Reflexiones: Un camino equivocado
Cada vez que me quedo atascado en el tránsito y miro a mi alrededor pienso en los millones de personas en todo el mundo que día a día pierden horas preciosas de sus vidas en esa misma situación. Algo similar me ocurre cuando abro mi correo electrónico y veo cientos de correos sin abrir por “falta de tiempo” y qué decir de las actividades que vamos acumulando en nuestra lista de pendientes por la misma razón. Todo esto me lleva a pensar que en algún momento la humanidad tomó un camino equivocado, que cada día nos aleja más de ese ideal de bienestar con el que muchos soñamos.
Si revisamos como el hombre ha modificado su estilo de vida a lo largo de la historia, encontramos algunos eventos clave que han generado grandes cambios. El primero de ellos fue la invención de la agricultura y la ganadería, cuando pasamos de ser cazadores y recolectores nómadas a agricultores y granjeros sedentarios, lo cual sirvió de base para el nacimiento de los primeros poblados, los cuales sirvieron de sede a los primeros mercados de intercambio de productos de la actividad agrícola y ganadera, dando origen a la actividad comercial como otro hecho clave en la historia del hombre. La importancia del comercio radicó en que ya no todos los miembros de un poblado tenían que dedicarse a la agricultura y a la ganadería, pudiendo dedicarse a otras actividades como la alfarería y la siderurgia. Hasta ese momento todos esos cambios contribuyeron a generar un saldo positivo en el progreso de la humanidad.
Cuando los primeros poblados comenzaron a crecer en la cantidad de habitantes, empezaron a surgir los primeros problemas de abastecimiento de agua y sobre todo de manejo de los desechos de la población, por lo que las grandes ciudades se asentaron alrededor de grandes ríos o lagos que servían de fuentes de suministro de agua, pero también de cloacas para la disposición de los desechos. Pienso que este es quizás el primer punto en el cual comenzamos a tomar un camino equivocado, por la contaminación que esto generó en las fuentes de agua.
Otro gran hito que generó cambios importantes en nuestro estilo de vida fue la revolución industrial, con la cual el trabajo artesanal se fue sustituyendo por el trabajo mecanizado en las industrias, el cual desplazó cada vez más mano de obra del campo a las ciudades en donde se instalaron esas fábricas, con el consecuente crecimiento de las mismas y con ellas la magnificación de los problemas de servicios y contaminación que ya traían los grandes poblados.
Si bien es cierto que la industria y el desarrollo tecnológico que ha venido con ella nos han dado todas las comodidades de la vida moderna que hoy tenemos, no es menos cierto que el precio que ha pagado el planeta y nosotros con él en materia de contaminación es bien alto. Sin contar el precio que hemos pagado directamente nosotros con una vida mucho más agitada, con altos niveles de estrés y con muy poca disponibilidad de tiempo para el disfrute. Considero que esta es la segunda encrucijada en donde equivocamos el camino que tomamos. No por el desarrollo industrial en sí mismo, sino por su impacto en la polución del planeta y en nuestro ritmo de vida.
Luego vino la era de la información, propulsada por la invención de las computadoras, los satélites artificiales de comunicación y por supuesto la internet, que nos permiten mantenernos comunicados e informados en tiempo real las 24 horas del día, prácticamente en cualquier lugar del planeta. Esta red global produce un volumen de información sobre cualquier tema imposible de procesar por cualquier ser humano, lo cual genera un altísimo estrés sobre aquellos que libran la batalla perdida de mantenerse actualizados en sus campos de interés. En este caso, el problema no lo veo en el camino que tomamos, sino en la forma como actuamos y nos sentimos frente a él.
Menciono solo estos cuatro hitos como generadores de grandes cambios en nuestro estilo de vida, pero por supuesto hay otros que han tenido efectos muy importantes en la historia de la humanidad, por ejemplo:
- El descubrimiento del fuego y su uso para cocer los alimentos, bajando así la energía requerida para digerirlos y dejándola disponible para el desarrollo del cerebro y por supuesto, el uso del fuego para la fabricación de armas y herramientas a base de metales.
- La invención de la escritura, la cual permitió llevar registros, facilitó la comunicación, la transmisión de conocimientos y la expresión de nuevas ideas.
- La invención de la imprenta, que masificó el acceso a la información y al conocimiento, antes limitado a unos pocos privilegiados.
- El descubrimiento de los antibióticos, los cuales incrementaron de manera importante nuestra expectativa de vida.
- La invención de los medios de transporte como el tren, los aviones, los vehículos automotores, que acortaron las distancias, facilitando la comunicación y el intercambio comercial entre los pueblos.
Pienso que los próximos grandes eventos clave serán la ingeniería genética en la cual ya hay avances importantes, la nanotecnología y la inteligencia artificial, las cuales están prácticamente en sus inicios. En ellas debemos tener cuidado en no tomar de nuevo caminos equivocados en su desarrollo.
Con todo lo anterior pareciera que no estoy de acuerdo con el “progreso” que hemos tenido a través de estos grandes acontecimientos, pero no es así. Mi visión no es que tengamos que vivir alejados de la civilización y sin disfrutar de las comodidades de la vida moderna, pero la idea tampoco es vivir con varios celulares, uno para cada operador telefónico de los que hay en nuestro país, por si se cae alguna de las plataformas de comunicación, conectados constantemente a nuestros correos de trabajo y personales y a cuanta red social que exista para mantenernos informados las 24 horas en tiempo real.
Pienso que cuando lo que ocurre afuera prevalece sobre lo que ocurre en nuestras vidas algo no está bien. Opino que con los avances que tenemos hoy día en el conocimiento y la tecnología deberíamos ser capaces de darnos un estilo de vida que no solo incluya el progreso material sino también el espiritual, con un ritmo de vida menos estresante y con más tiempo para el disfrute y sin los riesgos que tenemos hoy de acabar con nuestras posibilidades de supervivencia en el planeta. Por supuesto, esto significa romper muchos paradigmas y sobre todo dejar a un lado muchos intereses particulares por el interés mayor de una humanidad más humana.
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Autor: Juan José Sequera. Autor de la familia de Hermandad Blanca