El verdadero poder de la constancia
Bienvenidos a una entrega más, queridos amigos de la Hermandad Blanca. Hoy tengo la inquietud de compartir con ustedes un poco sobre un tema que a mí siempre me ha fascinado y que además me ha permitido alcanzar logros importantes en la vida: la constancia.
Dicen que Roma no se hizo en un día. De hecho, la cuna de la civilización occidental tardó cientos de años en formarse. Y si nos queremos poner más metafísicos, según la tradición cristiana ni siquiera Dios todo poderoso pudo hacer al mundo en un solo día, se tomó siete de ellos y en cada uno hizo una cosa diferente.
Hasta el creador sabía que los grandes logros tienen que dividirse en metas más pequeñas para poder ser alcanzados con eficacia.
Y de eso va a tratar la entrada de hoy. De cómo la constancia y el saber administrar las acciones que nos llevarán a cumplir nuestras metas es el secreto más importante del éxito en todo lo que nos propongamos en la vida.
Vivimos en un mundo de inmediatez donde vemos grandes héroes y heroínas en el cine que salvan al mundo y hacen presentaciones de ballet perfectas y se convierten en espías internacionales que dominan siete lenguas y todos los tipos de artes marciales. Lo que la pantalla nunca nos enseña es todo el tiempo de práctica y esfuerzo que tales alcances necesitaron.
Y claro, es una cuestión de tiempo, pero eso nos deja con la impresión de que los logros se alcanzan a partir de escandalosos arranques de motivación y eso no es verdad. Si le preguntamos a un cocinero que acaba de hacer el mejor plato del mundo cómo lo consiguió, difícilmente va a decirnos que se trató de inspiración o de una particular explosión de esfuerzo. Lo más probable es que nos confiese que se debe a la constancia que ha tenido durante muchos años de ejercer.
El problema es que como vivimos con la falsa impresión de que las cosas son inmediatas, al ver que no nos salen a la primera simplemente pensamos que son imposibles o que no tenemos el talento necesario.
Si volviéramos a admitir que sólo a través de la constancia es que podemos alcanzar cosas importantes en la vida, quizá no nos daríamos por vencidos con tanta facilidad.
Por ejemplo, si una persona se siente atraída por la pintura al óleo, y pretende hacer una copia de la última cena en su primer intento, es una seguridad que al momento de darse cuenta que no lo logrará, se sentirá decepcionado y llegará a pensar que la pintura no es lo suyo.
Pero si esa misma persona se fija la misma meta a largo plazo, pero metas más realistas a nivel inmediato, como aprender a dibujar círculos bien hechos a combinar los colores, es muy probable que sí pueda ir alcanzando y acumulando estos logros día con días y además se mantendrá mucho más motivado, porque no partirá de una gran decepción, si no de varios pequeños reforzamientos anímicos.
Podemos tener mucha motivación de inicio para lograr cualquier cosa, pero no debemos confiarnos de esa motivación para alcanzar los resultados finales por que si sólo lo hacemos así, nos decepcionaremos muy pronto.
La constancia implica, además de no dejarnos llevar por la pereza y hacer todos los días lo que tenemos que hacer, tener la capacidad de visualizar nuestros objetivos a futuro como el resultado directo de nuestras pequeñas acciones diarias, y no subestimar el valor de las mismas si de verdad se hacen con disciplina y diligencia.
AUTOR: KIKIO, redactora de la gran familia hermandadblanca.org
PARA SABER MÁS:
La disciplina como camino a la felicidad. El arte de dominar la voluntad.
La pócima Mágica del Éxito, según Hércules: Acción, Amor, Disciplina, Coraje y Perseverancia