¿Por qué es bueno practicar yoga?
Adentrarse en la práctica de yoga nos conecta con un mundo apasionante e infinito. Como disciplina milenaria nacida en India, el objetivo es lograr la unión del cuerpo-mente-alma para lograr armonizarnos y alcanzar la ansiada felicidad y paz.
Somos seres holísticos. Y como tal, en el mundo acelerado y caótico en el que muchas veces vivimos, cada vez más necesitamos espacios, técnicas, prácticas y herramientas que nos permitan armonizar todos nuestros cuerpos y conectarnos con nosotros mismos desde la esencia.
Respirar, sentir y vivir desde el Ser
¿Por qué el yoga? Porque en primer lugar, nos conecta con la respiración. Ese acto es uno de los pilares del Yoga. A través de hacer consciente nuestro prana –o la energía vital- que ingresa por nuestras fosas nasales y recorre nuestros canales energéticos ya estamos anclándonos en el presente y re-conectándonos con nosotros mismos. A su vez, las diferentes asanas –posturas- nos permiten ir purificando todos nuestros cuerpos (mentales, energéticos y físicos) para lograr un estado de calma y plenitud.
Por otra parte, cada postura tiene sus beneficios: algunas favorecen la fuerza, la resistencia, la flexibilidad, ayudan en liberar emociones atoradas, a elevar el sistema inmunológico o mantener fuerte y sana nuestra columna vertebral. ¡El yoga puede darte todo eso junto y mucho más!
A nivel global, una práctica frecuente coadyuva a mantener la salud integral del ser humano, mejorando la vitalidad, la alegría, reduciendo el estrés y las consecuencias negativas para nuestros cuerpos. El Yoga es en definitiva un estilo de vida que nos puede volver más conscientes de nosotros mismos y de nuestro entorno, para estar más conectados con nuestro ser interior y nuestro espíritu y así tener una mejor calidad de vida.
Tipos de Yoga: ¿cuál eliges?
Una de las cosas más atractivas del Yoga es que hay para todos los gustos y estilos. Aquí te brindamos algunas pautas para que puedas elegir un estilo que vaya con tus posibilidades y habilidades.
*Para los principiantes o los que recién comienzan este camino una buena alternativa es el Hatha Yoga. Es uno de los métodos más difundidos en el mundo. Se compone de posturas físicas (asanas) básicas junto con pranayamas (ejercicios de control de la respiración) y técnicas de relajación. Una de las características de este tipo de yoga es la suave transición de una postura a otra que es clave para los que recién se inician y no conocen tanto la técnica.
*Para los avanzados y los que disfrutan de una práctica más dinámica y retadora pueden optar por el Ashtanga Yoga. Fomenta la fuerza, la resistencia y el control emocional. La principal característica de esas clases es que la serie de asanas está previamente estructurada.
Este tipo de yoga puede ser más exigente a nivel físico ya que además una clase de este tipo tiene una duración promedio de una hora y media. Si practicas otros deportes, o llevas un tiempo entrenando o practicando yoga, el Ashtanga puede ser un buen complemento para ti. Pero si no es tu caso, quizás es recomendable que comiences con una práctica más suave.
Lo mejor de la clase: la relajación
Una de las partes importantes de la práctica de yoga es la relajación. A través de ella, todos los beneficios de la práctica se asientan en nuestro cuerpo. Al conectarnos con él, nos anclamos en el presente, y agradecemos las bendiciones que tenemos en nuestra vida. El yoga también nos puede ayudar a volvernos la mirada hacia dentro para describir todo lo que nuestro cuerpo hace por nosotros y así, agradecerle porque en definitiva, es el templo de nuestra alma.