que debemos hacer. Pero no siempre las situaciones se prestan fácilmente para ello.
Entonces, ¿cómo logramos esa congruencia?, precisamente en esas circunstancias difíciles, cuando estamos confundidos sobre cuál decisión tomar, es cuando nuestra consciencia debe hacer su mayor esfuerzo para “apagar” ambas voces y cuando lo logra escuchará una sola voz, una voz totalmente distinta a las que hemos estado escuchando. Escuchará la voz que nunca se equivoca, escuchará la voz de Dios. La oración y la meditación son las vías que conozco para apagar esas voces en conflicto. Por eso recomiendo que cuando estemos confundidos sobre cuál camino tomar, oremos o meditemos y eso nos ayudará a salir de la confusión y a tomar una mejor decisión.
Por último, considero importante señalar que no solo la voz de Dios está siempre disponible para guiarnos en nuestro camino de regreso a él, también lo están sus oídos cuando necesitamos que alguien nos escuche y no solo en la toma de decisiones difíciles, sino también cuando necesitamos una orientación o un consuelo en momentos de aflicción. También es importante saber que la voz de Dios nos puede llegar por muchas vías, a través de las palabras del personaje de un programa o una película que estemos viendo en el momento que nuestra mente está pensando en la ayuda que necesitamos o a través de un extraño que se sienta a nuestro lado a conversar en el bus o de un amigo que nos llama en ese momento por teléfono. Incluso, si prestamos atención, podemos escucharla en el murmullo de la brisa al pasar entre los árboles, o de las olas del mar al romper en la playa, inclusive, en el leve sonido de los latidos de nuestro corazón. Con todo su poder, los recursos de Dios para comunicarse con nosotros son infinitos.
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Autor: Juan José Sequera. Autor de la familia Hermandad Blanca
MUCHAS GRACIAS JUAN JOSE.
Amen Amen
GRACIAS POR LA PUBLICACION, Y SEGUIRE TRATANDO DE LLEGAR MAS AL PADRE DIA A DIA, ACERCANDO CON ELLO A MI FAMILIA, ENSEÑANDO A MIS HIJAS EL PODER DE LA ORACION, EL AMOR A DIOS Y QUE DESDE PEQUEÑAS SIENTAN A DIOS EN SUS VIDAS, SIENTAN QUE DIOS ESTA SIEMPRE A SU LADO EN CADA SITUACION EN LA QUE SE ENCUENTREN…