¿Qué es la geometría sagrada y cómo puede ayudar a su vida?
La Geometría Sagrada, también conocida como Geometría Sustentable, es el estudio de la matemática de la vida. Es decir, estamos hablando de una especie de metáfora de la forma en que se ordena el universo.
Así pues, centra su versado de virtudes y hechos en el estudio de patrones, sistemas, proporciones, códigos y símbolos. Todos ellos, además, subyacen en una especie de fuente de vida que aúna espíritu y material.
Podríamos decir, en palabras de Arturo Ponce de León, uno de los grandes estudiosos de la Geometría Sustentable, que estamos hablando de la huella digital de la Creación.
Y como en esta especie de génesis de toda forma de vida que habita este mundo, nadie como Ponce de León tiene más información y conocimiento, vamos a usar su excelente libro El Poder de la Vida en la Geometría Sagrada y la Arquitectura Biológica escrito junto a Ninón Fregoso para explicar exactamente en qué consiste este tema que hasta aquí nos ha traído.
La importancia de la Geometría Sagrada
Antes de arrancar con las explicaciones, es importante recordar que estamos habitando un universo semiótico. O sea, que este mundo está construido en base a procesos de significación. ¿Qué quiere decir? Que estamos elaborando significados con base en estructuras, códigos, símbolos y lenguajes.
Por ejemplo, la naturaleza tiene lenguaje propio, el geométrico. Así pues, podemos entender la Geometría Sustentable o lo que nosotros denominamos «geometría sagrada» como el código usado por la propia Naturaleza a través del cual es capaz de crear vida.
Es decir, que estamos hablando de la existencia de un lenguaje geométrico. Pero no se queda ahí, ya que los códigos que lo componen sirven para reproducir la armonía del universo que nos rodea en diversas manifestaciones del ser humano.
Hoy en día hay un movimiento cada día más importante que se afana por recordar las leyes geométricas. Y es que todas ellas, aplicadas a la creación de estructuras nos acercan a los principios de la vida.
Podemos observar que esta geometría se puede aplicar perfectamente a todo. Por ejemplo, al arte, al diseño, a la ciencia, a la música, a las matemáticas, al ADEN… Es decir, es algo que nos rodea, nos enriquece y nos facilita conocer cuanto nos rodea, desde la arquitectura milenaria hasta los lenguajes sagrados.
Origen y desarrollo de la Geometría Sagrada
La Geometría Sustentable o Sagrada nace en la cultura árabe primordialmente como tal. Sea como fuere, se ha practicado desde hace muchos siglos, puesto que su conocimiento se vincula a antiguas civilizaciones enteras.
Hoy en día, si nos fijamos bien, encontramos que existen grandes manifestaciones culturales relacionadas con esta geometría. Desde los egipcios a los renacentistas, pasando por mayas, hindúes persas o mayas, en todas sus culturas se ha desarrollado, aunque tal vez no con este nombre, o no sabiendo a ciencia cierta de qué se trataba concretamente.
Es algo evidente, ya que esta geometría es lenguaje de vida, hecho que ha sido adoptado e imitado por todas las culturas de la historia humana. Por eso, en sus conocimientos y manifestaciones artísticas encontramos gran cantidad de ejemplos.
Así pues, aunque no existe una sociedad específica que la haya creado o descubierto, fueron los árabes los primeros en referirse a ella como tal. No obstante, es mucho más antigua, tanto como el mundo y la naturaleza.
Al ser matemática de la vida, ha sido muy reproducida. No hay que olvidar que es un código perteneciente a la humanidad misma que entronca con los principios del universo y toda la vida natural.
La Geometría Sagrada en el mundo
Hablamos concretamente de una rama matemática que estudia el espacio idealizado en forma de planos, polígonos, rectas, puntos, poliedros, curvas o superficies, entre otros muchos.
Este tipo de geometría se utiliza cada día más para la solución de problemas muy concretos. Y es que, no hay que olvidar nunca que es la justificación teórica de elementos y herramientas tan comunes como un pantógrafo o un compás.
Así pues, desde la antigüedad, esta geometría se ha valorado mucho por su eficacia a la hora de convertirla en sustentable. Y hablamos de sustentabilidad en el sentido de su capacidad para levantar templos, palacios, lugares de adoración, etc.
Como puedes imaginar, dada su capacidad para elevar espacios tan importantes para la fe y el espíritu humano, no solo ha recibido el nombre de Geometría Sustentable por su posibilidades para la elevación de estos centros de adoración, también se ha dado a conocer como Geometría Sagrada, como tal vez sea más célebre.
Recordemos que, antaño, el arte sacro diferenciaba lo mundano y profano de lo superior y divino. Por eso se realizó cierta ruptura entre geometría ofrecida al común de los mortales y la que levantaba y elevaba sus espíritus a través de templos y pagodas.
Sea como fuere, por medio de la Geometría Sagrada se recrean los principios de la vida por imitación. Así pues, está destinada al arte y la arquitectura más elevada, casi divina.
Por eso podemos encontrar en todas las etapas del ser humano figuras particulares que se iniciaron en estos conocimientos. Así pues, su labor era usarlos, cuidarlos, protegerlos y transmitirlos a quienes era dignos y aptos para ello.
Hoy en día observamos que este magno conocimiento se ha guardado con celo. Y no es extraño, ya que estamos hablando de los códigos de la vida que dirigen la conciencia humana. Es decir, estructuran los patrones de funcionamiento cultural y social que prevalecen en el tiempo.
Distintos tipos de formas geometricas naturales y artificiales presentes en el mundo
Entendiendo la proporción de la Geometría Sustentable
Aunque cierta parte de la comunidad menos creyente considera que la Geometría Sagrada es cosa de superchería, lo cierto es que para poder entenderla en toda su magnitud la hemos de vaciar de toda connotación religiosa para centrarnos únicamente en su contexto científico.
Lo sagrado se ha de equiparar a lo sustentable para atravesar un velo que eclipsa este conocimiento. Por tanto, la sacralidad, en este caso, no se puede asociar a lo religioso, sino a la Naturaleza en sí misma.
Es decir, que estamos hablando del Universo en múltiples manifestaciones. Así pues, toca enfocar nuestros pasos hacia el camino del uso geométrico para la reflexión. Y así es como se vuelve sustentable y, por tanto, sagrada, pues permite explicar cómo se desenvuelve y evoluciona la vida orgánica que, en última instancia, es la conciencia material del Cosmos.
Matemática Sustentable o Sagrada
Toda Geometría Sagrada se sustenta sobre la matemática sagrada. En este sentido, encontramos no menos de tres niveles de profundidad, tal y como afirma el matemático M. Schneider. Estaríamos diferenciando entre tres tipos, la secular, la simbólica y la sagrada propiamente dicha.
La geometría sagrada y su relación matemática
- La matemática secular es aquella que aprendemos desde que somos niños en la educación reglada. En ella se reconocen cantidades numéricas, comparaciones, cuentas, pesos, cálculos, etc. Podemos definirla como aquella de utilidad inmediata, tal vez más profana en su nivel de profundización.
- La matemática simbólica comienza la profundización a raíz de la involucración del aspecto simbólico o filosófico propiamente dicho. Entra en relación directa con las fuerzas de la Naturaleza. Además, encontramos en sus relaciones diversos patrones armoniosos, produce principios simbolizados arquetípicos en formas y números y se relaciona con todo tipo de geometrías y aritméticas.
- Por último, la matemática sustentable se relaciona con lugares sagrados. Es decir, en este campo encontramos la geografía, la arquitectura, la aritmética y la geometría, todos ellos sagrados. En estos términos podemos encontrar ciertos aspectos confusos, pero nada de eso. Hoy día consideramos que es un campo fractal o realidad holográfica lo que antaño era sagrado y total. O sea, esta materia sirve para estudiar geometría fractal.
Estudiando Matemática Sagrada
Entonces, si queremos conocer un poco mejor la matemática sustentable o sagrada, hemos de conocer sus usos. Y entre ellos destacan el diseño de arquitectura conocida como arte sacro. Es decir, antaño se usó para el diseño de espacios de culto y templos, donde se aplica funcional e intelectualmente para favorecer la transformación y crecimiento de la conciencia humana.
Para entenderlo mejor, es necesario conocer algún ejemplo. Se usan líneas curvas y números pares como elementos capaces de aludir a la conciencia de lo femenino. Por otra parte, las líneas rectas junto con los números impares denotan las asociaciones a la masculinidad.
Hemos de recordar que un principio muy antiguo capaz de implicar armonía quiere decir ensamblaje conjunto, ya que se relaciona con la vivencia en un Universo que todo lo tiene conectado.1
Es decir, vivimos en un Cosmos, cuyo significado griego es entretejido, cuyas leyes, matemáticas y geometrías especializadas van hacia la creación de diversidad. Además, estudian matemáticas sagradas que nos facilitan profundizar en la compresión de las bases respecto a la matemática vital.
Sobre Geometría
Recordemos que la geometría en sí, como tal, es una rama matemática y científica que estudia las propiedades de las figuras en el espacio y en los planos. No obstante, en su etimología observamos que este vocablo procedente del griego implica la unión de dos términos: por un lado, geo, o sea una raíz establecida para referirse a la Tierra, y por otro metría, o sea, medición.
Dicho esto, resulta bastante obvio que nos estamos refiriendo a la medición de la Tierra, pero, como es lógico, no nos podemos quedar ahí solamente, pues en ese caso sus utilidades se quedarían cojas y limitadas.
Así pues, como definición, resultaría inexacta, ya que, si observamos bien el término griego geo como raíz, no solo se refiere a la Tierra, también a hace referencia a la materia.
Así pues, solo podemos elaborar una definición completa cuando nos referimos a la geometría como aquello que estudia las proporciones y las medidas de la materia. Es decir, hace alusión a las constantes que son necesarias para formar la materia en sí, a la vez que se utilizará para la conversión de materia en energía y la solidificación de energía en materia.
Incluso en alquimia se usa la geometría. No debemos olvidar que es clave, pues encierra los principios capaces de transmutar el oro en plomo y viceversa. Así pues, su verdadera referencia y significado es decir que la geometría sagrada esta presente en todo, en este caso nos llevaría a entender que convierte lo sutil en denso y lo denso en sutil.
Retomando la Geometría Sagrada
Tras este inciso, retomamos el trabajo sobre Geometría Sustentable que nos ha traído hasta aquí. Y ahora ya sí que la podemos definir como la ciencia capaz de estudiar medidas y proporciones en la materia y en la energía relacionadas ambas con el principio de sustentabilidad con capacidad para crear Vida.
Ahora bien, ¿de dónde surge la Geometría Sagrada? En ese caso, pese a su nombre, debemos recordar que no hay religión o cultura capaz de hacerla realidad, más bien es el universo el único con capacidad de crearla, darle forma y permitirnos que la usemos en nuestro beneficio para la creación y el estudio.
Así pues, entendemos esta Geometría Sustentable como un gran código, o sea, un código de códigos. Es decir, la meta estructura con la que se fabrica de forma literal la materia.
Siguiendo este razonamiento, encontramos que la materia surge a raíz de arreglos geométricos. Dichos arreglos solo se explican conociendo y comprendido la base del citado código o gran código de códigos.
Esta geometría está en nosotros por el simple hecho de ser parte e hijos de este universo que la crea. Así pues, es un derecho, es parte del todo y está viva. Por ello, si deseamos darle forma y ampliar nuestro conocimiento y sabiduría, hemos de desentrañar cuánto se oculta en su Ser permitiéndole que se manifieste.
Los principios de la Geometría Sagrada en la historia
A lo largo de la historia, no son pocos los pueblos que han manifestado gran interés por la Geometría Sustentable. De hecho, ha sido imitada por muchas civilizaciones y es obvio en el legado que nos han dejado.
Es más, las civilizaciones pasadas nos han legado manifestaciones de esta Geometría en todos los ámbitos y sectores. También en diversas épocas, en todas las latitudes del planeta e incluso en las artes.
Así pues, si estudiamos la historia de la civilización humana, observamos que la Geometría en su versión más sagrada ha dejado una gran impronta en la música, en la pintura, en la arquitectura, en la danza, en el arte y en el conocimiento en general.
Como es lógico, este uso geométrico sagrado crea un código que, al asociarse a la idiosincrasia de un pueblo, crea matices distintivos en diversas direcciones, como en la funcionalidad, en la estética, etc.
Es más, podemos diferenciar el uso de la geometría según la latitud de un pueblo, según el tiempo en que vivió, etc. No obstante, no todas son tan importantes y específicas como para haber perdurado como expresiones portadoras de códigos y semilla que edificaron la base de la cultura mundial.
Si miramos muy atrás en el tiempo, podemos viajar hasta la antigua Sumeria, una de las civilizaciones más importantes y tempranas de la historia de la humanidad.
Este mismo pueblo tendría una influencia enorme en el desarrollo de sociedades complejas posteriores, como Grecia, Egipto o Roma, cuyas ramificaciones se extienden durante toda la Edad Media.
La práctica de la Geometría Sustentable en el tiempo
Podemos afirmar que los sumerios encendieron una hoguera cuya llama se ha ido transmitiendo generación a generación por todo el mundo desde Europa hasta América hace ahora unos 500 años, donde se unió con el uso geométrico que ya se encontraba en sus pueblos.
Pero también el uso de la Geometría Sagrada de los sumerios pasó en dirección contraria por toda Asia, pasando primero hacia Persia y siguiendo su camino sin pausa y sin prisa por todo el territorio árabe para alcanzar el Indo, China y Mesoamérica, que se vio influenciada desde ambas costas.
Los griegos heredaron sus estudios de la Geometría Sagrada directamente del Antiguo Egipto. Para ello, dicha geometría consistía en el estudio del orden espacial. El citado estudio se realizaba a través de la medición de la relación de formas.
En la educación estrictamente clásica, el estudio de la astronomía, la geometría y la aritmética eran las ciencias intelectuales más importantes, disciplinas básicas de todo buen ciudadano.
Pero no debemos olvidar un cuarto estudio procurado por las mentes clásicas, el Quadrivium. El mismo se enfocaba en el conocimiento de la música y la armonía.
De aquel lejano tiempo nos llegan documentos que afirman que grandes mentes como la de Platón consideraron que la geometría y los números contenían la esencia reducida del lenguaje filosófico.
Dicho esto, no es extraño, por tanto, que culturas anteriores y posteriores hayan sido ricas en la creación de diagramas sagrados y mandalas basados en cuánto aprendieron de los clásicos. Aquí podemos observar a la India, el Tíbet, la Europa medieval e incluso el Islam.
No es extraño por tanto que otras culturas tribales hayan usado la geometría de los mandalas en diversas artes, como la danza, la pintura o la arquitectura. Y es que representan el símbolo de la estructura esencial del universo todo basado en el concepto de la geometría sagrada como referencia.
Así pues, la esencia del Cosmos subyace siempre en lo sagrado de la geometría. Y por eso los pueblos que la usan crean vida, desarrollo y evolución, mientras que quienes no la utilizan en absoluto, no muestran manifestaciones tan poderosas en sus órdenes temporales, por lo que no han llegado hasta nosotros y no ha superado la mella del tiempo a través de su arte, su música, su conocimiento o sus construcciones.
Culturas Históricas
En el mundo y en la historia de la civilización encontramos dos tipos de culturas principales, y son las artificiales y las naturales.
En este caso, distinguimos una cultura natural en aquella que usa de forma común la geometría y la matemática de la vida. En su arte y estructuras, así como en costumbres y tradiciones, se observan el respeto por la Naturaleza y la conjunción con la danza cósmica creativa.
Este tipo de cultura es autosustentable, o sea, no desperdicia nada y se nutre de todo cuanto la cadena de la transformación de permite usar, por lo que no ofrece desechos, sino oportunidades.
Sin embargo, la civilización o cultura artificial es fácilmente identificable por ir contra la ley natural del universo. Así pues, se sustenta sobre reglas que rompen la cadena nutricional, por lo que genera gran cantidad de desperdicios que no pueden ser asimilados por otros organismos.
Es muy probable que ya te hayas fijado que, una de las civilizaciones más artificiales y artificiosas que se conoce, es la occidental. Es decir, vivimos en una sociedad de elevada sofisticación, pero totalmente destructiva.
En cualquier tema que se relacione con la vida orgánica, somos artificiales, irrespetuosos y desconectados de lo natural. Así pues, toda manifestación artística, incluso cultural y religiosa, suena a artificial y no respeta el flujo geométrico del cosmos.
¿El por qué de la Geometría Sagrada?
Pero, ¿a qué nos referimos exactamente cuándo a la geometría le aplicamos el término sagrado? En este caso en particular, lo tendríamos que equiparar a aquello que es sustentable por sí mismo, es decir, autosustentable.
¿Cómo puede ser algo autosustentable? Para lograr tal efecto, hace falta una simetría capaz de reproducirse en diversos niveles. O sea, son necesarios patrones con la posibilidad de repetirse en varias esferas de conciencia o estratos diferentes. Estamos hablando del término fractal.
Así pues, todo aquello que es sagrado ha de ser fractal para convertirse automáticamente en autosustentable.
En referencia al término fractal, recordemos que se acuñó a proposición de Benoît Mandelbrot, un célebre matemático polaco. Él mismo definió el objeto geométrico con estructura geométrica capaz de repetirse en diferentes escalas. No olvidemos para ello en famoso Conjunto de Mandelbrot, su mayor aportación científica.
En definitiva, entendemos el término fractal como un anglicismo que mezcla la palabra inglesa all, es decir, todo, junto con el término sajón fract, o sea, fracción. Por ello, fractal sería algo así como una fracción del todo.
Definiendo lo sagrado y sustentable
Seguimos avanzando en nuestro completo compendio de Geometría Sustentable y comenzamos ahora a definir qué es lo sagrado, lo sustentable en particular. Y es que, nada realmente sagrado puede surgir en algo que no sea un universo fractal.
Veamos dónde está la lógica aplastante de esta definición. Un universo fractal es fácilmente definible como la suma de todo, es decir, la unión de cada una de las partes en un todo definitivo y pleno.
Continuamos avanzando para recordar que fractal no se refiere únicamente a una reproducción simétrica de una fracción en un todo. Es decir, nos estamos refiriendo a una reproducción completa de una simetría que se ubica en cada una de las partes que componen un todo pleno.
Para que este concepto que, explicado así, puede ser algo complejo y enrevesado, quede claro, conviene ejemplificar para simplificar la compresión. En este caso, si queremos encontrar una simetría importante, podemos fijarnos en nuestro propio organismo, ¿podemos decir que la geometría sagrada está en todo? o es solo una interpretación subjetiva.
¿Qué hay en nuestro cuerpo que muestre esta simetría? En primer lugar, cada célula de nuestro organismo, cuando se une a otra, y a otra, y así con millones de ellas, encontramos que ofrecer la simetría necesaria y casi perfecta para crear las condiciones adecuadas en las que nuestro cuerpo funciona como un todo, o sea, la unión de muchas partes en un todo.
Podemos decir que el todo es todo, pero que también el todo se encuentra en cada una de las partes que lo componen.
Lo absoluto
Nos estamos acercando a una nueva definición, y entra en juego el concepto de absoluto. Y es que no se puede entender lo absoluto si no se han dado los pasos previos que nosotros ya hemos avanzado aquí.
Lo absoluto, o bien lo ABSOLUTO, es algo incondicionado. Es decir, hablamos de algo que no depende de nada, únicamente de sí mismo. O sea, está imbricado de forma íntima con el resto de todo modelo, ya que lo contiene en cada parte que lo forma.
Para visualizar fácilmente este concepto, imaginemos unas esferas de espejo y observemos la imagen que ofrece cada una. Así veremos que cada una repite la forma de las otras, de forma absoluta.
Naturaleza Fundamental
Tal vez estemos entrando en terrenos de compleja comprensión, pero son imprescindibles para entender qué es la Geometría Sagrada. Y de hecho, debemos seguir avanzando por el camino empezado de forma que podamos concebir cómo es la naturaleza material o fundamental.
La materia, desde el punto de vista sustancial, es decir, entendida como partículas, ha de ser entendida a través de los patrones que subyacen tras la propia materia. O sea, existen como formas, y también como estructuras geométricas de onda.
Es decir, que los órganos humanos de percepción se entienden mejor como sistemas de patrones puros, igual que sucede con el mundo de los fenómenos. Así pues, una compresión mayor se obtiene a través de las estructuras geométricas de proporción y forma desde la antigüedad los seres humanos hemos asociado toda figura geometrica a la que le encontramos un patrón con geometría sagrada, según muchos expertos asociamos todo tipo de patrón incluso los de nuestros cuerpos.
Durante el devenir de los tiempos, desde que la humanidad comenzó a crear grupos que luego serían asentamientos que más tarde fueron ciudades y civilizaciones, la geometría y la música han sido dos de las ciencias más usadas para examinar la realidad, incluso a través de metáforas.
Si crees que nos hemos equivocado al nombrar la música como ciencia, en realidad es así. Lo cierto es que, la música como arte, si bien hace tiempo que tiene esa consideración, mucho antes se llamó ciencia. Al fin y al cabo, no es más que el estudio de las frecuencias del sonido que, si bien armónico, sigue teniendo sus propias leyes físicas, es decir, se puede medir desde un punto de vista científico.
Y si comparamos ciencia y geometría, observamos que por un lado encontramos que la armonía es una simetría de sonido. Algo parecido sucede cuando elevamos una serie de figuras en posiciones armónicas, estas observables, las otras escuchables.
La armonía musical tiene un paralelismo muy claro y evidente con la simetria de cristales. Para entender esta analogía, hay que comprender que la materia es como una retícula de ondas que se van espaciando en intervalos determinados.
Desde un punto de vista moderno, entendemos la teoría de campos junto con la mecánica de ondas casi como desde la misma mirada que la visión antigua que combina geometría y armonía dentro de un orden universal que la ha configurado en una especie de tejido de patrones de onda.
No olvidamos tampoco el punto de vista biológico. Dentro de las muchas ciencias, esta es importante por su capacidad para estudiar procesos como la fotosíntesis de las plantas, por ejemplo, gracias a la cual sintetizan los rayos de sol.
Dicho proceso se lleva a buen término por medio de materiales como el nitrógeno, el hidrógeno y el carbono. Y en ello no nos podemos olvidar de las moléculas de clorofila que incluyen magnesio capaz de crear un patrón muy simétrico con doce pliegues en total que, una vez más, se muestran desde un punto de vista geométrico.
Símbolos y significados de la Geometría Sagrada
Seguimos profundizando en el mundo de la Geometría Sagrada. Para continuar con el tema, hemos de conocer tanto la simbología como la significación que se ha ido creando durante los años.
Podemos decir que la vida es equilibrio. De hecho, no solo la vida, el mundo en sí es puro equilibrio. Al fin y al cabo, todo cuanto está vivo no deja de ser producto de un inmenso universo creador que, a su vez, necesita equilibrio.
Si observamos los matices y los patrones de la vida, cuando estamos bien saludablemente hablando, podemos decir que estamos equilibrados. Cuando se produce algún tipo de desequilibrio en nuestro organismo, es cuando comienza el padecimiento. Puede ser una enfermedad, un problema social, espiritual o psicológico, etc.
Sin embargo, el uso de la Geometría Sustentable nos permite aspirar a ese equilibrio, esa armonía que permite el correcto fluir de la energía en todos los niveles. Por eso, se puede aprovechar desde un punto de vista físico hasta emocional, pasando por el mental o el espiritual.
Si hacemos una somera observación a nuestro alrededor, podremos comprobar que la geometría está en todo, tanto natural como artificial. En nuestro mundo localizamos una poderosa combinación de triángulos, círculos, cuadrados, espirales…
Pero la geometría es mucho más que eso. Es la que explica quiénes somos, de dónde venimos, hacia dónde nos dirigimos, etc. Es decir, todo el universo en sí es pura geometría, desde el ser más simple hasta el más complejo y complicado, ya sea una enorme estrella o un temible agujero negro.
Y dentro de esta explicación, encontramos la Geometría Sagrada. Esta es la que deja la huella de la creación. Así entendemos el camino de la creación, una forma de manifiesto de lo infinito y lo finito, tal como afirmaba Dan Winter.
Gracias a la Geometría Sagrada podemos entender la resonancia del cuerpo humano, explicando sus colores, sus vibraciones y todo cuanto le compete. Incluso nos ayudará a eliminar bloqueos energéticos y a empoderar campos áuricos.
El bienestar y el equilibrio requieren de geometría, y esto es importante que lo tengan claro todo tipo de terapias, pues así se solventa casi cualquier trastorno que suframos. El universo es un todo geométrico, y nosotros formamos parte de él.
Las figuras de la Geometría Sagrada
La diversidad de la estructura en que se ubica el Universo está recogida en tan solo siete figuras que representan la geometría sagrada. De las mismas, que son las principales, encontramos los cinco sólidos Platónicos y la espiral junto al círculo. A partir de los mismos se crea el resto de figuras, como pueden ser la Flor de la Vida o el Merkaba, entre los más célebres, pero no los únicos.
Si observamos bien, veremos que los sólidos Platónicos son figuras perfectas, en armonía completa. Sus lados son simétricos, sus ángulos idénticos y en conjunto, encajan en la Matriz Universal, que es representada por la Esfera.
Los sólidos platónicos son un grupo de formas de 3 dimensiones. Cada uno está formado por caras de igual tamaño, como una forma de pirámide con 4 caras iguales. Los cinco sólidos platónicos son:
- Tetraedro – 4 caras en forma de pirámide
- Hexaedro – 6 caras de un cubo
- Octaedro – 8 caras
- Dodecaedro – 12 caras
- Icosaedro – 20 caras
Los antiguos griegos creían que esas cinco formas simbolizan el fuego, la tierra, el aire, el espíritu (o éter) y agua, respectivamente. Estos son los únicos cinco formas 3-dimensionales que se pueden hacer con las caras de igual tamaño. Son llamados sólidos platónicos porque Platón los identifica en la época griega.
Observemos las características singulares de los cinco sólidos Platónicos:
- Tetraedro: es un triángulo de base triangular que representa el espíritu del Fuego Sagrado. Se considera el primer elemento y está compuesto por 4 caras triangulares y otros tantos vértices junto con seis aristas. Está considerado como el símbolo de la Sabiduría.
- Cubo: en este caso, la figura se compone de seis caras cuadradas junto con ocho vértices y doce aristas. Representa el Secreto del Mundo Natural y es la encarnación de la sabiduría de la Tierra, puesto que es símbolo de vivencia de todo cuando ha nacido de la Madre Naturaleza.
- Octaedro: formado por ocho caras triangulares junto con seis vértices y doce aristas, se asemeja a dos especies de pirámides invertidas que han sido unidas por medio de sus bases. Es la representación del Aire y se considera como el símbolo de la perfección de la materia por parte del Espíritu.
- Dodecaedro: figura compleja compuesta por doce caras pentagonales que se completan con treinta aristas y veinte vértices. Este quinto elemento, el Éter, es el prana o chi, es decir, la energía regalada por parte del Universo. Es el poder femenino y representa a las Madres.
- Icosaedro: compuesto por doce vértices junto a treinta aristas y veinte caras triangulares, es la conciencia del Agua. Un elemento masculino que representa semilla de vid dando forma verdadera al Universo.
La esfera
La esfera se considera un contenedor que puede aguantar o sostener todas las formas. Representa la unidad, la inclusión y la integridad ya que todas las medidas son iguales en una esfera. Los planetas, las semillas, las células y los átomos son todas las esferas.
Círculo
Un círculo es una representación bidimensional de una esfera. Representa la unidad y la integridad total del universo. Además, la relación de la circunferencia de un círculo respecto a su diámetro se llama Pi, que es un número infinito que nunca termina y nunca se repite.
Punto
El centro de una esfera o círculo contiene un punto. Todas las mediciones comienzan o terminan en un punto, por lo que normalmente se asocia con el comienzo y el final de cualquier tipo de creación.
Espirales
Existen muchos tipos de espirales, como plana, 3-D, derecha o izquierda, equi-angular y logarítmica. Tal vez la espiral más conocida es la forma de una concha de caracol. Todos los tipos de espirales muestran la expansión y el crecimiento y, por tanto, simbolizan el infinito.
Los toroides
Un toro se parece a una rosquilla o a una cámara de aire. Los lados redondos son perfectamente circulares. La geometría sagrada considera el toro una forma primaria en toda la existencia. Por ejemplo, los siete principales músculos en el corazón forman un toroide.
La Vesica Piscis
En América, vesica piscis significa la vejiga de un pez. Es la forma de almendra que se forma en la intersección de dos círculos del mismo tamaño cuando sus centros se tocan.
Los círculos pueden representar la unión de un espermatozoide y el óvulo, lo que lleva a la creación. También puede representar un terreno común o una visión compartida entre las personas. En la tradición cristiana, que simboliza a Cristo.
El cubo de Metatrón
En el judaísmo, Metatrón es el ángel que guarda el trono de Dios. La figura del cubo de Metatrón ha sido considerada sagrada desde hace milenios. Los cinco sólidos platónicos se encuentran dentro del cubo. Debido a esto, se piensa que el Cubo de Metatrón contiene los componentes básicos de la creación.
Flor de la vida
Este es un símbolo antiguo encontrado en muchas culturas globales. El término moderno es flor de la vida. Está representada por varios círculos espaciados uniformemente que se solapan entre sí para formar un patrón como una flor. Se dice, representa las formas fundamentales y los patrones de espacio y tiempo. Todos los sólidos platónicos, la vesica piscis y el Cubo de Metatrón se encuentran dentro de la Flor de la Vida.
La proporción áurea
También conocido como phi o el medio de oro, la proporción áurea es una relación matemática que se produce cuando dos artículos tienen la misma relación cuando se compara entre sí, como la relación de su suma en comparación con el mayor de los dos elementos.
Los estudios han demostrado que las personas consideran caras con proporciones más cercanos a la proporción de oro como los más atractivos. Muchas formas en la naturaleza también muestran esta relación, tales como ciertos pétalos de flores, las estructuras de ramificación de árboles, conchas, las moléculas de ADN y huracanes. Curiosamente, el patrón de crecimiento de un brócoli Romanesco está dispuesto en una relación de oro casi perfecto.
Simbología Sagrada
La Geometría Sagrada, tal como hemos comprobado hasta ahora, ha sido utilizada en diversas culturas humanas. Si bien se considera que su conocimiento real surgió por parte del trabajo realizado por egipcios y griegos antiguos, ya antes tanto sumerios como fenicios y otros, aunque no la consideran propiamente como sustentable, la usaban sin querer, si conocer su verdadero significado y su poder real. Buen ejemplo de ello son los zigurats babilónicos, por ejemplo. Incluso civilizaciones como los judíos o los mayas la usaban en sus tabernáculos y templos.
Si nos vamos más hacia el Oriente, también encontramos culturas tibetanas e indias que la usaban en profundidad elaborando mandalas, psicogramas y diagramas sagrados. No hemos de olvidar que estas imágenes tienen un profundo contenido espiritual que invita a la meditación en el camino hacia el yo interior para provocar un mayor conocimiento propio en armonía individual y con el entorno.
Si viajamos todavía más atrás en la historia del mundo, encontramos que ya las primeras culturas tribales cultivaban la geometría sagrada. Antes incluso de ser capaces de levantar sus propias edificaciones, dibujaban en las paredes de las cuevas figuras geométricas y simbólicas para representar diversos hechos. Recordemos ahora escenas de caza, de danzas y coreografías, etc. En ellas representaban hechos del alma.
Terapias
Desde tiempos remotos hasta hoy en día hemos logrado un conocimiento enorme de la Geometría Sagrada. Tanto es así que incluso hemos aprendido terapias que nos permiten crecer como seres humanos.
Dentro de la búsqueda de un mundo más saludable, se ha podido establecer una relación entre conceptos abstractos que son adaptados a figuras geométricas. Al superar este obstáculo energético, se puede realizar una conexión entre el Principio del Mentalismo y el Principio de la Correspondencia por lo que entendemos que, en el Todo, todo es mental.
«El ser que ara para sembrar estrellas»
Así pues, cuando se realiza una terapia con geometría sagrada o geometría sustentable, se crea una figura primordial, el Toks. Traducido, este es «el ser que ara para sembrar estrellas’. Es decir, este es el especialista, la persona que realizará la sanación.
Esta figura se encarga de esbozar diversos diseños geométricos sobre el organismo del paciente. Con esta acción logra abrir los canales del cuerpo energético del individuo, hecho este que le pone en contacto con el Universo, que entra en su físico por medio de la energía.
Esta acción sanadora sobre un cuerpo se acompaña de cánticos sagrados. Así se logra una perfecta y geométrica interacción con cada rincón del organismo humano. Esta es la manera en que invocan fuerzas divinas capaces de transmutar bloqueos energéticos, que pasan a transformarse en luz.
Así, de esta forma tan significativa, siendo uno con el universo, se limpian las energías bloqueadas y se convierten en luz. También se logra una limpieza de corazón, de dolores y de emociones negativas, como el egoísmo o la tristeza.
Características de las terapias con Geometría Sustentable
Una vez el paciente ha sido sometido a este tipo de terapia alternativa, queda limpio de bloqueos por completo. Hecho esto, es transportado hacia la felicidad, viviendo una plenitud que le lleva al ahora, a una forma de vivir su yo consciente en este mismo momento.
No obstante, para que la terapia tenga efecto real, durante el tiempo que dura el diseño y dibujo de figuras geométricas sagradas, también hay que entonar cantos sagrados. Así se lleva al paciente a un estado meditativo óptimo. Durante el proceso, podrá visualizar estas estructuras sustentables del universo, lo que lo alinea a la perfección con su origen. Y ahí, y solo ahí, entra en contacto con su yo más universal, hecho que ayuda a sanar bloqueos energéticos que, por lo general, provocamos nosotros mismos a través de nuestras tristezas, enojos, miedos y rencores.
Por este motivo, cuando encaramos una terapia con geometría sustentable, podemos decir que las características se repiten una y otra vez. Por ejemplo, se observan resultados positivos en muy breve espacio de tiempo. Se transforman energías negativas y bloqueadas en equilibradas, positivas y armonizadas. Dichas energías que están dañando cuerpo y mente son rápidamente detectadas y mutadas. Y todo ello se logra en breves sesiones, por lo que no se necesita de una terapia excesiva para comenzar a disfrutar de los primeros resultados beneficiosos.
Así que, más allá de ser la geometría que sustenta la vida y el universo, aplicada a la salud, se puede utilizar como terapia de autosanación, liberación y armonía interior. Nos sirve para superar los paradigmas erróneos por medio de la purificación mental, física, espiritual y emocional.
Los símbolos de Universo que nos rodea y nos ha creado son capaces de enseñarnos su compresión completa. Para alcanzar este conocimiento, tan solo hay que acudir a nuestro subconsciente y escucharlo, pues ahí está todo, pero rara vez nos paramos a entender, a escuchar. Una vez hecho esto, nuestra mente se abre, se esparce y nos acerca hasta lo más profundo de nosotros en plenitud y equilibrio con todo lo que nos rodea.
Las Leyes de la Creación
El sistema de la vida cobra sustento, coherencia y forma gracias a las leyes de la Creación, también conocidas como leyes de Geometría Sagrada. En total, son siete, y las vamos a conocer a continuación una a una a continuación.
Pero antes, recordemos que estas leyes han sido promulgadas como producto de la observación. Mirando las constantes que rigen la creación de los toroides del universo, encontramos diversas manifestaciones de la vida. El cosmos es transformación constante y eterno cambio enfocado hacia el binomio universal, el de muerte y vida.
Ley de vacío
La primera ley de Geometría Sagrada, también llamada de vacuidad, parte de un hecho: todo en el universo surgió desde el punto cero. Es decir, todo nace de un Ser adimensional y adireccional. Así pues, todo aparece de un espacio con potencial para ser todo, aunque todavía no se ha manifestado.
La ley permite comprobar y comprender ese lugar no-manifiesto para que comprendamos que todo es parte de un gran vacío, y a dicho vacío ha de regresar.
En este caso, al referirnos al vacío, este no puede ser entendido como un vacío existencial del ser humano. En esta situación, y no nos debemos olvidar que tratamos con geometría sagrada, se trata de un vacío fractal.
Un vacío fractal es un vacío luminoso que, en potencia, puede localizar y contener la totalidad de la experiencia del Universo. Así pues, podría suponer incluso un 98% del volumen cósmico, mientras que la materia brillante que lo completa sería el 2% únicamente.
Antes de continuar merece la pena establecer que la vacuidad es un sustrato dinámico de toda existencia. Así que, algo que es vacío, es una realidad última que no tiene clasificación dentro de una categoría lógica.
Lo cierto es que todo tipo de fenómenos se consideran en esencia vacíos de sustancia propia. Se debe a que son manifestaciones pasajeras en una corriente sin fin. Aun así, aunque no tenga forma propia, es capaz de impregnarlo todo.
La vacuidad: el sustrato dinámico de toda existencia
El vacío puede relacionarse con el cero, hecho por el que se le confieren connotaciones receptivas. Así pues, para concebir una vida, por ejemplo, la mujer ha de ser capaz de mantener un vacío dentro del útero. Es decir, el fenómeno de la concepción solo ocurre si existe vacuidad en el contacto entre cuerpos masculinos y femeninos.
El cerebro humano es capaz de interactuar con campos informacionales o cuánticos. Actualmente, no obstante, se habla de campos espaciales y sinérgicos. En este caso, todo depende del científico al que se aluda.
Así pues, la ley de vacuidad implica que el universo existe potencialmente. Es decir, el universo existe en potencia, y el origen de la vida solo se da cuando la conciencia crea espacios negativos. O sea, solo aparece cuando hay carencia total de información, de sustancia. Ese sería el espacio con la potencialidad para dar lugar a la vida.
Ley de Unidad
Vamos ahora con la segunda ley de geometría sagrada, la de unidad y campo unificado. Y es que, partiendo del vacío, del cero absoluto, encontramos en contraposición la totalidad, que se puede simbolizar con el uno.
En este caso, podemos hacer uso del símbolo phi, capaz de codificar la secuencia vital en ceros y unos. No olvidemos que la física reconoce la existencia de un campo unificado como fenómeno universal capaz de demostrar la conectividad en toda energía y materia por medio de la existencia física.
Ahora, nos estamos refiriendo a una disciplina que encuentra el campo unificado como un tipo de campo capaz de permitir que las fuerzas fundamentales entre partículas elementales sean capaces de ser escritas en términos entendibles en un único campo teórico – descriptivo.
Tesla y el campo unificado relacionado con la ley de a unidad.
Estamos versando sobre una disciplina en la que encontramos que el término de campo unificado lo acuña el gran inventor Nikola Tesla. Este científico de gran talento buscaba aunar electromagnetismo con la teoría de la relatividad general de Albert Einstein.
Tesla trató en vida de integrar el Modelo Estándar de las partículas físicas, pues es capaz de describir tres interacciones fundamentales de las que crean materia. Es decir, enuncia la teoría del campo cuántico que, más tarde sería desarrollada en la década de los años 70 durante el siglo XX.
En este panorama, la ciencia enfoca su tendencia hacia la consideración del modelo de Geometría Sagrada fractal en relación a múltiplos y submúltiplos de phi. Esto nos lleva a investigar la teoría de cuerdas, donde se incluye base para toda la sustancia.
Navegando por estos complejos conceptos, aterrizamos en términos como hiper-espacio, es decir, un espacio con cuatro o más dimensiones. Dicho término aparece en la geometría para describir de forma informal varias y variadas teorías físicas.
Recordemos que las cuerdas se ensamblan en estructuras de súper simetría, lo que permite la comprensión de un universo que va de las 10 a las 26 dimensiones. Es decir, que un universo con 10 dimensiones habría partido de 4 de ellas ubicadas en el espacio tiempo y 6 en dimensiones nucleares.
Ley de auto-recurrencia o Tubo Toro
Vamos ya con la tercera ley de geometría sagrada, conocida como de auto-recurrencia. Este fenómeno sucede siempre que la espiral áurea surgida del vacío completa su ciclo, momento que utiliza para recurrir sobre sí misma.
Conocida como la espiral dorada, llega a los límites que impone pi, momento en que comienza su giro que se circunscribe en esfera para llegar a torcerse y tocar el lado contrario de dicha esfera.
Ese es el momento el que se construye lo que se conoce como toroide. Así pues, las ondas sinusoidales, o sea, los vórtices toroidales, también conocidos como agujeros de gusano, van almacenando inercia mientras la onda – partícula recurre al punto cero. Es algo así como la conocida teoría de supercuerdas.
Dicho esto, cabe recordar que una onda – partícula es igualmente capaz de representar un evento vital de cualquier individuo. Es decir, hasta que no se alcanza el momento en que la experiencia vivida gira sobre sí misma, o sea, hasta que dicho individuo no se conoce bien, no se completa el ciclo toroidal.
El toroide como parte de todo
Así pues, estamos hablando de un fenómeno que puede suceder en múltiples niveles. No olvidemos que los toroides, terminado su ciclo sobre sí mismos, arrancan con otro ciclo diferente con una escapa de percepción divergente.
Podemos también entroncar esta ley con la psicogeometría. Es decir, debemos entenderla como un ciclo que acaba por completar una experiencia para que se cierre sobre sí misma, pero siempre sin olvidarse de dejar un hueco central.
Estos hechos pueden provocar problemas, ya que, al surgir una persona que considera una esfera sin saber que realmente observa un toroide donde se concatenan todos los eventos unos con otros, la realidad interior es codificada en la realidad exterior y viceversa, por lo que se cierra el ciclo, pero no se abre a recibir el nuevo y pertinente ciclo toroidal.
Ley de Polaridad o de Opuestos Complementarios
Vemos ya la cuarta ley de la Geometría Sagrada, llamada de Opuestos Complementarios o Polaridad. En este caso, encontramos que se critica la percepción mecanizada tan clásica del ser humano respecto al mundo dual.
Según esta ley, el individuo hereda la lógica positivista en la que ha sido educado. Para ello, se han realizado grandes inversiones en publicidad, en la que se informa de que la realidad solo puede ser de una o de otra forma, pero no más. Es decir, como dos caras de una moneda.
Un sistema de pensamiento positivista como este genera, de forma única y sin remedio, que los rasgos de escisión psíquica sean disparados. Así pues, en esta estrechez de miras se observa que tanto malo como bueno se separan siempre. Además, se enseñan opuestos irreconciliables, existencia de luz sin oscuridad y un enorme etcétera que es producto de un pensamiento maniqueo como este al que nos referimos.
En la lógica dialéctica, de manera contraria a lo que acabamos de explicar, encontramos una doctrina que afirma que existe una unidad de opuestos. Es decir, aquella que incluye ambos opuestos citados y que no es capaz de ver la manifestación de un aspecto de la realidad sin que el opuesto inmediato también lo haga. O sea, el conocimiento es el acto en sí, una introducción a la contradicción, siguiendo la dialéctica de Hegel.
El lado implosivo del toroide.
La ilusión surge de la Ley de la Auto-recurrencia. En la misma, el sentirse completo y totalizado permite que el individuo apenas sea consciente de que las experiencias vividas no son esferas, son más bien toroides cuyo ciclo de movimiento es interminable. De esta ley surge una enorme ilusión en que los opuestos son enemigos, no se pueden reconciliar y se observan como contradictorios.
Continuamos nuestra disertación centrando la mirada ahora en el lado implosivo del toroide. En este caso, hablamos del extremo que gira desde el exterior con destino hacia el interior, por lo que su sentido aquí será convergente.
En este caso, las asociaciones tienden a presentar características femeninas. También opta por el biomagnético norte, atrayendo el sur, el yin, el sentido envolvente y centrípeto y moviéndose en el negativo, por lo que su desplazamiento tiende al dextrógiro, o sea, en favor de las manecillas del reloj. Igualmente muestra un enorme poder por la unión y sufre una gran capacidad para generar frío.
Aquí encontramos un lado con poderosas connotaciones hacia la raza evaica, siempre asociada al color azul y poseyendo una enorme fuerza magnética. Por eso, podemos considerar que su movimiento siempre busca el Cielo, hacia donde se dirige desde la Tierra por medio de lo magnético y lo eléctrico.
Tampoco hay que olvidar que este movimiento está en constante búsqueda del restablecimiento del orden. Es decir, su ‘necesidad’ sería algo así como despojarse de las vestiduras para atravesar por medio del punto cero.
También merece recordar que la vida espiritual es la que es capaz de llevarnos hacia el camino de la introspección. Es decir, es capaz de filtrarnos por el centro de nuestro Ser propio.
La misión de este lado será la de llevar toda la energía libre que ha quedado desordenada hacia un orden supremo. Finalmente, todo ello será disuelto en el conocido como punto cero. Así pues, la suástica localizada en el pecho de un personaje como Buda será implosiva, ya que girará hacia la derecha tratando de generar ese camino de recogimiento de un Ser que busca habitar en el Vacío, en la Semilla y en el Todo y la Nada de manera simultánea. Es decir, muestra el sendero por el que marchar para desarrollar una vida espiritual completa y plena.
El punto cero en este caso es llamado de explosión o de implosión. ¿De qué depende este punto? Simplemente de la dirección en el movimiento del toroide en cuestión. Así pues, nos encontramos con un proceso recursivo que es continuo y eterno. Es decir, la ilusión de la separación hace que creamos que no es de esta forma en particular, pero no es así.
Veamos un ejemplo para entenderlo mejor. Supongamos que una persona acaba de nacer. En ese momento, hemos de ubicarla en el punto cero. Es decir, arranca un recorrido, su vida, con una explosión, como el propio Big Bang que dio origen al universo, una semejanza clara. A partir de ahí, comienza un largo recorrido de búsqueda, sabiduría, atención, aprendizaje y abarcar todo cuanto sea posible.
Durante ese proceso, destruye y reconstruye su propio orden, vive crisis y rompe reglas establecidas. Por ejemplo, podría acabar probando sustancias tóxicas capaces de hacer que su coherencia interna explote. Así pues, tiene la potestad de convertirse en alguien con la capacidad de destruir vida.
En todos los procesos como el del ejemplo encontramos que siempre se llega a un punto de máxima irradiación. Si nos atenemos a la vida de un ser humano, este suele llegar hacia la mitad de su existencia, entre los 35 y 45 años. Este es un momento en que, de forma súbita, se podría transmutar la polaridad, por lo que la propia vida toma un nuevo camino, un sendero implosivo.
¿Qué quiere eso decir? Que llegado un momento de la vida del ser humano, ciertas cosas, en la mayor parte de los casos, empiezan a no ser tan importantes. Por ejemplo, se busca más una vida introspectiva, meditativa y espiritual, y se deja de lado la necesidad perentoria de dinero, sexo y poder.
Siempre se alcanza ese punto en el que se renuncia a un buen número de posesiones que quedan para fines sociales, y se opta por algo más interior y espiritual. Así pues, el dinero ganado o recaudado puede ser de gran ayuda para reforestar la naturaleza, mejorar la educación de los niños y aumentar la calidad de vida de aquellos que menos tienen.
A continuación, la vida se orienta en camino a la introspección, donde se olvidan costumbres como los excesos en comida, que se transforman en la alimentación únicamente necesaria. Así, se demuestra un mayor respeto por la vida, no desperdiciando nada.
Además, estamos en una etapa en la que comienza a demostrarse una manifiesta oposición ante la opresión, las guerras y el caos. Es decir, se orienta al amor, a la libertad y a la individualidad, respetando mucho más a todas las criaturas del mundo.
Sin duda, esta implosión lleva a la vida que casi todos los místicos de hoy y de ayer buscan. Se da un giro completo del toroide, aunque no se sabe con ello si esta es la forma correcta de vivir o no. Es decir, ¿es mejor virar hacia lo material y explosivo, o merece la pena optar por lo espiritual e implosivo?
Veamos y expliquemos mejor esta situación con un nuevo ejemplo. Una persona ha dedicado su vida desde un punto de vista religioso a mirar por los demás. O sea, vela constantemente por el bien social, por la humanidad. Para ello, practica siempre los rezos tratando de llegar a la sabiduría interior por medio de la experiencia y la Iluminación. Así pues, deja entrar al vacío y se funde con ello.
Esta persona está habitando durante un tiempo en el citado punto cero, pero, como es lógico, el ciclo es más largo y no se detiene todavía. Así pues, su tendencia será la continuidad hacia el punto explosivo. Es decir, llegará el momento en que el amor, los rezos y las prácticas interioristas pasarán a segundo plano, buscando una forma más productiva de sus prácticas religiosas, de manera que pueda rentabilizar estas terapias.
Esta persona se envuelve en circunstancias que la orillan. Así pues, se vuelve más astuta y perspicaz. Por ello gana más dinero y sube en estatus, riqueza y poder, buscando una mayor acumulación.
En este proceso, se conquistan nuevos territorios que nos pueden llevar a pasar por encima de antiguos enemigos. Se elimina al diferente o disidente que piensa distinto para evitar posibles pérdidas, buscando abarcar todo. Y así es como busca imponer su fe, su dogma y sus creencias, aunque para ello necesite alcanzar la muerte, la destrucción y la masacre de otros abrazando el fanatismo.
Encontramos en este sentido un mundo en el que las leyes de acumulación de capital sienten la amenaza. De la misma forma, los ascetas y místicos también se ven amenazados por estos seres mucho más materialistas.
Encontramos pues una renuncia, una filosofía que evita el consumo capitalista y aboga por la vida natural. Se busca, en este sentido, una alimentación sustentable que se suele rodear en pequeñas comunidades, pese a que no sean rentables o no generen plusvalías.
Es decir, el hecho capitalista y consumista en exceso acaba por corromper a menores cobijando seres corruptos en ámbitos como la política o el empresariado. Así, hasta el día de su muerte, sienten su conciencia explotada, pero han llenado sus bolsillos de dinero o fama, algo que, en realidad, ha sido por lo que han trabajado toda su vida.
Relación de la rueda del samsara con el toroide.
Si miramos en la historia del mundo, observamos muchos personajes corrompidos por tal hecho. Es decir, han explotado tipos como místicos, filósofos, gurús e incluso religiosos.
En este sentido, hemos descrito el clásico ejemplo del ciclo toroidal interminable. Podemos mirar en diversas filosofías y formas de pensar en el mundo y encontraremos ciclos similares. Para los hindúes, vemos que es conocido como la Rueda del Samsara. Para los mayas, se crea la ilusión de la polaridad irreconciliable.
Ahora bien, ¿qué es bueno y qué malo en este sentido? Lo cierto es que, si lo identificamos con el toroide, cada giro considera en sí mismo que es el correcto. Es decir, tanto el lado implosivo como el explosivo tiene su parte de verdad, su sección de corrección, su intención de que es el único que ha de existir.
Sin duda, esto es algo que podemos ver a nuestro alrededor. Seres explosivos e implosivos que se consideran con la verdad de su parte, la última corrección que centraliza el universo, creyendo que son los demás los que están en un error.
Sin embargo, lo cierto es que la implosión no puede existir sin la explosión. La vida no existe sin la muerte. La verdad no es cierta sin la mentira. La fuerza eléctrica necesita de la magnética, y la luz de la oscuridad, igual que el frío y el calor son contrarios. Es decir, ambos criterios son grados en una escala de movimiento del toroide.
El mundo parece cada día más sumido en constantes conflictos y guerras que aparentemente parecen inacabables. ¿Puede deberse tal hecho a la ilusión creada en la mente humana por la separación de los opuestos?
Si hay un aspecto negativo en la muerte, que en muchas culturas se observa como un paso adelante, hacia un nuevo mundo, otro nivel de la existencia, es la misma muerte por destrucción, y no por ser un proceso y paso natural en las vidas humanas.
Pero la transformación, ya sea hacia algo considerado positivo o negativo, es algo bueno, pues se puede considerar como una transmutación hacia un orden mayor. Es decir, es como un viaje hacia algo que comprenda nuevas posibilidades.
La vida en sí es un aspecto positivo, es la posibilidad de compartir orden, pero puede verse empañada por el ansia de querer más, de necesitar posesiones, de quererlo todo, de verse abocado a una necesidad constante de acumular.
Curiosamente, aquellas personas que viven en la implosión consideran que su vida es la correcta. Se tienen a sí mismas como las buenas. No obstante, también es esta una situación que se observa en las personas explosivas.
No obstante, ¿lo correcto es lo normal? Es decir, una persona explosiva considera que hace lo que debe, lo que tiene que hacer, lo normal. algo que también sucede en el ser implosivo, que entiende que es el otro el que comete el error, mientras él vive en la corrección, en la normalidad.
¿Realmente hay una verdad inmutable en todo ello? Lo cierto es que la realidad toroidal afirma que ambos viven en una ilusión, en un mundo separado que no es tal nunca.
Es decir, encontramos dos perfiles de personas en los extremos. Por un lado, el místico que busca una gloria no terrenal, pero que puede ser considerado como un parásito desde el punto de vista del mundo material. Pero por otro lado está la persona consumista y liberal con desenfreno que busca el lucro a su mayor gloria sin pararse a pensar en la necesidad de la espiritualidad.
Entonces, ¿qué sucede? La realidad nos dice que ambos perfiles viven cegados, y subsisten en una ilusión, en Maya, en la Rueda del Karma/Dharma. Es decir, se vive en una ilusión que puede tender a la construcción o la destrucción, pero ambos procesos son igualmente separados y extremos de una misma cosa.
El caso es que estos procesos no son secuenciales ni lineales, tal como percibimos por nuestra mera capacidad física y psíquica de percibir el mundo. En realidad, los seres humanos somos implosivos y explosivos de forma simultánea, pero nos cuesta entenderlo y verlo.
En realidad, cualquier experiencia vital lleva una doble vertiente, tanto de vida como de muerte, de oscuridad y luz, de femineidad y masculinidad. Es decir, toda experiencia se consuma cuando completa su ciclo doble, o sea, implosivo y explosivo, pues ambos son simultáneos. Otra cosa es que nuestra conciencia, siempre muy lineal y secuencial, no lo pueda entender o visualizar como realmente es.
Lo cierto es que estamos viendo una ilusión, pues todo es una secuenciación del proceso. Es tan sencillo como intentar hacer implosionar una parte de un todo sin que la otra explote. En realidad, es totalmente imposible, ya que, tanto a nivel físico como mental, no se puede, solo haría que la experiencia desapareciese por siempre.
No obstante, sí que existe un camino capaz de acabar con la dualidad, y es la irradiación. Pongamos por caso, para verlo de una forma visual, una fruta. Por lo general, estas no crecen de arriba hacia abajo o viceversa, sino que lo hacen desde dentro, desde su centro, desde una semilla.
Es decir, la irradiación es un proceso expansivo que se ubica en el centro y se va agrandando de manera simultánea en todas direcciones.
Recordemos que también el ser humano vive un proceso similar. No crecemos por partes, es decir, no aparece primero un brazo y luego una pierna o la cabeza. Lo hacemos de manera progresiva desde una germinación hacia una finalización cuando nos completamos.
En realidad, en el mundo hay muchos ejemplos de irradiación. Pongamos por caso el amor. No aparece de hoy para mañana, no es lineal y rara vez, por no decir nunca, es parcial. Es más bien como una semilla que nace y se van haciendo cada vez más grande, rodea todo cuanto toca y, si un día se frena, tal vez decrece, pero será de manera progresiva, a la forma de una implosión.
Podemos decir que el amor es deseo y ayuda. Igual que en última instancia, con amor, podemos tocar al Absoluto y ser un fractal del Dios en que creamos. Y así sucede con todo, pues nada es lineal como lo observamos. El Sol no ilumina sino que irradia, y el Ser también. De la misma manera que los toroides, tanto los 13 horizontales como los cinco verticales, irradian sin que nos fijemos y seamos del todo conscientes, pues están sumergidos en una ilusión de Maya.
Cobrar conciencia es un trabajo de aceptación de la propia polaridad humana. No debemos olvidar que, como individuos, estamos repletos de ambigüedades, contradicciones y paradojas. Ahora bien, ¿se pueden eliminar estas contradicciones? Esa debería ser una de nuestras misiones y labores en la vida.
El trabajo de un ser humano debería ser la correcta integración de los opuestos en la función toroidal. Sin duda, es una ingente labor psicológica que implica no ya dejar de desear, sino evitarlo, ya que dejar de desear es ya en sí mismo un deseo que muchos tenemos en mente.
También conviene recordar que todos, sin excepción, tenemos ese pequeño lado oscuro que nos cuesta aceptar, y que muchos quisiéramos ver todavía más reducido, pues no lo queremos mirar en absoluto. Sin embargo, la clave no estaría en la eliminación, sino en la comprensión.
Así pues, hablamos del abrazo a la polaridad. Todos somos una especie de dualidad, por lo que, si la abrazamos y entendemos, unificaremos nuestra propia sombra, nuestro conjunto total.
Pero, ¿qué impide que alcancemos esta dualidad convertida en un todo? Sin duda, el hecho de ser esclavos identificados con que nuestra visión del mundo es la correcta, y nos fidelizamos con exceso a ello. Sin embargo, no es así, no siempre nuestro estilo de vida es único, es bueno.
Si logramos abandonar dicho apego emocional primordial, estamos dando un paso importante para dejar que nuestro contrario se manifieste. Una vez se logra esto, aparecen los rincones más oscuros de nuestra psique, que son incorporados a nuestro yo total.
Y así se alcanza el postulado intelectual, la vivencia experimentada en todas las entrañas del SER, lo subjetivo de la asimilación de las contradicciones humanas.
Vamos a pensar ahora en la polaridad eléctrica y magnética que surge por medio del flujo de líneas que convergen y divergen tanto en puntos de explosión como de implosión. En estos casos, a mayor diferencia entre ambos polos, mayor se diferencia el potencial y más fuerza se puede desarrollar.
Podríamos decir que la madurez de cada ser humano que puebla este mundo se mide por sus capacidades básicas para aceptar la Verdad, es decir, entendiendo la Verdad como una contradicción asimilada.
O sea, estamos hablando de la Verdad como un punto de fricción. Es decir, estamos en un punto en el que dos fuerzas chocan con tal intensidad que son muy poderosas, pero ninguna es capaz de superar a la otra.
Dicho esto, llega el momento de buscar a un sabio, Sigmund Freud. Según el célebre psicoanalista, en el inconsciente humano no encontramos la barra de censura. Es decir, ahí es donde no sabemos lo que está bien y lo que está mal, no existe dualidad entre maldad y bondad.
No debemos olvidar que en el inconsciente confluyen en un mismo tiempo tanto lo explosivo como lo implosivo. Así pues, en nuestros deseos sexuales, en nuestros sueños, en nuestra risa no pensada no existe censura moral alguna, por lo que se vive la contradicción en toda su esencia y potencial.
Es más, en referencia a la risa, podemos añadir que la contracción muscular permite una liberación endocrina, es decir, es un mecanismo humano y natural que sirve para que se asimilen las contradicciones.
La concentración de fuerzas masculinas y femeninas se representan con el símbolo geométrico de la suástica. También se ubica a su alrededor el punto de atención y lo celeste y terrestre.
A través de la suástica, ya sea con sus brazos en giro hacia la derecha, o bien hacia la izquierda, se nos está hablando del giro explosivo o del giro implosivo.
Recordemos que, más allá de lo polémico de esta cruz por el repugnante uso que algunos le han querido dar, posee sus característicos cuatro brazos acodados como la letra gamma mayúscula del alfabeto griego que nada tiene que ver con ideologías y es muy anterior a cualquier disparate cometido por personas poco más que enfermas.
De hecho, si nos fijamos bien en el símbolo, podemos observar cómo Adolf Hitler usó y popularizó la esvástica con los brazos en giro hacia la izquierda con los brazos apuntando claramente hacia la derecha, o sea, la suástica explosiva, que utilizó el dictador como emblema de su partido nazi como el signo solar que supuestamente debía representar a los antiguos arios.
Sigamos observando la simbología nazi pues, más allá de los disparates que cometieron, sí que fueron capaces de usar ciertos conceptos de geometría sagrada en su beneficio. Por ejemplo, en el diseño de la base de operaciones de la tristemente célebre SS alemana.
Y es que, cuando la suástica implosiva gira hacia la derecha en geometría sagrada, sus brazos lo hacen hacia la izquierda. Este símbolo se asocia a las prácticas budistas. Es decir, un uso que encontramos en todas las culturas del mundo desde allende los tiempos, pues lo encontramos en civilizaciones tan dispares como los tibetanos, los hopi, los cristianos, los celtas, los hindúes, los aztecas, los griegos o los islámicos y judíos, entre otros.
En realidad, la suástica es una representación de una imagen toroidal. En la misma, la línea vertical estaría simbolizada en sentido espiritual. Junto a ella, encontramos la línea horizontal, que en este caso está representando lo material. En el símbolo observamos también un punto de cruce, sería el espacio en el que las fuerzas se anulan. Y en torno a este punto se ubica un círculo al cual se inscribe un máximo aumento de intensidad representado por la constante conocida como pi.
Veamos ahora símbolos como el del Tao que simboliza el Yin y el Yang. Este concepto surgió hace siglos de la mano de la filosofía oriental. El mismo se fundamenta en una máxima eterna, la dualidad de cuanto existe en el universo conocido y desconocido.
El Yin y el Yang son la descripción de las dos fuerzas fundamentales del todo. Son opuestas, pero complementarias, y se encuentran en todas las cosas, ya que nada puede existir sin uno y sin el otro.
En este universo, en este mundo y en esta vida, cada objeto, cada ser y cada pensamiento que sale de nuestro cerebro posee ese complemento del que dependerá para existir, puesto que, a su vez, existe dentro de sí mismo.
Así pues, de aquí se deduce que, en realidad, nada puede existir en estado puro, pues tampoco existe la quietud absoluta. Podemos deducir de este hecho que estamos en una transformación continua que nunca cesa.
Es más, cualquier idea será vista como su contraria siempre que se observe desde un punto de vista diferente. Es decir, si se categoriza algo, tan solo se hace por conveniencia. Y es que, tanto el Yin como el Yang, son las fases que vienen tras el Taiji o Tao, que es el principio generador de cuanto existe, o sea, de donde surge todo.
El yin yang como figura toroidal
El Yin y el Yang surgen del Tao como toroide. Y es que, como hemos de recordar siempre, tanto el aspecto implosivo como explosivo se ubican en todo lo existente.
Recordemos que el propio símbolo del Yin y el Yang es un en sí mismo un toroide a partir del cual se generan cortes en cuatro cuadrantes que se identifican y relacionan con los cuatro puntos cardinales. Pero no solo con esto, también con las cuatro estaciones del año provocadas por la inclinación terrestre de 23,5º sobre su eje.
A partir de este principio expuesto, podemos observar cómo se origina la línea cortada del Yin junto a la línea completa del Yang, formando los 64 trigramas del I Ching que, a su vez, se relacionan con los 64 codones que encontramos en el ADN.
Trabajando sobre la simbología de geometría sagrada, encontramos entre los mayas el Hunab Kun, que representa la Totalidad. Este símbolo contiene igual principio en cuanto a polaridad toroidal, pues marca las cuatro direcciones, es decir, los cuatro puntos cardinales en un sentido obvio de flujo tanto implosivo como explosivo.
Miremos ahora la filosofía egipcia. En la misma podemos observar y obtener la Escuela del Ojo Derecho de Horus. La misma representa una información muy concreta que a su vez está controlada por el hemisferio del cerebro situado en su lado izquierdo. Por eso es fantástica en el manejo de letras, de números y de palabras en general, y también por ello se dice que recibe orientación claramente masculina.
Sin embargo, tampoco podemos olvidar en el antiguo Egipto filosófico la Escuela del Ojo Izquierdo de Horus. En este caso, es el que representa de una manera estética y controlada el hemisferio derecho del cerebro. En este caso, encontramos el manejo de la percepción sensorial y la intuición, mucho más relacionada con o claramente femenino.
La diada tiene un principio, y este es la polaridad. Una vez contrastamos los matices surgidos, observamos las diferencias claras que aparecen a la luz de su opuesto. Es decir, se crea una paradoja en la cual entendemos que a la vez se parece a una separación de la unidad, mientras que los polos opuestos buscan una atracción básica entre ellos que, en este caso sí, recuerdan perfectamente a la unidad.
¿Podemos decir que la unidad separa y une en un continuo simultáneo? Claramente sí. Es decir, es la representación de un proceso creativo continuo debido a la presencia constante de la polaridad. Por eso, cuanto más opuesta es dicha polaridad, mayor suele ser la atracción, hasta subir a grandes niveles de atracción. Por otra parte, mientras la diferencia de potencial exista claramente entre ambos polos, la fuerza de unión crecerá más y más.
Por eso, cuando un aire frío y seco se introduce dentro de una masa compuesta por aire caliente y húmedo, se originan enormes tormentas que dan paso a lluvias torrenciales y otros fenómenos meteorológicos violentamente adversos.
Recordemos que el rayo no es más que una simple descarga eléctrica que golpea contra el suelo. Este fenómeno procede de una polarización acaecida entre las moléculas del agua de las nubes que suelen tener cargas positivas en la zona alta y negativas en la baja. Dichas cargas negativas son atraídas por las otras, por las positivas, haciéndolas caer hasta la tierra, lo que provoca que pasen millones de electrones que crean la espectacularidad del fenómeno.
Dicho fenómeno puede extrapolarse a los ingenios humanos, como una batería de energía, que completa un circuito eléctrico por medio de un polo negativo y positivo.
¿Por qué contamos todo esto? Simple, para ilustrar la necesidad del equilibrio. Siempre, todos los pares, son uno y su opuesto. Los extremos de la cuerda, una díada… Todos ellos necesitan de un opuesto para ser reales. Toda tesis tiene sus antítesis, ¿verdad? Así es la geometría sagrada.
A nivel psicológico, también hemos de diferenciar entre las características femeninas y masculinas. Dicho sea de paso, no por ser hombre todas las características de que se dispongan serán masculinas, y esto sucede también en el caso contrario.
En este sentido, el grado de ánimus y ánima será el determinante en las relaciones con el mundo de todo ser. Por eso, todos somos creados por opuestos. ¿O un bebé no es en síntesis el producto de un hombre y una mujer, o sea, dos opuestos?
Si seguimos avanzando desde un prisma psicológico, observamos que algo tan básico como el lenguaje, herramienta primordial del desarrollo humano, está compuesto por decenas, miles de opuestos. Si algo está dentro, es porque algo otro está fuera. Lo malo se opone a lo bueno. El creador es elemento vital para lo creado. La ganancia puede ir acompañada de la pérdida, y si hay algo arriba, puede haber algo abajo.
El lenguaje es la herramienta más importante que ha creado el ser humano. Sin ella, no sería posible la ciencia, el arte o los avances tecnológicos que hoy tenemos, ni siquiera el entendimiento de la geometría sagrada. Por eso es necesario darle la importancia que realmente tiene.
Y es precisamente el lenguaje el que revela infinidad de pares que van de lo bueno a lo malo, de la salud a la enfermedad o del amor al odio. Por eso, todos somos parte de este lenguaje, pues todos podemos ser buenos, pero tener algo malo. Tal vez somos muy amorosos, pero en algún momento pudimos no amar. Generalmente, estamos saludables, pero en ocasiones enfermamos.
Tanto el lenguaje como el ser humano, creador de esta poderosa herramienta, somos reales, de ahí que cada uno debamos aceptar nuestras sombras. Lo oculto es parte de nosotros mismos. Por eso, tarde o temprano (otra dualidad del lenguaje), hemos de aceptar lo que somos, tanto lo bueno como lo malo que hay en nuestro interior.
Cuanto antes aceptemos todo aquello que es sombrío y negativo en nuestro interior, antes podremos completar la unión de los opuestos y observar que el toroide está completo, habremos cerrado el círculo y asumido nuestro verdadero Todo.
Muchos de los pares, también llamados díadas, se entienden como aspectos psicológicos humanos. Todos ellos son rasgos que nos sirven para estudiar la personalidad de cada individuo.
Se dice que muchas parejas buscan su opuesto. De hecho, no es hasta que no lo conocen que se unen. Por eso, alguien pasivo o poco sociable puede buscar a otro alguien más asertivo, más abierto y activo. Un jefe necesita empleados, un liante buscará víctimas y una persona que ahorra mucho puede acabar viviendo con alguien que es un total manirroto.
Podemos seguir casi eternamente ejemplificando uniones de opuestos que observamos un día sí y otro también en la vida. Por ejemplo, el integrador con el excéntrico, el reprimido con el apasionado, el promiscuo con el impotente, el maestro con el alumno, el líder con el seguidor…
En cierto modo, todos formamos parte en algún sentido de esta polaridad en diversos niveles. Como no podemos ser maestros en todo, por ejemplo, en un momento dado seremos aprendices, pero tal vez más adelante seamos líderes en esa materia.
Es decir, que lejos de entender esta dualidad como un conflicto, deberíamos aceptarla como parte de nuestro yo. Hemos de interiorizar lo que somos y, si es el caso, voltear para, como hemos dicho, pasar de alumnos a maestros, de reprimidos o extrovertidos, etc. En realidad, no es extraño ni poco natural, más bien al contrario. Por eso, cuanto antes lo aceptemos, mejor superaremos las guerras internas y expulsaremos el posible conflicto que algo así pueda causar.
Patrón del Génesis
Toca ahora, siguiendo con nuestro completo compendio de Geometría Sagrada, hablar del Patrón del Génesis. Este citado patrón sigue una idea sencilla, la de los seis días de trabajo divino y uno de descanso.
Este patrón puede ser observado desde un punto de vista gráfico con un gran círculo central rodeado de otros seis círculos que giran a su alrededor. Al realizar el trazado, tomamos conciencia y consciencia de que estamos ante una secuencia binomial numérica amparada en este desdoblamiento.
Centrándonos en la Ley de Contención, observamos que esta misma se basa en la duplicación y duplicidad de los elementos. Es decir, pura creación tridimensional. Es más, se incuba en ella misma. Es el propio patrón de la Flor de la Vida observado en un símbolo capaz de explicar los ejes x, y, z, o sea, el movimiento tridimensional correcto. Es la malla que ata todo para estructurar el mundo material. O sea, aquellos que solidifica energía como tal.
A continuación, vamos a proponer una actividad. Vamos a observar la Flor de la Vida sobre plano. Obviamente, vemos una figura hexagonal que queda envuelta en un doble círculo.
Ahora, vamos a coger la Flor de la Vida y la vamos a intentar observar en 3D. En este caso, vemos que se completa como un cubo perfecto. Al mirar, encontramos una base en la unidad y una diagonal, es decir, un símbolo que no permite la distribución. Tampoco deja compartir emociones, acciones y pensamientos, pero sí la contención.
Una secuencia binomial empieza con la unidad y con el vacío. O sea, con el uno y el cero. Luego, llega un tercer paso, pero no es la suma del que hemos dado previamente, más bien es la duplicación de una unidad. Es decir, estamos construyendo una secuencia tal que así: 0 – 1 – 2 – 4 – 8 – 16 – 32 – 64 – 128…
Esta secuencia que acabamos de construir es la que da pie a toda base de ingeniería que tiene a utilizar tecnología artificial. Toda computadora o instrumento se va a basar para su funcionamiento en dicha secuencia.
Como ya hemos comentado, para entenderlo, lo mejor es verlo en un ejemplo. Así que, miremos, por ejemplo, el lenguaje binario que usan ordenadores y computadores. En realidad, es un dispositivo que conocemos como interruptor, y que va del encendido al apagado, sin término medio.
Así pues, al encender o al apagar, generamos un universo con infinitas posibilidades. Se pueden lograr cantidades de valores enormes en poco espacio. Y es que, ya solo en los primeros ocho dígitos encontramos hasta 64 valores encendiendo o apagando algunos de los números.
Sigamos con el ejemplo. Creemos el valor 19. Para ello, encendemos la casilla con valor 16, posteriormente la de valor 2 y finalmente la de valor 1. Si sumamos todo, obtenemos 19. Y así podríamos lograr tal hecho con cualquiera de los números durante solo estas 8 primeras casillas.
A raíz de completar esta secuencia, podemos obtener una retícula lineal y secuencial basada en la duplicación o duplicidad. Es decir, obtenemos una ley de contención que se ampara en el símbolo que conocemos como Flor de la Vida, y cuyas connotaciones son masculinas por entero, pero posee más bien funciones de forma femeninas por completo.
Es decir, estamos obteniendo un conjunto cuyos círculos que forman parte de su creación referencian hacia lo femenino debido a sus formas de onda sinusoidal. Es decir, se logra una Flor de la Vida como figura geométrica que se compone de una gran multiplicidad de círculos que se arreglan en lo que se conoce como una simetría hexagonal.
Siguiendo con esta explicación, hay que aclarar que en el centro de cada círculo encargado de forma la Flor de la Vida se localiza la circunferencia que a su vez rodea a cada uno de los otros formantes del conjunto completo.
Observamos una figura geométrica donde, al unir ciertos vértices, obtendremos el Árbol de la Vida, aquel que explica los 22 psicotipos humanos y las leyes arquetípicas. Junto a él, se logran ver la Fruta de la Vida, los sólidos platónicos, la Estrella de Metraton en forma de cuerpo de luz de ser humano conocido como Vehículo de Luz o el Markabah bíblico o Estrella Madre, así como el Huevo de la Vida, donde se observa la Ley de Octava y la Ley de Tres, donde se originan tanto el tiempo orgánico como las progresiones musicales.
Continuamos con nuestro trabajo y observamos que la Flor de la Vida es la viva representación de la fuerza que se ubica entre la división y la especialización de actividades. O sea, es una división funcional donde el cuerpo encuentra su capacidad múltiple.
Dicho esto, cabe recordar que en la especialización observamos cómo se refleja el nivel de complejidad al que asciende todo organismo. Es decir, hoy en día, una buena parte de la cultura y la civilización en que vivimos está existiendo alrededor de la imagen de la Flor de la Vida, es decir, de la ley de acumulación.
Así pues, el símbolo de la acumulación es llevado hasta un extremo negativo en exceso que puede generar irritación y enfermedades inflamatorias derivadas de la fricción extrema y del calor desprendido de lo mismo. De hecho, puede alcanzar niveles muy elevados, tales como sufrimiento de dominación en el aspecto social e incluso guerras. Eso también es geometría sagrada.
¿Qué consecuencia observamos de ello? Acumulación de un cuerpo como puede ser el sobrepeso. También aparición de enfermedades celulares, como el caso extremo del cáncer, que puede provocar una acumulación excesiva de procesos motrices relacionados con la emoción, la intelectualidad o el espíritu, que no está bien repartido y que, por su deficiente distribución y organización, acaba por dañar al organismo.
Continuamos conociendo el régimen geométrico que se observa en la acumulación de la geometría sagrada, y que permea en las diversas escalas de toda sociedad, especialmente la occidental en la que hoy vivimos.
Por ejemplo, desde un punto de vista económico, se busca una acumulación constante y excesiva de capitales ante una menor pérdida.
Si miramos el punto de vista arquitectónico, observamos que prevalece el cubo en el diseño de las ciudades. ¿Quiere esto decir que las personas somos cúbicas? En cierto modo, sí. Y es un sí ya que observamos gente que acumula libros que no es capaz de leer, que posee enormes recuerdos de antaño que ya no se repetirán jamás, que conserva gran cantidad de cosas inservibles y cacharros que en realidad están abandonados y que no utilizarán nunca.
Parece algo incierto, ¿verdad? Cuando adquirimos algo, pensamos que lo usaremos mucho. Sin embargo, hagamos memoria. ¿Cuántos cacharros tenemos arrumbados por casa que guardamos incluso con celo pero no utilizamos nunca? Algunos, de hecho, no los hemos llegado a abrir siquiera, ya sea por falta de tiempo, por ser un regalo que en realidad no nos gusta o por cualquier otro motivo.
Se dice, y no sin falsa modestia, que la acumulación de objetos nos ofrece una sensación de protección que, en realidad, es una falsa ilusión. Lo cierto es que son pertenencias que nos anclan al pasado, pero realmente son inservibles la mayor parte del tiempo, a veces, por siempre.
De la misma forma que, como humanos, conservamos gran cantidad de objetos, hacemos parecido con las emociones, con los pensamientos y con los recuerdos. Muchos de ellos quedan obsoletos en nuestra psique, pero se quedan ahí, casi por siempre jamás.
No es que se pida que descubran que vivimos en un campo fractal, en un universo toroidal. Está claro que esto requiere un ejercicio de pensamiento y cálculo que muchos no comienzan ni a atisbar. Pero de ahí a pensar que somos el centro, que las enfermedades y los virus nos atacan a nosotros en particular y a creer que todo está dividido, en lugar de saber que dentro y fuera no se separan, son parte de un todo, hay un gran trecho.
¿Quién fomenta esta gran ilusión de la geometría sagrada? Lo cierto es que, complot o no, parece que hay demasiados medios internacionales enfocados en que una ideología sea la predominante. Para ello, usan cualquier canal que sea útil para la creación de esta ilusión que se sustenta en la base psicológica del neoliberalismo. Si no fuera por ello, este mundo excesivamente enfocado al consumismo sería imposible.
Pero, ¿cuál es esta base psicológica a la que nos referimos? Sería la acumulación, y esta se obtiene por medio de una distribución caótica de la información que, además, interpela a las emociones y los impulsos sexuales.
Es decir, que se podría decir que está triunfando un sistema de vida antinatural en el que se interpela al ser humano a que acumule dinero, poder, posesiones, riqueza, fama, estatus, emociones, enfermedades, etc. Pero, ¿dónde queda el conocimiento y la espiritualidad? Curiosamente, también en estos sectores se redunda en demasiadas ocasiones en la búsqueda exagerada.
No obstante, no podemos decir que estemos ante un fenómeno nunca antes visto. De hecho, si nos remontamos atrás en la historia, ya observamos a los primeros ganaderos griegos que acumulaban animales, o a los medievales, que compraban bonos para ganarse el Cielo.
Hoy, la cosa no es muy diferente. A nivel consumista, se ofrece todo tipo de servicios y productos acumulativos que nos hagan sentir mejor. A nivel espiritual, nos ofrecen lo mismo por medio de meditaciones que nos hagan trascender nuestro cuerpo físico para llegar al Nirvana.
Un iniciado, por lo general, acumula méritos para tal evento. Es decir, puede recoger los frutos de su siembra. Pero la verdad es que existe una ley de Geometría Sagrada, la de distribución, que tendería a evitar que realmente la acumulación tenga que ver con la iniciación y la llegada al Nirvana.
Llegados a este punto, encontramos dos vías. Por un lado, la conocida como vía húmeda, que aparece por transmisión inmediata de vida. Frente a ella, encontramos la vía seca, que implica paulatino e incesante trabajo, pero que no obligatoriamente acabará en la meta seleccionada.
Sea como fuere, ambos caminos pueden finalizar en el desapego del resultado. ¿El motivo? Porque cuando damos lo mejor de nosotros mismos, no ha de ser para esperar algo a cambio. Hay que olvidarse del control de resultados, centrando la fuerza en la irradiación, alcanzando el deseo primigenio.
En una escuela guiada por el principio de la acumulación, creerán que el conocimiento solo puede pertenecer a unos pocos. De hecho, se centran en hacer méritos a todos los niveles para acceder a una jerarquía impositiva.
Dicho esto, pasados al juego del poder cúbico. Toda escuela iniciática guarda sus secretos y trata de morir con ellos, en lugar de dotarlos a la humanidad. Por su parte, la acumulación en la escuela invita a formar parejas de maestros y alumnos que se merecen, se completan y son necesarios el uno al otro para compartir conocimiento.
La escuela iniciática se centra en los peligros de compartir el conocimiento, por lo que no lo comparten y lo acumulan creando códigos complejos y encriptaciones de la información. Luego, muchos alumnos pasan vidas enteras descifrando códigos que, tras el esfuerzo, no desean compartir.
Ley de distribución: Sexta Ley o Pentaflor
Ya acabamos de mencionar la ley de distribución, es decir, que, en nuestro compendio de Geometría Sagrada, podemos comenzar a desvelar en qué consiste esta sexta ley, la llamada Pentaflor.
A la ley de acumulación sigue la ley de distribución de la geometría sagrada, que se basa desde un punto de vista geométrico en la Pentaflor, que a su vez se define como una imagen de poder de la Geometría Sagrada o sustentable.
La Pentaflor es el reflejo de una vista superior de lo que se conoce como la molécula dodecaédrica del ADN. Así pues, su imagen nos permite generar el punto de implosión. A su vez, podemos usarla para ordenar tanto la energía como la materia y las ondas de una forma totalmente armónica.
Recordemos que nos estamos refiriendo a un símbolo de geometría sagrada que se construye en base a diez espirales doradas que se ordenan sobre la superficie de un pentágono. De ahí que surja una base matemática que se centra en la secuencia Fibonacci, también conocida como secuencia numérica de la vida.
Desde un punto de vista gráfico, podemos ver que, partiendo de cuadrados, podemos construir una red dorada que surge desde el vacío para volver al mismo. Este detalle se observa poderosamente en aquellas personas que han vivido experiencias cercanas a la muerte. Todas ellas anuncian haberse visto atraídas hacia un túnel.
Se dice que, en el momento de morir, toda memoria humana pasa por la ley de distribución. Es decir, escoge aquello que suene y resuene a vida. O sea, sería como una especie de filtro donde se decide qué se puede distribuir y qué no.
Toda escuela de conocimiento que se basa en el principio de distribución suele ser expuesta, abierta y lejos del hermetismo. Es decir, no esconde sus fines, tampoco sus principios ni sus medios. Además, evita las jerarquías, optando por las redes para una organización en la que todo miembro pueda acceder a otro, cualquiera que sea.
Estas escuelas distributivas evitan los maestros y gurús, igual que la dirección clara, puesto que el conocimiento está expuesto y es el mismo para todos. Así que, lejos de ser tal vez la ley idea, tiene sus características muy claras a través de la enseñanza pentagonal, sin guía, donde el estudiante se pueda perder en su fantasía propia, pues se centran en el valor de la autodirección.
El autosustento y la autodeterminación, donde el maestro, por medio de la mayéutica, fórmula aseveraciones y direcciona el camino a seguir, aunque sin recetas y destinos claros, tan solo para que cada uno llegue donde quiera, pues tampoco hay un lugar claro al que ir, solo conocer, acceder a él y enriquecer el corpus teórico práctico.
Ley de fractalidad: séptima ley
Encaramos ya el final de nuestro extenso recorrido con la séptima y última ley de Geometría Sagrada, conocida como ley de fractalidad. Esta es la que nos informa sobre las partes, ya que su suma se encuentra contenida en cada una de ellas.
Recordemos que un fractal es una forma geométrica o patrón en geometría sagrada que se construye con partes y proporciones. No obstante, en conjunto, todas son idénticas al patrón total. Aun así, se asocia al modelo matemático esta creación de fractales. Es decir, se puede afirmar que el universo en conjunto sería un fractal en sí.
El fractal es el objeto geométrico que consta de estructura básica que se repite en escalas diferentes. En algunos casos, se pueden generar a través de procesos recursivos e iterativos. Así se logra la producción de estructuras autosimilares independientes en una escala específica.
Podemos afirmar en geometría sagrada que un fractal es aquella estructura geométrica capaz de combinar tanto repetición como irregularidad de estructura. Así que, pese a que muchas formas naturales pueden ser observadas en base a estructuras de tipo fractal.
El fractal matemático en sí presentará ciertos detalles en escalas que son pequeñas por arbitrio, muy irregulares para que se puedan describir en un término tradicional de geometría, pero con autosimilaridad exacta o estadística para que se defina de manera recursiva.
Toda definición de fractal incluye que muchos objetos que se quieren considerar fractales no encajan con las propiedades que acabamos de citar. Así que, si tomamos como ejemplo fractales naturales como pueden ser montañas o nubes.
Dentro de la geometría sagrada observamos límites en detalle tanto a nivel superior como inferior, o sea, no hay un término que precise con exactitud qué es muy irregular. Y es que, aunque hay diversas formas de definir la dimensión con valores racionales, no todo fractal se puede definir de manera recursiva.
El fractal estocástico, por ejemplo, se relaciona de forma íntima con la teoría del caos. Efectivamente, cualquier fractal, igual que cualquier ser humano, satisfará una gran parte de propiedades de la lista de sus características, pero siempre habrá aquellos que carecen de una o más de las citadas características, aun entrando en la categoría que les corresponde.
Llegados a este punto, podemos optar por estudiar las fórmulas matemáticas que sirven para la creación del fractal. Las más básicas son Mandelbrot, Lindenmayer, Julia, Halley, Biomorph y Quaternion.
Podemos viajar hasta el año 1993 para observar que M. Theroux, investigador estadounidense, añadió el valor de phi en la creación del fractal, haciendo uso de un software llamado Fractint 17.2. esto fue lo que permitió que se incorporara la creación de autosimilaridades, que es el proceso que, en el mismo tiempo, conserva la forma original de la especie, pero también evoluciona hacia una interactuación con su medio ambiente.
Un patrón fractal puede ser encontrado en el flujo del tráfico, pero también en otros muchos puntos comunes del día a día, como la música, un electrocardiograma, un mapa meteorológico, en un circuito electrónico, etc.
Cualquier fractal se hace en base a retroalimentación positiva, siempre sin tener en cuenta el medio en que se ubica. Y es que, no hay que olvidar que ni son estáticos, ni son estables.
Los patrones fractales se balancean en filos de caos con mínimo contacto. Son capaces de volar en atrevidos giros, pero también podrían mantenerse fuertes ante cualquier tirón, que no podría ni siquiera moverlos. Así son estos elementos de la geometría sagrada.
Es decir, cuando trabajamos con un patrón fractal, no podemos asegurar la predicción. Así pues, cualquier determinista no se siente cómodo ante el trabajo con los fractales, ya que, básicamente, son imprevisibles en el estudio de geometría sagrada o cualquier ciencia.
Recordemos que el universo es la consistencia de una serie de cuerpos en espiral de diminuto tamaño. Cada uno de estos cuerpos se hace de la eyección de plasma, que luego es modulado por el efecto Coriolis. Es decir, hablamos de un universo fractal rotativo, si nos atenemos a los trabajos de H. Colin.
El advenimiento de la Geometría Sagrada con fractales permite que otras ciencias adopten conceptos que pueden aprovechar para ampliar sus áreas de conocimiento. Este detalle está permitiendo que una complicada matriz científica sea capaz de hacer de soporte en diversas ciencias, siendo la geométrica del fractal la que podríamos considerar como Ciencia Madre.
Veamos un ejemplo para entender el concepto anterior. Tomemos la ciencia social. Podrán usar diversos conceptos abstractos de la geometría de fractales, así como de la teoría del caos. ¿Para qué? Para proponer nuevas teorías, lo que facilita profundizar en las ciencias clásicas, ya que ahora se enriquecen con un paradigma nuevo que abre horizontes diferentes y atractivos.
Hasta aquí llega nuestro gran compendio de Geometría Sagrada que recoge todo cuanto es importante en este complejo y extenso mundo. A partir de ahora, esperamos que tu visión del universo sea diferente, ya que todo se mueve en torno a esta gran ciencia que engloba cuanto vemos y no vemos en el universo.
Me encanta el tema y me gustaría más información o recomendación de libros.
Saludos y gracias
Muchas gracias Jorge y a los coordinadores de la Hermandad Blanca por crear estos documentos para nuestro aprendizaje !!!
me gustaría aprender la geometría sagrada y su significado. Hay como estudiarla? Cursos etc.
me gustaria aprender mas ma la geometria y su significado.Tambien que es lo que puede aportarparael ser humano
Infinita gratitud❣️?⚛️ super interesante ??
La ventaja de estar vivo@ es poder conocer, aprender cada nuevo día, hoy hice un "descubrimiento", quiero saber más al respecto. Gracias
Interesante pero quiero saber más a fondo si nosotros somos energía como podremos ayudar a otros en muchas áreas ya que no estamos abastecimiento de energía mala y mundana
Como se utiliza la geometría sagrada
Hermes trimegisto 7 leyes espirituales aquí en hermandad blanca PDF descárgalo
Excelente información, muchas gracias
EXPONE DE MANERA SENCILLA LAS FORMAS QUE DOMINAN LA GEOMETRÍA Y SU APLICACIÓN COTIDIANA.
Muy buen resumen. Gracias por compartir!
saludame a serreciete
Muy bueno me gustaria tener mas informacion ya que estoy practicando la meditacion Merkaba gracias
bien interesante me gustaria tener mas informacion sobre este tema gracias
Muy muy interesante artículo
sigan asi