El silencio interior y sus bondades de luz
En ocasiones, guardar silencio es la mejor manera de sanar una herida interior. Sus bondades te ayudarán a sanar cualquier dolor.
Todos nos hemos sentido abatidos, tristes o agobiados alguna vez. Una separación, una pérdida, problemas económicos o de salud, pueden eventualmente alterar nuestra energía. Y con frecuencia caemos en el error de ir contándoles a todos nuestras penas. Es un error porque lejos de servirnos como catarsis, lo único que logramos es recrear una y otra vez aquello que nos lastima. Por ello es tan importante que entendamos que la solución es el silencio interior.
Cuando nos sentimos mal y vemos todo negro, el silencio interior es la respuesta más armoniosa. Si aprendemos a desarrollar la capacidad de escuchar lo que el universo nos dice, será más fácil que sobrepasemos el momento difícil y recuperemos nuestra luz interna. A veces olvidamos que nuestra existencia está rodeada de señales divinas. Las ignoramos o perdemos la facultad de verlas aun cuando se presentan con claridad frente a nosotros.
Y es frecuente que, para poder ver esas señales o entenderlas, debemos guardar silencio, física, mental y emocionalmente. Abrir nuestra consciencia hacia la energía pura que nos abraza y dejar entrar a nuestro corazón la paz que nos regala.
Cuando algo nos duele, nos aislamos.
Contario a lo que pensamos, no es necesario alejarse de la gente para estar en silencio. Tu vida cotidiana y tus actividades no necesariamente deben verse alteradas cuando una pena te agobia. De hecho, sólo se trata de ya no invertir tiempo de tus días en pensar o recordar aquello que causa tu dolor.
En definitiva no es una tarea sencilla. Acallar la mente y guardar silencio interior, puede ser complicado y difícil de lograr. Se necesita práctica y paciencia para aprender a ignorar los distractores anímicos, ambientales y sociales que no nos permiten estar en silencio. Por ejemplo, pensemos que terminó tu relación de pareja. Vas rumbo a tu casa después del trabajo. Conduces tu auto y escuchas la radio. De pronto empieza a sonar esa canción especial que te identificaba con el ser amado. Esa pieza musical que bailaron el día de su boda o que escucharon juntos en aquel bello viaje a la playa. Casi de forma automática, tu emotividad volverá a sentirse alterada por la actual situación. Es probable que empieces a llorar o que experimentes un fuerte dolor interior por el recuerdo de la relación que concluyó.
Desde luego, no estamos pretendiendo que tus emociones se vuelvan de hielo. Sólo se trata de que no permitas que un distractor auditivo, interrumpa tu proceso de sanación. Sí, es un proceso, no existe una fórmula mágica para que un dolor desaparezca. Pero el silencio interior tiene ara ti maravillosas bondades. Te permite reevaluar la situación, entender lo que sucedió, acomodar tu emotividad y superar el dolor.
El yoga o el ejercicio, son magníficos escenarios para aprender a guardar silencio y escuchar los mensajes de luz que la vida pone frente a ti todos los días
Recuerda que tu cuerpo es el hogar de tu mente y de tus emociones. Dedicarle tiempo a actividades que involucran el bienestar de tu organismo como, el yoga, el ejercicio o la meditación a base de respiraciones, fomentará tu salud física y, por lo tanto, te facilitará la concentración mental que necesitas para ejercer el silencio interior.
Los expertos recomiendan las caminatas largas. Son excelentes para despejar la mente. Ver lugares diferentes. Independientemente del ejercicio tan benéfico que significa, salir a caminar puede ser una buena idea si pretendes estar en silencio y aprender a escuchar la voz del universo.
Si prefieres meditar, busca un lugar tranquilo, pero ventilado y bien iluminado. Los lugares obscuros o con poca luz, suelen ser un factor que propicia la tristeza. Probablemente no lo logres de inmediato, pero enfócate en acallar tu mente y tus emociones. El objetivo es que encuentres tu capacidad de no pensar en nada. Cuando consigas un estado de paz y silencio interior, procura alargar ese momento tanto como puedas. Con la práctica, serán cada vez más frecuentes y duraderos esos momentos. Y con el correr de los días, el dolor que sientes, irá disminuyendo y sanando.
Si eres una persona religiosa, puedes orar antes de concentrarte en guardar silencio
Sabemos que la oración es una herramienta amorosa para encontrar paz y sanar heridas emocionales. En este caso, se trata de que realces una oración antes de acallar tu mente. Puedes orar pidiendo la capacidad de ver y entender las señales divinas que se te presentan. Puedes orar solicitando una respuesta específica o simplemente agradeciendo la asistencia de los seres ascendidos que te ayudarán a sanar tu dolor.
Pero recuerda ora antes. Una vez que te focalices en guardar silencio, esa debe ser tu prioridad. Muchas filosofías ancestrales, han practicado el silencio, tanto físico como interior, para ejercer la búsqueda de la verdad universal y el reencuentro con la luz propia. El silencio interior tiene un valor trascendental y es por ello que su práctica es tan recomendable. Sus bondades van desde el simple confort emocional, hasta el descubrimiento de quiénes somos y nuestra misión de vida.
Aquellos momentos que logres estar en silencio, dedícalos a abrazar y confortar tu esencia divina.
Amarte a ti mismo es un acto de reconocimiento a tu origen divino. Incluso pese al dolor que te afecta, debes anteponer el bienestar de tu alma y espiritualidad sobre aquello que te lastima. Necesitas amarte a plenitud. Entrar en estados consolidados de silencio interior, te brindará la capacidad de reconocer que tu luz de origen y tu energía son perfectas y no debes permitirte sufrir indefinidamente por una herida emocional.
El agradecimiento que experimentarás tras una meditación o caminata de silencio interno, será factor fundamental para tu proceso de sanación.
Date permiso de soltar todo aquello que te pesa sobre los hombros. Reconoce la superioridad de la voz del universo y préstale tu atención. Ningún mensaje de energía pura, podrá entrar en tu vida, mientras te encuentres experimentando una pena. A veces creemos que algunas heridas nos rebasan y que son imposibles de superar. Pero si guardas silencio y escuchas, todas las respuestas y señales, estarán ahí para ti.
La madre tierra es el escenario perfecto para escuchar los mensajes divinos que la energía más pura te ofrece día con día
Mi maestro de meditación dice que abrazar un árbol o rodearse de naturaleza es formidable para aprender a guardar silencio interior. Las vibraciones energéticas del cosmos están presentes en todas las manifestaciones físicas de natura. La lluvia, el calor de los rayos del sol, la luz de las estrellas. El aroma y colores de las flores en tu jardín, pueden ser precursores de un estado de silencio interior.
Encuentra en la naturaleza tu conexión con la espiritualidad y guarda silencio. El silencio ha sido entendido por muchas generaciones como una bendición. Nos permite sanar internamente y conforta el alma. Practícalo y sus bondades cambiarán tu vida.
AUTOR: Kikio, redactora en la gran familia hermandadblanca.org
Para saber más:
¿ Y si me encuentro en el Silencio?
que lindo….lo practicare…muchas gracias..!!!
Que hermosa lección,,, shiiiiiiiiiiissssssssss