Sentir gratitud: beneficios físicos y emocionales
La gratitud es una emoción que pertenece a lo que se denomina grupo elevado de sentimientos. Es sentir agradecimiento por algo que ya se tiene o que ya pasó. Sentir gratitud es el estado natural de quien recibe algo.
Cuando decimos “sentimientos elevados” nos referimos a aquellas emociones de alta vibración, que hacen que nuestro cerebro, nuestro cuerpo y nuestro espíritu eleven su frecuencia de onda y se puedan conectar energéticamente con aquello que nos hace sentir bien.
Un sentimiento elevado es también el amor, el entusiasmo, la alegría, la compasión. Cuando sentimos estas emociones estamos inyectando una poderosa medicina a nuestro organismo en forma de endorfinas, que nos calman los dolores físicos y espirituales.
¿Qué es la gratitud?
Pero hablemos del agradecimiento, qué pasa en nuestro cuerpo y espíritu al sentir gratitud. Es algo que desde las religiones y las prácticas místicas siempre ha sido relevante. Dar gracias a Dios (sea cual sea la religión que practiquemos), a la vida, al universo, es importante desde un punto de vista ético, moral, místico, esotérico, espiritual –dale el nombre que quieras–.
Aproximadamente desde comienzos del siglo XXI ha cobrado fuerza en la psicología positiva (antes se estudiaban más las emociones desagradables y se trataba de entender por qué se sentían y qué producían en la psique) el estudio del agradecimiento y lo que genera en nosotros.
Así, sentir gratitud se volvió desde la psicología todo un tema para “medir” los niveles de felicidad y de bienestar físico, mental y emocional. Ha habido numerosos estudios en los que se ha podido asociar la gratitud con una mayor felicidad, o al menos con una mejor percepción de bienestar subjetivo.
Pero es interesante notar que sentir gratitud es algo que hay que cultivar, no es un sentimiento primitivo, emocional, básico. Es decir, no todo el mundo puede sentir gratitud: hay que aprender a sentirla. Cuando enseñamos a nuestros hijos a dar las gracias, a valorar lo que los demás hacen por ellos o a darse cuenta de lo que tienen en lugar de lo que les falta, estamos ayudándolos a convertirse en seres humanos superiores, capaces de sentirse agradecidos.
Enfocarnos en lo que tenemos (agradecer) en lugar de en lo que nos falta (pedir) reacomoda nuestro cerebro en más de un sentido. No sólo crea nuevas conexiones neuronales sino que incrementa nuestra capacidad de ver más allá de nuestra realidad personal, nos hace tener una visión más panorámica de la vida en donde las adversidades o las incertidumbres son pasos en nuestro propio crecimiento personal.
Lo más sorprendente es que cuando aprendemos a sentir gratitud, a sentirla de verdad, en nuestra vida comienzan a pasar cosas extraordinarias. Nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro espíritu se alinean y entendemos que todo es un don maravilloso por el que hay que agradecer.
Haz la prueba: escribe todos los días al menos una cosa por la que sentir gratitud, por la que verdaderamente das las gracias y vas a empezar a sentir cosas distintas y buenas.
Sentir gratitud: beneficios físicos
Corazón
Estudios realizados por el HeartMath Research Center y el Quantum Intec Inc. en Estados Unidos, han demostrado una relación entre el agradecimiento y un mejor funcionamiento del corazón (y no en el sentido metafórico): quienes están acostumbrados a agradecer tienen menos problemas cardiovasculares y se enferman menos.
Bienestar físico
Nuestro cerebro cambia literalmente cuando sentimos gratitud. Un estudio de la Universidad de California del Sur demostró que la gratitud estimula ciertas áreas cerebrales que tienen que ver con factores como el sentimiento de recompensa, la autorreferencia, la equidad, la cognición moral; esas áreas con la corteza prefrontal (ventral y dorsomedial) y el córtex del cíngulo anterior.
En la primera los neurocientíficos han ubicado lo que tiene que ver con comportamientos cognitivos complejos, adecuación del comportamiento social así como la expresión de la personalidad; en la segunda expresiones de la empatía y las emociones. Con la gratitud estas áreas se van modificando físicamente.
Cuando escribimos o decimos en voz alta los motivos por los que estamos agradeciendo generamos una impronta notable en nuestro cerebro, y por ello el sistema inmunológico funciona mejor porque uno se siente más fuerte.
Los niveles de estrés bajan y el organismo ya no está en “modo supervivencia”, es decir, como nos enfocamos en lo que tenemos, en lo bueno, en lo que hay que agradecer, ya no vemos lo que nos falta: no nos angustiamos.
Esto quiere decir que a través de la gratitud podemos manejar el estrés de una forma efectiva, y al tener menos estrés nos enfermamos menos, dormimos mejor y en general nuestra salud se fortalece.
Beneficios emocionales
Cuando somos agradecidos nos volvemos menos reactivos a nuestro entorno. Buscamos ayuda cuando la necesitamos y resistimos mejor lo que podría considerarse “momentos adversos”: somos más fuertes.
También somos más felices y hacemos felices a quienes nos rodean. Tendemos a recordar las cosas buenas y a valorar de distinto modo aquello que en su momento fue negativo. La gratitud nos enseña a vivir el presente, el ahora. Y por eso ya no sentimos ansiedad o tristeza, sino alegría. El futuro y el pasado no nos angustian porque no existen.
También nos ayuda a ser más resilientes, ya que manejamos mejor lo que nos ocurre en el día a día. Es decir, aumentamos nuestra inteligencia emocional cuando somos capaces de agradecer. También aumentamos nuestra autoestima y nos sentiremos más seguros de nosotros.
Cómo aprender a agradecer
Es una tarea diaria, que debería convertirse en hábito. Haz el siguiente ejercicio: todos los días escribe cinco razones para dar las gracias (no importa a quién, sencillamente agradece).
Un ejemplo: agradecer por tener una casa, un techo bajo el que cobijarse; una cama, agua corriente, comida, ver la luz, sentir frío o calor. Poder caminar, poder oír, poder saborear, oler; tener ambas manos, ambos pies, orejas, cabello, ojos sanos.
A medida que vas viendo lo que te rodea, lo que tienes que parece obvio pero que de ningún modo lo es, te vas dando cuenta de que en realidad eres afortunada/o. Poco a poco la lista irá creciendo aun sin que lo percibas porque empezarás a dar gracias por el día hermoso o lluvioso, por las flores que viste en la acera y que nunca antes habías visto, por los árboles, por las personas con las que te cruzas en la calle, por el vaso de agua que te acabas de beber.
Si te parecen cosas pequeñas, piensa nada más en los millones de personas enfermas, sin hogar, sin las mínimas comodidades que nos parecen normales (agua o electricidad, por nombrar apenas dos).
Sentir gratitud, además, permite que seamos menos materialistas y que nos fijemos en las cosas verdaderamente importantes: en las cualidades de las personas y no en sus posesiones. En nuestro interior en lugar de lo que poseemos.
Por último, algo muy importante: podemos aprender a dar gracias por lo que tenemos antes de tenerlo. Esto quiere decir que es una manera de moldear nuestro futuro, porque en la medida en que seamos capaces de sentir agradecimiento, de lograr un estado del ser agradecido antes de que la realidad se materialice, aquello que deseamos se nos presentará espontáneamente: si la gratitud es el estado de quien recibe, entonces cuando damos gracias por lo que aún no tenemos le decimos al universo que todo está bien.
Haz del agradecimiento una forma de ser y de actuar. Antes de acostarte piensa en lo bueno que te ocurrió durante el día y da gracias, y cuando te levantes agradece el nuevo día que se presenta.
Aprender a sentir gratitud es aceptarnos como somos y alegrarnos por ello. Es lograr la paz interior. ¿Te suena «y todo lo demás se os dará por añadidura»?
Autora: Maite Ayala, redactora en hermandadblanca.org
Fuentes: https://www.health.harvard.edu/newsletter_article/in-praise-of-gratitude, https://habitosexitosos.com/despiertalaconciencia/ser-agradecido-beneficios/, https://www.cuerpomente.com/psicologia/desarrollo-personal/gratitud-beneficios_1693
Todo lo contrario es la ingratitud.
La autora del artículo ha logrado resumir la esencia de lo "mágico " de agradecer. El agradecimiento nos trae bondad y libertad a nuestra vida. Y es tan sencillo. Gracias por el artículo y los ejercicios recomendados. Lo compartiré.
Yo soy practicante de la gratitud con conocimiento cientifico y mistico del tema y lo que Maite ha escrito esta tan completo desde casi todos los puntos de vista, como son cientifico, espiritual, emocional, mental, psicologico, fisico, de salud integral, que puede ser usado perfectamente como un texto educativo.