El problema del Ser y la Gnoseología ¿Qué clase de pensador eres? Parte 2
En ésta entrega sobre la problemática del ser y la gnoseología, nos ocuparemos de la posibilidad del conocimiento.
Dado que el Ser nunca es univoco sino equivoco; se expresa de muchas formas. Por ende no se lo conoce en sí mismo, sino a través de sus relaciones con el pensamiento humano y con otros entes.
En primer lugar, debemos recordar que para filosofar sobre cualquier objeto o experiencia metafísica; dada como expresión del ente, llamase un ángel, un demonio, un viaje astral, experiencias mágicas, la ouija, la astrología, etc, conviene examinar su naturaleza desde una óptica o postura filosófica.
Podes leer también: Ontología: definición, autores y ejemplos, un acercamiento básico a la Filosofía
El Dogmatismo en Gnoseología
El dogmatismo es en gnoseología, la postura que nos indica que la verdad existe ya dada de antemano, y que podemos lograr acceder a ella sin mayor dificultad.
Una persona puede tener esta postura (y es válida para ella), pero esta posición no implica un problema en gnoseología como tal.
Por ejemplo, un creyente, estará 100% de la existencia de Dios, y que la iglesia posee la verdad. Asimismo negaría experiencias que pueden existir ya que su creencia o doctrina fijada (de allí la palabra dogma) le impediría ver más allá de su nariz. O una persona, a ciegas podría creer en la existencia de los demonios sin examinar dicha creencia.
Para el dogmático no existe el problema entre el sujeto y objeto cognoscente y se engaña en las apariencias del mundo y cree que lo percibido por sus sentidos es la única realidad posible.
En consecuencia, el dogmático pasa por alto que los valores del mundo y sus propios procesos se den en función de una conciencia cognoscente.
Como es de entrever, en esta posición, la persona no se preocupa mucho por cómo nace el conocimiento, que hay más allá de la muerte, y puede vivir su vida sin examinarse mucho a sí mismo.
Es un ser alienado por otro (sean instituciones, los sentidos o una creencia “rígida de que las cosas son como son”) que vive en un caverna.
El Escepticismo en la teoría del conocimiento
Contrariamente, en gnoseología, el opuesto del dogmatismo es el escepticismo. Si para el dogmático el conocimiento del ser era directamente por los sentidos y los objetos, el escéptico negará que exista la relación de sujeto y objeto.
Una persona con esta perspectiva afirmaría que nada existe, o de existir no podría conocerse.
Uno de los pensadores griegos con ésta perspectiva es Pirrón de Elis y el sofista Protágoras. Un escéptico, no se fijará mucho en el objeto del mundo, sino en la propia subjetividad.
Puede creer que todo es un sueño, y que nada es real, que el ser es una ilusión.
Una persona escéptica, dudará mucho de todo, pero su duda no será como la de Descartes (quien buscada a través de ella un principio o criterio de verdad para fundar conocimientos). Puede ser una persona que tenga muchas dudas en su accionar.
Un escéptico podría decir que no se pueden conocer las cosas, esto sería un escéptico absoluto o lógico.
Puede que haya otros que afirmen que es probable conocer algunas cosas. Una persona puede decir “que todo es relativo” o que “nada se puede conocer” pero, al decir esto, no se dan cuenta que se anulan a sí mismo, ya que su juicio se convierte en un principio epistemológico.
Variantes del escepticismo en Gnoseología: El subjetivismo y el relativismo
Como han de intuir, el escepticismo se relaciona con el subjetivismo y con el relativismo. Para estas dos últimas no existen verdades absolutas sino verdades parciales, y son válidas solo para el sujeto. Bien decía Protágoras:
“El hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en cuanto son, y de las que no son en cuanto no son”.
En el subjetivismo se hace un reduccionismo del mundo al aparato psíquico del sujeto que emite un juicio. De esta forma se puede expresar la postura deísta y decir que “toda verdad es subjetiva”.
Para un relativista, la validez del conocimiento no depende del aparato psíquico, sino del ambiente externo.
Así un relativista puede asumir una posición agnóstica de los fenómenos, es decir, Dios o un ángel o un fenómeno paranormal puede o no existir, mientras no se demuestre lo contrario.
El pragmatismo en la teoría del conocimiento
Una de las posturas en gnoseología más llamativas es sin duda el pragmatismo. Aquí es posible dar una hipótesis comprobable de la existencia del alma, siguiendo los conceptos de Spinoza. Pero antes abordemos de que se trata
El pragmatismo, es la postura filosófica que similar al escepticismo deja a un lado el criterio de verdad de que debe de haber concordancia entre la cosa y el pensamiento. Para un pragmático no importa mucho si una cosa es verdad o no, sino la utilidad que se le dé a ella.
Un ejemplo de esto está en los grandes maestros, ellos partían que el ser humano en esencia es voluntad, y a través de la acción se llega a un bienestar y una comunión con Dios. Por ejemplo a Jesuscristo cuando le dice a sus discípulos:
15 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?
17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos (Lc. 6.43-44)
En esa metáfora del gran maestro Jesús el Cristo, se observa la máxima fundamental del pragmatismo que se expresa según C.S. Peirce en que la “idea de una cosa no es más que la idea de sus efectos sensibles”.
Una vez visto lo anterior, conviene traer una definición del Alma dada por Spinoza (1677) quien afirma que el alma es «la idea del cuerpo existente en acto” y después agrega:
El alma humana no conoce el cuerpo humano mismo, ni sabe que existe, sino por las ideas de las afecciones de que es afectado el cuerpo (proposición XIX, parte II, p.144)…El alma no se conoce a si misma sino en cuanto percibe las ideas de las afecciones del cuerpo. (proposición XXIII, parte II, p.147)
De esta forma, se observa que el alma humana tiene un sentido práctico, orientándose a experimentar la realidad de diversas formas, a través de los sentimientos y voliciones y como se articulan en la idea del yo, para un bienestar psicofísico, ya que la represión e inhibición de los sentimientos así como el estrés inciden en la producción de algunos síntomas.
El criticismo gnoseológico
Su nombre viene del griego “κρινω” (Krino) que significa examinar, conocer o separar. Es una postura gnoseológica que busca conciliar las anteriores para dar un con conocimiento más certero o adecuado. Comparte con el dogmatismo la confianza de que existe el conocimiento, pero no a ciegas.
Paralelamente comparte con el escepticismo, que no todo debe tomarse como evidente a simple vista, y que debe examinarse desde la razón, preguntando por la condición de posibilidad de los objetos y cosas que aparecen ante la conciencia.
Una persona con esta postura será reflexiva, crítica, y será un excelente buscador de la verdad. Bien señala Hessen (2006) que:
El criticismo es aquel método de filosofar que consiste en investigar las fuentes de las propias afirmaciones y objeciones y las razones en que las mismas descansan, método que da la esperanza de llegar a la certeza. (p. 48)
De este modo, esta postura invita a ser alguien con una actitud intermedia, y examinando los juicios y conocimientos invita a comprobar la certeza de las razones sobre las cuales un fenómeno cualquiera (llámese ángel, demonio, un vidente) descansa.
En resumen, la posibilidad del conocimiento en gnoseología para un dogmático, está dada de antemano, no existiría para él problema alguno. En cambio, para un escéptico (o sus variantes) no sería posible una validez universal del conocimiento o incluso no existiría, y todo sería relativo de acuerdo a cada subjetividad.
En cambio para un pragmático, no tiene mucho sentido preguntarse por la validez del conocimiento sino por su utilidad, y su eticidad práctica. Y para un criticista es posible llegar a un conocimiento perfectible examinando sus bases y las condiciones que posibilitan cualquier experiencia o fenómeno dado.
Como ha de intuirse, en una próxima entrega hablaremos sobre el origen del conocimiento humano.
Autor: Kevin Samir Parra Rueda, Redactor en la Gran Familia de hermandadblanca.org
Referencias:
- Hessen, J. (2006). Teoría del conocimiento. Bogotá, Colombia: Gráficas modernas.
- Peirce, C. (1878, tr. 1988). Como esclarecer nuestras Ideas. Charles S. Peirce. El hombre, un signo (El pragmatismo de Peirce), José Vericat (trad., intr. y notas). Barcelona, España: Crítica. 1988, pp. 200-223
- Spinoza, B. (1677. tr.1987). Ética demostrada según el orden geométrico. Madrid, España: Alianza editorial. 7ma reimpresión, 2009
- La biblia, reina Valera (1960). Por sus frutos los conocereís. Mateo 7:15-20 https://www.biblegateway.com/passage/?search=Mateo+7%3A15-20&version=RVR1960