Revelaciones de Anna Bonus Kingsford El origen del mal 2

Continuamos con la traducción e interpretación de las Revelaciones de Anna Bonus Kingsford. En esta ocasión con el capítulo XIX titulado Concerning the origin of evil, and the tree as the type of creation (En referencia al origen del mal y al árbol como un tipo de creación).

Ya hemos señalado de la capacidad que tenía la Doctora Kingsford para recibir mensajes, los cuales ella transcribía para dejarlos para los posibles lectores. Uno de los objetivos que tenía era que las religiones integrasen estas enseñanzas y permitiesen que sus feligreses tuviesen libertad de interpretación.

Este tema no es en realidad sobre el mal, sino sobre el bien. En la parte 1 de este capítulo se señaló que el mal es resultado de la creación. Aquí se va a insistir en como esa creación regresa a Dios, como individuos, como seres humanos.

Sin embargo, también nos va a decir que existe la libertad de no regresar. 

Veo un lago vasto, profundo y brillante. No tengo seguridad si es un lago o un mar. No tiene límites que se puedan percibir. Sus aguas son tan claras que se podrían ver las piedras brillando en el fondo, si hubiera alguno.

Está cubierto por una corriente de luz nebulosa extendida y difundida de manera pareja por todas partes.  Me doy cuenta, al observarla  que  la luz se concentra en las flores y entre ellas hay espacios de oscuridad causados por la retirada de la luz hacia dentro de las flores.

Entre ellas hay espacios de oscuridad causados por la retirada de la luz hacia dentro de las flores.

Es un vasto jardín flotante de flores y en medio del jardín está un Árbol. El árbol extiende sus ramas hacia todos lados. El jardín es la creación, el árbol es Dios. De alguna manera, parece que las flores son el árbol y las flores pertenecen al árbol.

No puedo distinguir el material del árbol. Al mirarlo se me escapa. No es materia; es la sustancia de la materia, es la divinidad que la sustenta. Dios no es luz, sino que la luz es su manifestación. Dios quiso que así fuera. La luz es el resultado de la voluntad de Dios. Dios dijo “hágase la luz” y la luz se hizo.

La materia es la intensificación de la idea. Todas las cosas son hechas del pensamiento de Dios. Dios es Espíritu y la sustancia de las cosas. Veo dos fuerzas siempre en operación. Son la centrífuga y la centrípeta. Ellas son una, sí, una y la misma. Porque veo la fuerza retornando hacia Dios. La creación siempre se  proyecta desde Dios, como desde un centro luminoso y, a la vez, siempre está regresando.

Algunas partes se resisten a regresar, ellas van al espacio exterior. Están perdidas. Permítame entender ¿Ellas pueden pasar más allá de la atracción Divina? Sí; Me doy cuenta que es así y ¡Ah, ellas están perdidas! El Espíritu se ha separado.

Es como si a ellas se lo hubieran extraído y estas vagan en la oscuridad y se desgastan.

Los demás, que se acercan a Dios, desarrollan el Espíritu en su interior y se hacen más y más como Dios. Dios es lo más rico para ellos. Ellos continúan su existencia. Regresan, pero no se pierden en Dios.

Pensé que describía globos en el espacio, proyectadas desde un sol central, alrededor del cual giraban. Pero al mirar más de cerca, las veo como individuos. Se han convertido en personas. Debe ser que el método de creación es el mismo para todos.

Dios existía antes de la creación. Hubo un tiempo en que Dios no creó. Fue el sábado de descanso de Dios. Estos sábados se repiten, cuando no hay universo material. O sea cuando la mente Divina cesa de pensar. Porque para Dios, pensar es crear. La materia misma es el resultado del pensamiento Divino. La materia fue producida, en su inicio, por la intensificación de la idea.

Me parece que su primera forma (de la materia) fue como agua fluida. El Espíritu es la Divinidad misma. Dios es dual. Al mirar más de cerca, me doy cuenta que, a través de esta dualidad, Dios produce la creación.

El mal es causado por la creación o la proyección del Espíritu en la materia. Es decir, es el Espíritu quien , al ser proyectado lo suficientemente lejos el centro Divino se convierte la materia.

La percepción es una. Los sentidos son modos especializados de percepción. Dios es la percepción misma. Dios es la percepción universal. Dios es ambos, lo que ve y lo que es visto.

Si todos pudiésemos verlo todo, oírlo todo, tocarlo todo etc., no habría mal, porque el mal surge de la limitación de la percepción.

Tal limitación era necesaria, si Dios iba a producir algo diferente a Dios. Cualquier cosa diferente a Dios debe ser menos que Dios.

Sin el mal, por lo tanto, Dios debería permanecer solo. Todas las cosas son Dios, de acuerdo a la cantidad de espíritu en ellas. Y ahora veo que lo más cercano a Dios es una mujer.

En esta parte se le ofrece al lector algunos puntos de vista que le puedan aportar nuevos elementos para hacer su propia interpretación.

En la parte 1, se le había dicho a la Doctora Kingsford que se le darían informaciones nuevas. Esto significa que para comprender el significado de estas frases hace falta paciencia y reflexión.

Comienza hablando del espacio y las flores luminosas rodeadas de oscuridad por que la luz se derrama dentro de las flores. Esto puede hacernos pensar en los Agujeros negros de Einstein.

Estas imágenes van a ir más lejos y nos dice que el Árbol es Dios y está lleno de flores. De alguna manera el Árbol crea el paraiso y luego ese paraíso regresa a las flores del Árbol, en forma de luz.

La materia es la intensificación de la idea. Nos está diciendo que la materia es la luz que se ha alejado de Dios y que un día regresará a Dios. Este regreso no será como materia inconsciente, sino como una humanidad consciente.

Sin embargo, va más lejos. Nos dice que esa materia tambien se puede alejar de Dios, por elección propia. En ese caso se queda sin espíritu y se dispersa en el espacio.

La percepción es Dios. Nuestra limitada capacidad de percibir es Dios en cuanto que la percepción es Divina. Sin embargo es el mal en cuanto es limitada. Pero además nos dice un secreto importante: Dios es el que percibe y lo percibido. Es decir, cuando percibimos estamos usando una capacidad Divina, pero además, lo que percibimos tambien es algo que viene de Dios y va a regresar a él. 

Si reconocemos a Dios, todo es sagrado. si no lo queremos reconocer, nada tiene sentido.

El texto culmina con una frase que rompe los esquemas de las religiones al afirmar que lo más cercano a Dios es una mujer. Esta diciendo que si un hombre quiere estar más cerca de Dios, debe reverenciar a la mujer. A las mujeres también les está diceiendo que deben aprender a apreciarse, porque son lo más cercano a Dios.

El texto nos ofrece algunas ideas para reflexionar:

De Dios venimos y a Dios regresamos.

La decisión de retorno hacia Dios, es individual. Podemos renunciar a ese derecho.

Nuestra capacidad de percibir es Divina y lo que percibimos también tiene su origen en Dios.

Lo más cercano a Dios es una mujer.

Anna Bonus Kingsford Concerning the origin of evil, and the tree as the type of creation

José Contreras redactor y traductor en la gran familia de hermandadblanca.org

Sugerencias de enlaces

Los Arcanos Menores del Tarot Rider

¿Qué es la meditación?

Anna Bonus Kingsford (1) Presentación

Filosofia de La Libertad (4): IX LA IDEA DE LA LIBERTAD