Acoso escolar (2) debilitando al acosador
Acoso escolar (2) debilitando al acosador
Introducción: debilitando al acosador
El tema que estamos tratando es el del altruismo como forma de enfrentar el acoso escolar. En el artículo anterior sobre el acosador mostramos que si la persona acosada en la escuela aprende a servir a otros estudiantes, ella descubrirá sus fortalezas y que esto es un paso importante para liberarse de su situación de minusvalía frente al acosador escolar.
Hoy vamos a ver como el altruismo puede ayudar a los que apoyan al acosador a liberarse de la necesidad de reforzarle su conducta.
Normalmente se hace referencia al acosador y al acosado, pero no se le da importancia a la función de los que le ríen la gracia al acosador. En algún sentido estos también son acosados escolares. La mayoría de ellos no se saben defender y por esto se humillan ante el acosador apoyándolo. No tienen la fuerza para independizarse de él. Lo más grave de esto es que su falta de coraje apoya el abuso a los más débiles.
Estos estudiantes que son complacientes con el acosador corren el riesgo de pasar su vida aplaudiendo a quienes se muestran agresivos e incluso podrían llegar a cometer delitos, solo por no haber aprendido a decir que no.
Estos estudiantes que son complacientes con el acosador corren el riesgo de pasar su vida aplaudiendo a quienes se muestran agresivos e incluso podrían llegar a cometer delitos, solo por no haber aprendido a decir que no.
Acoso escolar: Debilitando al acosador
Como ya dijimos, en esta ocasión queremos centrarnos en la parte acosadora. En el artículo anterior dimos una sugerencia para fortalecer al acosado que consistía en fortalecer su visión del mundo por medio del altruismo. La idea era que descubriera que tenía fortalezas que podía aportar a otros niños en el ambiente escolar. Este servicio a otros le daría reconocimiento de los otros niños, de sus docentes y de sus padres.
Ahora vamos a centrarnos en la parte del acosador. Es evidente que si él acosador no quiere cambiar, no va a hacerlo. Pero es posible quitarle los refuerzos que le animan a seguir maltratando a los más débiles.
Es evidente que si él acosador no quiere cambiar, no va a hacerlo. Pero es posible quitarle los refuerzos que le animan a seguir maltratando. Vamos a trabajar con quienes lo aplauden
Los que aplauden
Es conocido que el acosador escolar busca que sus compañeros le aplaudan sus bravuconadas. Para que esto se dé es muy importante que cuente con un grupo que lo apoya. Es posible que uno o dos sean igualmente acosadores, pero la mayoría son muchachos sin la fuerza suficiente para enfrentarlo y negarse a darle apoyo.
Lo que estamos planteando es trabajar con los que apoyan al acosador para que entiendan que gran parte de la fuerza que este tiene se la dan ellos. Los que tienen la fuerza real son ellos. El trabajo consiste en realizar dinámicas con los compañeros de niño o joven acosado y mostrarles que el acosador es un ser débil que necesita el reconocimiento de otros.
El error del grupo es creer que el estímulo del acosador es interno y no darse cuenta que sin ellos este no tendría ninguna fuerza para hacerle daño a otro.
En realidad el acosador es alguien débil y por esto necesita mostrarse agresivo con personas que están en minusvalía frente a él.
Un ejemplo de esta situación es el que el acosador le esconda el bastón a una compañera ciega. Los que se ríen del “chiste” además de hacerse cómplices de la situación, están reforzando que esa conducta se repita. Es muy posible que algunos de los que se ríen estén en desacuerdo, pero no saben cómo manifestar su sentimiento.
Dramatizar la situación del acosador
Es aquí donde los docentes tienen un papel que cumplir. Vamos a presentar una sugerencia con la intención de que sirva de modelo para implementar otras. La que ofrecemos es una forma de dramatizar lo que ocurre.
Esta idea está en la obra de Shakespeare titulada Hamlet.
En esta obra Hamlet quiere saber si su padre fue envenenado por el nuevo Rey. Para esto presenta una obra ante los nobles de la Corte y en la obra se presenta la forma en que pudo ser envenenado y observa que el nuevo Rey se muestra incómodo. Esto es para Hamlet un indicio de que este Rey asesinó a su padre.
En esta ocasión, la intención no es descubrir quién es el que instiga a que ocurran los acosos, sino a que los que apoyan se hagan conscientes de su error al reír las maldades del abusador.
En esta ocasión, la intención no es descubrir quién es el que instiga a que ocurran los acosos, sino a que los que apoyan se hagan conscientes de su error al reír las maldades del abusador.
Tema a dramatizar
Entre los juegos de roles que se podrían realizar está el de actuar como si se le hace daño a alguien y el grupo lo aplaude. Para que el rol de agresor sea más adecuado al ambiente escolar se podría usar un muñeco que represente al estudiante agredido, o podría ser el muñeco de un animal maltratado, como un perro.
Tres escenas del drama
En un primer momento el agresor es aplaudido por sus compañeros.
En la segunda ocasión nadie lo toma en cuenta y
En la tercera de manera directa lo critican por su acción.
Se puede conversar sobre la sensación del grupo en cada ocasión:
Conversar sobre porque el grupo aplaude. Que sienten al aplaudir a un abusador.
Conversar sobre porque el grupo actúa de manera indiferente. Que sienten al no aplaudir al abusador y que creen que siente el abusador.
Conversar sobre cuando el grupo critica al abusador. Que sienten al criticarlo.
Entre estas dos últimas acciones cuál creen ellos que le quita más fuerza al abusador.
Al final, pueden agregar una escena más al juego de roles. Que uno a varios de los compañeros se acerque al muñeco agredido y le ofrezca apoyo.
Negarle apoyo afectivo al acosador
Lo que se quiere con esta dinámica es que los estudiantes que no comparten la conducta de acoso, descubran que ellos no deben reír, cuando alguien muestra conductas de acoso.
Si no quieren enfrentar al acosador, pueden negarle su apoyo afectivo.
Gran parte del refuerzo que recibe el acosador viene dado por quienes están en desacuerdo, pero se sienten obligados a sonreír y aplaudir. Este es el error que va a afectar sus personalidades.
Es muy importante señalar que quienes se sienten obligados a apoyar al abusador también están sufriendo un tipo de acoso, al perder la libertan de expresar sus sentimientos de compasión hacia el débil. Incluso pierden la capacidad de mostrar altruismo y de darle apoyo a quien lo necesita.
Ejercicio sobre altruísmo
Otro ejercicio ya sugerido en el artículo anterior en el que propusimos que los niños que sufren acoso escolar puedan reconocer sus valores haciendo algo para los demás.
Esa misma alternativa puede ser muy útil para quienes aplauden a los que acosan. Ya hemos dejado claro que ellos también son acosados de manera indirecta. La propuesta es que ellos se pueden integrar en actividades apoyando al niño o joven que es acosado. En el artículo anterior supusimos que el niño sabía ajedrez y que se les enseñaba a otros niños. En ese ejemplo los otros niños pueden participar ayudando al niño acosado a realizar sus actividades. Ya hemos señalado que debe ser con apoyo docente.
También puede ser que tengan otras capacidades y que quieran aportarlas a sus compañeros. La idea es que se creen formas de convivencia que marginen las actitudes del acosador y fortalezcan las actitudes de altruismo.
Desarrollo del carácter
Lo que se quiere enfocar aquí es la importancia del desarrollo del carácter. Estos jóvenes deben aprender que la vida les está ofreciendo una ocasión para aprender a no dejarse mover por las acciones de quienes parecen más fuertes que ellos.
En la medida en que ellos no presentan resistencia ante quienes abusan de otros, están perdiendo su capacidad para decir no en las diferentes pruebas que les presente la vida. Habrán muchas ocasiones en las que otros les van a exigir un apoyo que ellos no quieren dar.
Si ellos aprenden desde jóvenes a no involucrarse con la falta de altruismo, durante su vida van a fortalecer su capacidad de defenderse de esas influencias.
El acosador debilita a quienes lo aplauden
Uno de los puntos que hay que recalcar es que el sentirse obligado a apoyar con aplausos o con sonrisas es una forma de ser acosado. Por el contrario al no participar en el apoyo a esas conductas negativas, se está fortaleciendo la capacidad para ser respetado por los acosadores.
Pero además de esto, al resistirse a ser público de los acosadores les estamos quitando la fuerza que necesitan los abusadores para seguir maltratando a los demás.
Pero además de esto, al resistirse a ser público de los acosadores les estamos quitando la fuerza que necesitan para seguir maltratando a los demás.
Es importante que los estudiantes aprendan que ellos tienen que decidir si el control lo tienen los demás o si el control es interno. Si ellos no toman el control de su vida es seguro que van a depender de seres muy inferiores a ellos, pero que quieren mostrar poder. Este es el caso no solo de quienes son considerados acosados, sino también de los seguidores del acosador.
La idea de fondo es aprovechar el egoísmo del acosador para usarlo como contra-ejemplo y así despertar los valores éticos que van a desarrollar el carácter de quienes quieran participar.
El hombre mediocre
Se pueden sugerir las lecturas de obras entre las cuales está la de José Ingenieros “el hombre mediocre”.
“El mediocre es dócil, maleable, ignorante, un ser vegetativo, carente de personalidad, contrario a la perfección, solidario y cómplice de los intereses creados que lo hacen borrego del rebaño social. Vive según las conveniencias y no logra aprender a amar. En su vida acomodaticia se vuelve vil y escéptico, cobarde. Los mediocres no son genios, ni héroes, ni santos”. https://www.wikiwand.com/es/El_hombre_mediocre
Para quienes quieran leer la obra de «El hombre mediocre» de José Ingenieros la pueden conseguir en https://es.wikisource.org/wiki/El_hombre_mediocre
El Hombre altruista
Es importante comprender que no necesitamos humillar a otro para tener éxito. Lo noble es aprender a sentir con el otro. Descubrir que podemos llegar más lejos si somos sensibles a los problemas de los demás y si nos reunimos con los que saben más que nosotros y son más nobles que nosotros.
En vez de ser coristas de los que hacen daño debemos aprender a desarrollar nuestro carácter relacionando nuestras ideas nobles con nuestra acción.
En vez de ser coristas de los que hacen daño, debemos aprender a desarrollar nuestro carácter relacionando nuestras ideas nobles con nuestra acción.
En resumen
En este artículo hemos querido tomar otro aspecto del problema del acoso escolar. Normalmente se ve como un problema de la persona acosada y del acosador, pero se olvida que para que esta situación suceda es necesario que haya un público que apoye.
Es posible que dentro de ese grupo haya algunos que también sean acosadores. Pero queremos señalar que muchos de los que hacen coro lo hacen porque no han desarrollado el carácter y no saben cómo enfrentar una situación con la que no están de acuerdo, pero tampoco quieren que los vean como débiles.
Si se les aporta una visión diferente sobre la personalidad del acosador, por medio de películas o como se señaló por medio de una representación teatral, se les habrá dado un nuevo punto de apoyo.
Si además se les ayuda a apoyar en diferentes actividades al que es acosado también los estamos sacando de las conductas de apoyo al acosador. También es importante que se les haga sentir que son importantes por las capacidades que tiene de ayudar a otros. Entonces no necesitaran aplaudir a quien realiza actos de maltrato.
Lo más importante se descubren que la fuerza del acosador está en quienes lo apoyan, comprenderán que ellos tiene una fuerza para impedir el abuso y para promover el altruismo.
Lo más importante se descubren que la fuerza del acosador está en quienes lo apoyan, comprenderán que ellos tiene una fuerza para impedir el abuso y para promover el altruismo.
Referencias
Sobre la obra «El hombre mediocre»
José Ingenieros El hombre mediocre.
José Contreras redactor y traductor en la gran familia de hermandadblanca.org
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