Reflexiones: Caminatas en el parque

 

Hermandad Blanca Juan Sequera Caminatas en el parque Hombre trotando frente al sol

 

Cuando iba al parque a caminar, lamentablemente ya no lo hago, me ponía a observar a otras personas que también lo hacían y me llamaba mucho la atención la gran variedad de comportamientos que veía y caía en la tentación de comparar las distintas maneras como la gente hace sus caminatas con las distintas formas con las que afrontamos nuestras vidas.

La mayoría de las personas iban por las caminerías en el mismo sentido en el que estaban colocados unos marcadores de distancias que ayudaban a los caminantes a saber cuánto habían recorrido. En mi ejercicio de comparación, me parecía que esas personas representaban aquellos que van por la vida respetando lo establecido, cumpliendo las normas y siguiendo a las mayorías. Había otras personas que se desplazaban por las mismas cominerías pero en sentido contrario, eran menos que los anteriores y los incluía en el grupo de los que les gusta ir contracorriente, desafiando lo establecido y lo que la mayoría de la gente considera que es lo “correcto”.

Para tratar de entender ambas preferencias, algunas veces caminaba siguiendo a la mayoría y otras en sentido contrario y realmente la sensación en cada uno de esos sentidos era muy diferente. Cuando lo hacía en el sentido de los marcadores de distancia me sentía más cómodo, con menos riesgo de interferir en el camino de los demás, excepto cuando conseguía a alguien que venía en sentido contrario, a quien realmente le incomodaba en su recorrido.  Cuando lo hacía en la otra dirección me sentía con mayor posibilidad de estorbar en el camino de otros y a veces no me sentía seguro de cual lado del camino tomar y creo que a los que venían en sentido contrario les ocurría lo mismo.

Había otro grupo que no utilizaba los caminos establecidos, transitaban por senderos paralelos a estos por los que circulaba menos gente. En ese grupo, al igual que en el anterior, algunos transitaban en el sentido de los marcadores de distancia y otros en sentido contrario. Al caminar por esos senderos observaba que el suelo era más suave que el de las caminerías principales, en donde el mayor tránsito ya había expuesto muchas piedras y raíces de árboles que a veces dificultaban caminar. Por esa dificultad en el camino principal, asumo que los que preferían ir por los senderos paralelos representaban a los que van por la vida evitando obstáculos y dificultades, buscando siempre un camino de menor resistencia. Mientras que los que se mantenían en las caminerías existentes pertenecían a los que prefieren lo establecido aún con las dificultades que ello pueda representar.

 

Hermandad Blanca Juan Sequera Caminatas en el parque Hombre corriendo sobre asfalto

 

Había un tercer grupo que me parecía el más radical, que caminaba a campo traviesa sin seguir las caminerías ni los senderos paralelos a ellas. Eran muy pocos y diría que representaban a los rebeldes que no aceptan normas ni reglas preestablecidas y que quieren trazar sus propios caminos. Cuando caminaba de esa manera, para tratar de entender porque lo hacían, la sensación que tenía era de mayor libertad, pero también de mayor riesgo de sufrir algún percance, porque al no haber caminos ni senderos había que ir abriéndolos al caminar, lo cual generaba un mayor esfuerzo y una mayor dificultad y lentitud para avanzar.

Había otra diferencia entre las personas que se ejercitaban que también me parecía interesante y era su manera de vestir. Algunos iban con sus mejores conjuntos, cual modelos de catálogos de ropa deportiva, no siempre, pero por lo general, eran los menos intensos en la ejecución de sus ejercicios. Me parecía que lo más importante para ellos era la apariencia y no el objetivo de ejercitarse que los llevaba allí. Mientras que había otros que definitivamente lucían descuidados en su vestir, pero era común que fueran los que se ejercitaban con mayor intensidad. Para ellos parecía poco importante lo que pensaran o dijeran los demás, siempre y cuando lograran el objetivo que los había llevado hasta allí.

No sé cuan acertado haya sido mi ejercicio de comparación, pero es un hecho que en nuestro transitar por la vida vamos a encontrar personas que van a nuestro lado y en la misma dirección, con las cuales nos vamos a identificar y nos sentiremos cómodos y con quienes no tendremos mayores contratiempos. Pero también encontraremos algunas que nos llevarán la contraria y con quienes surgirán conflictos que tendremos que resolver para poder seguir avanzando en nuestro camino y por supuesto siempre habrá facilistas y rebeldes que buscarán o abrirán sus propios caminos y en nosotros quedará la decisión de a cual de esos grupos nos uniremos para hacer nuestro recorrido.

También nos encontraremos en la vida con personas cuyo principal interés es  el “¿qué dirán?” o el “¿qué pensarán?” los demás acerca de ellos, por lo que dedican mucho esfuerzo en aparentar lo que ellos consideran importante para generar una respuesta favorable a esas preguntas. Mientras que encontraremos otros que pondrán su mayor esfuerzo en lograr lo que se proponen, sin darle mayor importancia a lo que piensen los demás sobre ellos. En este caso también debemos tomar la decisión de a cuál de estos dos grupos perteneceremos.

Hermandad Blanca Juan Sequera Caminatas en el parque Mujer con los brazos alzados

Si acostumbras hacer caminatas te invito a observar si la forma como lo haces refleja de alguna manera tu forma de afrontar tu vida y si es así y no te gusta, prueba otra manera de hacerlo y quizás logres cambiar lo que no te gusta. Si no las haces, te recomiendo que lo intentes, porque es una buena manera de ejercitarse física, mental y espiritualmente.

 

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Autor: Juan José Sequera. Autor de la familia de la Hermandad Blanca

 

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