Vestir siempre igual: Las ventajas de elegir todos los días la misma ropa, y por qué algunas de las personas más pensantes lo eligen
La vestimenta que elegimos llevar dice mucho de nosotros. Es parte de nuestra identidad y de muchas maneras afecta nuestras las respuestas que recibimos de lo de los demás. Además, nos predispone para enfrentarnos al día que tenemos por delante.
Y en los últimos tiempos, se ha empezado a notar una tendencia por parte de grandes personalidades. Y esta tiene que ver con vestir siempre igual. Sin importar el día ni las actividades que tengan por delante, muchas personas eligen llevar siempre la misma ropa. Sin embargo, esto no es solamente una muestra de excentricidad.
Estas personas no eligen vestir siempre igual por capricho. Y no es simplemente una moda nueva.
¿Puedes imaginarte vestir de la misma manera todos los días?¿Cuál es el sentido de elegir cada día la misma vestimenta? O mejor dicho. ¿qué desventaja tiene el cambiar espontáneamente de ropa todos los días?
Pues bien, quédate con nosotros mientras encontramos la respuesta a este interrogante tan poco común, pero tan interesante.
Personalidades que eligen vestir siempre igual
Esta tendencia, como dijimos anteriormente, está avalada por grandes personalidades. Entre ellos, los creativos Mark Zuckerberg, creador de Facebook; Albert Einstein, creador entre otras cosas de la Teoría de la Relatividad; o Steve Jobs, ícono fundador de lo que es hoy el imperio Apple. Ninguno de estos personajes toma decisiones a la ligera. De hecho, son de las personas más analíticas que existen o han existido en el pasado cercano.
Sin embargo, también vemos alguna forma de esta tendencia en algunas de las herencias que nos quedan hoy de nuestro pasado histórico.
Por ejemplo las vestimentas de los monarcas y faraones antiguos, los uniformes, los hábitos en los sacerdotes, las kasayas de los monjes tibetanos, etcétera.
Entonces, podemos decir que no es sólo cuestión de imagen personal y estilo. La historia nos demuestra, entonces, que hay una razón para vestir siempre igual. Y la razón primera tiene que ver con algo tan fundamental como una actividad que realizamos por lo menos una vez por minuto.
Relación entre vestir siempre igual y la toma de decisiones
Sabemos que normalmente sólo aprovechamos una porción menor de nuestra capacidad cerebral. Y cada una de nuestras actividades mentales se encuentra directamente sesgada por este límite, que varía de persona en persona. Entre estas actividades, una de las que realizamos en mayor cantidad en el día (y que mayor protagonismo goza en nuestra historia) es la toma de decisiones.
La toma de decisiones es primordial para todos los acontecimientos que llevamos a cabo en el día. Y aquí es donde el vestir siempre igual toma de repente un significado más relevante.
Imagina que cuentas con una habilidad limitada para tomar decisiones en tu cotidianidad. Y que cada decisión que tomes te acerca más a agotar ese número. Si tienes en cuenta la importancia de las decisiones que hacemos en nuestra vida, ¿no elegirías mejor en qué gastas cada una de tus decisiones diarias?¿Quizás en cosas más importantes que la vestimenta que vas a usar, o el desayuno que tendrás en la mañana?
Pues eso es sin lugar a dudas el argumento más fuerte para vestir siempre igual, y es en donde se apoyan estos grandes cerebros adoptar esta tendencia.
Pero, ¿cómo es eso de que poseemos un límite en la cantidad de decisiones que podemos tomar en el día?
La fatiga decisional y su papel en nuestra vida
Pues aparentemente es lo que sucede. Y es el psicólogo social estadounidense Roy F. Baumeister el que le pone nombre: Fatiga Decisional.
Este tipo de fatiga no tiene nada que ver con el cansancio físico. De hecho, vestir siempre igual no implica muchas veces menor esfuerzo que cambiar de ropa. Pues incluso cuando estás realizando ejercicio, muchas veces tu cuerpo está cansado pero tu mente, activa, te hace seguir adelante.
No, esta tiene que ver con la energía mental que gastamos para llevar a cabo la actividad de decidir.
El síndrome de Fatiga Decisional es entonces, un desgaste mental. Y es muy común en la actualidad que nos encontremos mucho más cerca de llegar a nuestro límite todos los días. Debido, por supuesto, a la cantidad de información a la que nos encontramos expuestos en estos tiempos modernos.
Según el doctor Baumeister, la mayoría de las personas cuenta todos los días con una reserva acotada de energía cerebral. Y esta, al agotarse, nos deja sin combustible para tomar buenas decisiones. Es muy común entonces el dejarse llevar por los otros, elegir el camino más fácil (que en muchas ocasiones es el peor) o paralizarnos y no responder de ninguna manera.
¿Y cómo nos ayuda vestir siempre igual? Pues bien, este número no implica solamente las decisiones grandes e importantes en la vida. También cosas menores como cocinar o pedir comida, qué desayuno tomar y en qué orden llevaré a cabo las actividades en el día.
Comportamientos asociados a la fatiga decisional
Este tipo de fatiga no es menor. Más allá de que decidamos cambiar nuestro atuendo o vestir siempre igual, la cantidad de decisiones que tomamos en el día es inmensa. Y con cada una de ellas nos acercamos un poco más a la fatiga mental.
Por un lado, uno de los fenómenos más asociados a la fatiga por decisiones es la conocida como el Agotamiento del Ego. Este, propuesto por el mismo doctor Baumeister, tiene que ver con la capacidad para el autocontrol. Nuestra autoridad para decidir sobre aquellas cosas que requieren fuerza de voluntad.
La fuerza de voluntad y la disciplina también requieren de energía mental para poder mantenerse.
Por otro lado, el ya mencionado exceso informativo del que somos víctimas el día de hoy tiene nombre, y se lo conoce como síndrome de Fatiga Informativa. Esta se desarrolla debido a la inundación de datos con la que bombardeamos a nuestra consciencia. Y es uno de los principales obstáculos a la hora de tomar decisiones.
El papel de la toma de decisiones
Cuando decimos que tomar decisiones es una de las actividades primordiales de nuestra vida, no podemos hacer caso omiso de esta condición.
Nuestro día es una sucesión de decisiones tomadas a cada momento. No podemos dejar de tomarlas. Las decisiones incluyen el levantarnos de la cama, ir al baño, y prepararnos el desayuno. Y de ahí en adelante, prácticamente todo lo que sigue.
Vestir siempre igual es una buena idea si se piensa en optimizar nuestra energía para las decisiones más importantes. Puesto que la mayoría de las decisiones las tomamos de manera inconsciente. Pero de la misma manera, aunque no podemos dejar de tomarlas, tenemos la capacidad para automatizar u optimizar algunas.
Optimizando nuestras decisiones
Las decisiones más agotadoras son aquellas que llevamos a cabo una y otra vez. Si elegimos vestir siempre igual nos libramos de una decisión al día, lo cual no es poco decir. De esa manera, lo automatizamos para no tener que pensarlo más adelante. Y este es el poder de establecer una rutina y hábitos que nos libren del exceso de gastos energéticos en cosas que no son realmente importantes. Ya sea que lo elijas para tu vida o no, ahora por lo menos cuentas con el conocimiento que te permite elegir sobre este comportamiento.
Pero esa, como todas las otras, será tu decisión.
AUTOR: Lucas, redactor y traductor de la gran familia de hermandadblanca.org
FUENTES:
Muy bueno, conozco un par de personas que visten siempre igual y de negro. Ahora los entiendo.
Su sitio está muy bueno.
Gracias! !???