La intención de los mensajes que recibimos y retransmitimos…
Recibir un mensaje y retransmitirlo es ya una práctica habitual cuando manejamos las redes sociales, pero muchas veces no nos damos cuenta de la dualidad en la intención de los mensajes que recibimos y retransmitimos a través de las redes sociales, porque esta viene bien disfrazada, disimulada, imbuida en el propio mensaje, lo que hace muy difícil que lo podamos percibir a primera vista. Estoy hablando aquí de lo que se conoce como mensajes subliminales. Mensajes cuyo propósito real no es fácilmente perceptible.
Un mensaje subliminal es un mensaje diseñado para causar un efecto determinado sin ser detectado. Y nuestras redes sociales y medios de comunicación están llenos de ellos. De hecho, esto se ha convertido en una ciencia que utiliza las redes sociales como laboratorio en el cual se estudia el comportamiento de las personas, analizando patrones de conducta y preferencias para anticipar una reacción en función de un mensaje.
Esta ciencia se empezó a desarrollar con fines comerciales, para hacer que los consumidores compraran ciertos productos, por lo que se hizo una práctica común de las carreras relacionadas con mercadeo y ventas. Pero ahora se construyen perfiles y se estudia el comportamiento de personas, o grupos de personas, para otros fines, como por ejemplo sembrar miedo en la población para manipularla, de lo cual ya he hablado en este artículo.
Ahora bien, no soy experto en este tema de los mensajes subliminales, así que no es mi intención ir más allá en el análisis de este tipo de mensajes. Más bien, mi intención es la de hacer notar la creciente exposición a este tipo de mensajes a la que estamos sujetos, y cómo poder manejar esa situación sin que afecte de manera negativa el proceso de despertar de consciencias en el que estamos inmersos.
Pienso que es nuestra obligación afinar nuestra capacidad de análisis y nuestra intuición, que son dos herramientas sumamente poderosas con las que contamos y que nos pueden permitir discernir el motivo oculto detrás de los mensajes que recibimos, y así determinar cuáles mensajes vamos a retransmitir por estar alineados con nuestro entendimiento, y cuáles debemos descartar porque solo ayudan a crear confusión o a distorsionar la realidad de quienes los leen.
La intención de la información que recibimos tiene polaridad
Los seres humanos vivimos entre dos extremos. Luz y oscuridad; entendimiento e ignorancia; claridad y confusión; amor y miedo. Eso ya lo he expuesto ampliamente en este artículo. Y todo cuanto existe en nuestra realidad se ubica en una de esas dos polaridades. Incluso, la intención de los mensajes que recibimos a través de las redes sociales y la información que recibimos a través de los medios de comunicación.
Así que podemos inferir que toda la información que recibimos a tiende hacia una de estas dos polaridades que, para simplificar, podríamos llamar claridad o confusión. Todos los mensajes que recibimos a través de cualquier medio tienen como intención causar uno de estos dos posibles efectos: o aclarar o confundir.
Los mensajes que aclaran nos ayudan a avanzar. Nos dan nuevas pistas para armar nuestro rompecabezas personal que representa nuestra evolución. Nos animan e impulsan a seguir adelante, porque nos dan razones para seguir avanzando en nuestro camino. Estos son mensajes que están polarizados hacia el amor, que se manifiesta como claridad, y cuya intención es la de brindar apoyo en la situación personal de cada quien.
Por el contrario, los mensajes que confunden nos estancan Estos son mensajes que nos distraen y que nos hacen desviarnos de nuestro camino o detener nuestro avance. Estos mensajes nos llenan de miedo, y ya sabemos que el miedo nos paraliza y nos hace perder el enfoque. Estos mensajes están polarizados hacia el miedo, y su intención es la de confundir a quienes los leen, con el fin de detener su progreso espiritual.
Los medios de comunicación y las redes sociales son el medio
Todos estos mensajes a los cuales me estoy refiriendo circulan a través de redes sociales y medios de comunicación. Son ampliamente visibles en las noticias, en los programas de televisión, en las películas y en todas las redes sociales. Buena parte de toda esa información está diseñada para crear un efecto sobre las personas que la reciban.
No sé si ya te has dado cuenta de que vivimos en una sociedad en la cual la manipulación y la mentira están a la orden del día. Incluso, podríamos decir que ésta es una práctica ampliamente aceptada en nuestro modelo social. La manipulación y la mentira se han convertido en la norma, lo que hace que muchas veces sea difícil descifrar la verdadera intención de un mensaje, información o noticia.
Pero, más allá de establecer la responsabilidad que las redes sociales y de los medios de comunicación tienen en este tema de la manipulación de las masas, está nuestro papel como receptores de dichos mensajes. Porque ocurre, cada vez con más frecuencia de lo que me gustaría reconocer, que recibimos y retransmitimos mensajes que aparentemente exaltan valores tales como el coraje, el amor propio y la dignidad, pero que en el fondo, esconden un mensaje de separación, de desintegración e incluso hasta de racismo.
Si no aprendemos a descifrar la intención o el motivo ulterior de cada mensaje que estamos recibiendo, sin quererlo, nos estamos convirtiendo en parte del problema al hacernos partícipes y cómplices de mensajes subliminales que confunden, generan miedo, discriminan, separan, victimizan y que juegan en contra de nuestro propio proceso de despertar como seres humanos.
Aprender a determinar la polaridad del mensaje
Determinar la polaridad de un mensaje no es tarea fácil porque, con el pasar del tiempo, los mensajes que recibimos son cada vez más elaborados y mejor diseñados. Así que, ¿cómo determinar si un mensaje aclara o confunde? Hagamos un ejercicio. Supongamos que recibimos un mensaje como el siguiente:
«Este es un mensaje de amor y de libertad para mi pueblo. Un pueblo que ha sido oprimido, discriminado y maltratado por otros pueblos que siempre nos han considerado menos que ellos. Pero eso poco importa, ya que somos un pueblo invencible. Un pueblo que, sin importar las adversidades que tengamos que enfrentar, al final prevalecerá. Sacaremos, como siempre lo hemos hecho, lo mejor de nosotros mismos y alcanzaremos el lugar que por derecho divino nos corresponde en este planeta. Y quienes nos han oprimido, discriminado y maltratado, recibirán lo que merecen. Porque no se puede hacer el mal a otros y recibir un bien a cambio».
Este es un mensaje que, a primera vista, busca exaltar el valor de un pueblo oprimido que está determinado a salir adelante. Y cualquiera pensaría que es un mensaje que está polarizado hacia el amor. De hecho, inicia con dos palabras cuya polaridad es más que obvia: amor y libertad. Pero, en realidad, es un mensaje polarizado hacia el miedo y que genera confusión.
Habla el mensaje de un pueblo que «prevalecerá«, lo que significa que estará por encima de otros pueblos. También menciona la palabra «invencible» y la frase «el lugar que por derecho divino nos corresponde«, lo que establece una posición de ese pueblo con respecto a los demás pueblos. Es decir, una comparación. Y por último, habla de que quienes los han oprimido «recibirán lo que merecen«, lo que implica que habrá un castigo para quienes les han hecho un mal.
Este, a todas luces, es un mensaje divisionista. Un mensaje que coloca a un grupo de personas primero por debajo de otros grupos, pero que aspira eventualmente estar por encima de los demás, lo que descarta que sea un mensaje de amor, ya que el amor es integracionista. El miedo, por el contrario, es divisionista. Aísla, divide y separa. Por eso podemos concluir que este mensaje está polarizado hacia el miedo y que el efecto que causa es confusión. Sería diferente un mensaje como el que sigue:
«Este es un mensaje de amor y de libertad. Tenemos una historia en el que la adversidad ha estado siempre presente, pero aún así hemos sabido salir adelante. Somos un pueblo que, como muchos otros, está en la búsqueda de su propia identidad. Un pueblo que ha cometido errores, como todos los pueblos en el planeta, pero que ha aprendido de ellos y que busca integrarse con el resto de la humanidad aceptando tanto todo lo que nos une como lo que nos separa de los demás, hasta que llegue el día en el que ya no veamos diferencias. Ese será el día en el cual podremos vernos reflejados en el rostro de cada ser humano en el planeta…»
Este mensaje habla también de un pueblo en cuya historia ha habido adversidad, pero que están en el camino de la integración con los demás pueblos del planeta, aprendiendo de la adversidad y reconociendo tanto las semejanzas como las diferencias entre ellos y los demás. Aquí no se habla de un pueblo que sea más o que sea menos que los otros. Sino de un pueblo que busca la integración con los demás. Y eso, definitivamente, es un mensaje polarizado hacia el amor.
La diferencia entre las polaridades
Un mensaje polarizado hacia el amor exalta lo mejor de las personas sin establecer comparaciones, ya que cada ser humano tiene su propio camino que recorrer, a su propio tiempo. Busca la integración de las personas entre sí y con todo cuanto existe. Busca la cooperación, el bienestar común y exalta la fortaleza producto de la unión.
Por el contrario, un mensaje polarizado hacia el miedo se enfoca en las debilidades de la persona o de los grupos de personas, estableciendo comparaciones, exaltando la competencia, el sectarismo, la división, la revancha y el ganar. Estos son mensajes separatistas, que establecen clases, castas y estamentos, en los que existe una lucha para alcanzar una posición dentro de ese entramado.
Entonces, al leer un mensaje recibido a través de las redes sociales, o una información recibida a través de los medios de comunicación, vale la pena hacernos las siguientes preguntas: ¿el mensaje es una invitación a la unidad o a la separación? ¿El mensaje exalta las cualidades del ser humano o lo victimiza? ¿El mensaje promueve el amor o incita al miedo? En mi caso, si el mensaje pasa por esos tres filtros como mínimo, empiezo a considerar que vale la pena compartirlo.
¿Cuál será nuestra referencia?
¿Cuál va a ser la referencia que vamos a usar para determinar la polaridad de los mensajes e información recibidas? Este tal vez sea el punto más relevante a considerar de cara al análisis de los mensajes e información que recibimos a través de los medios de comunicación y de las redes sociales. Porque la única referencia que podemos usar es la de nuestro nivel de consciencia. Cada ser humano lleva un proceso de evolución personal que es propio y único. El nivel de consciencia alcanzado por un ser humano es lo que de determina la identificación de esa persona más con el amor o con el miedo, según sea el caso.
Cuando el nivel de consciencia de una persona está más próximo al miedo que al amor, se identificará más con aquellos mensajes que buscan dividir, separar, desintegrar, destruir, competir y comparar. Porque, desde su perspectiva, la separación es el camino. Esa es la perspectiva del miedo.
Pero, cuando el nivel de consciencia está más próximo al amor que al miedo, entonces la perspectiva cambia. La persona se identifica más con aquellos mensajes que promueven la integración, la cooperación, la construcción y el bienestar común ya que, desde su perspectiva, se empieza a identificar a sí misma como una parte de todo cuanto existe, así que empiezan a verse reflejados en todo y en todos.
Entonces, no podemos hablar de una referencia que podamos aplicar a todos los seres humanos por igual. Cada uno, desde su propio nivel de consciencia percibe la realidad de una forma diferente, que puede ser cercana a otras perspectivas, pero que, definitivamente, nunca será igual a otra.
Estamos inmersos en una batalla
Estamos en este momento inmersos en una verdadera batalla comunicacional, en la que muchos de los mensajes que se envían están diseñados para causar un impacto determinado en las personas, y que es muy difícil de percibir a primera vista. Una batalla en la que nuestras únicas armas son nuestra capacidad de análisis y de nuestra intuición para encontrar la intención oculta detrás de cada mensaje recibido.
La necesidad de encontrar la verdad para un ser humano se manifiesta solo cuando el nivel de consciencia alcanzado está más próximo al amor que al miedo. Mientras eso ocurre, el ser humano es una presa fácil de la manipulación mediática que busca entorpecer, desviar y detener su proceso de evolución espiritual. Por eso, quienes ya hemos alcanzado el umbral que nos coloca más próximos al amor, tenemos que convertirnos en contralores de la información que circula a través de las redes sociales.
Así estaremos contribuyendo activamente a disminuir el impacto de los mecanismos de distracción y confusión que utilizan los medios de comunicación y redes sociales para detener el proceso de despertar de la humanidad. Esa es la batalla que estamos librando actualmente. Y en esta batalla, cada aporte cuenta….
AUTOR: Rafael Bueno, redactor en la gran familia de hermandablanca.org