El problema del Ser y la Gnoseología- Parte 1
Esta es una pregunta propia de la gnoseología o teoría del conocimiento. El acto de conocer es un hecho primario, mediante el cual el Ser también se expresa intuitivamente y no admite demostraciones ni explicaciones, sino que es una experiencia inherente al existir consciente.
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El Ser, es aquella realidad que se trasciende a sí misma, comprende aquello que existe bajo el espacio (cuyo sustrato es la geometría) y el tiempo (que se sustenta en la aritmética) pero a su vez lo trasciende todo, siendo objeto también de la gnoseología.
En este sentido, también el perenne acrisolar de la conciencia humana participa del Ser, porque le permite su aprehensión y su pregunta.
¿Qué es la Gnoseología?
La gnoseología o teoría general del conocimiento, es la rama o disciplina metafísica que se encarga de estudiar el origen, la posibilidad y la esencia del conocimiento humano. Así como también las especies del conocimiento y los criterios de verdad usados en las ciencias.
En consecuencia, la epistemología científica se desprende de la gnoseología. El vocablo fue usado en éste sentido desde el siglo XVII. Sin embargo, su etimología viene del griego «Gnosis» que traduce «conocimiento».
También, la teoría del conocimiento versa en comprender las posturas filosóficas que han dado respuesta al problema del Ser.
Con el fin de hallar una coherencia y una validez de sus principios teóricos e interpretativos más idóneos para entender la realidad, acercándose más a «lo verdadero», por eso el conocimiento es perfectible y sujeto a cambios de paradigmas.
El Ser-En-Sí y la Gnoseología
Como se ha visto en las entradas anteriores, la metafísica es el intento de conocer a través de las facultades humanas, el Ser y sus relaciones con lo existente.
Siendo por consiguiente su objeto el Ser de los entes, pero ¿compete hallar lo que el Ser sea en sí mismo?
Esta es una pregunta propia de la gnoseología o teoría del conocimiento. El acto de conocer es un hecho primario, mediante el cual el Ser también se expresa intuitivamente y no admite demostraciones ni explicaciones, sino que es una experiencia inherente al existir consciente.
Digo lo anterior, porque no sería posible explicarle qué sería el color azul celeste o cobalto a un ciego de nacimiento, o lo mismo; no se podrían dar explicaciones satisfactorias frente a los fenómenos paranormales o viajes astrales, porque ellos se viven por la persona como un acto de intimidad.
Ahora bien, para arrancar el punto de partida de la metafísica desde la gnoseología humana, es necesario partir de los conocimientos dados por la intuición sensible: tener la sensación de todo aquello que se muestra a los sentidos, percibirlos y experimentarlos.
Pero, no solo se queda allí el hombre, compartiendo esta dimensión con los animales, sino que abarca el sistema de simbolización y traducción de lo experimentado en palabras por el acto cognitivo.
Por ende, no se conoce el ser en si mismo, sino la representación de lo que de él, se hace el entendimiento humano.
Asimismo, la transmisión de nuevos saberes e ideas a través del pensamiento y su aplicación para transformar la realidad, es una dimensión propia de lo que se denomina conocimiento objetivo, propias de las ciencias particulares que echan sus raíces en el ente ontológico.
Ahora bien, pensemos lo siguiente: Si se le atribuye que el Ser en sí mismo la esencia del Ente Divino, ¿qué ocurre con el Ser-en sí?; ¿acaso no se estaría reduciendo al Ente y a los atributos que el entendimiento humano le da a Dios: omnipotente, omnisciente, etc?.
En efecto, habría un reduccionismo del Ser en uno de sus modos de expresión: El ente racional contemplado como Dios.
De allí que, a lo largo de la historia se hiciera de los entes algo venerable, olvidando la apertura del Ser en-sí y terminando en un fanatismo que nubla la razón y la libertad.
¿Existirá un Ente privilegiado?
La metafísica como saber que trasciende a la ciencia, pregunta sobre todo lo que existe y aporta conocimientos e hipótesis comprobables solo en la praxis singular, valiéndose de la razón, la intuición y la experiencia.
Ahora bien ¿intuitivamente cuál sería el ente más privilegiado de todos?
Sin duda alguna, sería todos aquellos existentes que poseen consciencia de sí y del mundo circundante y de las diversas relaciones de todo lo que deviene.
Seria en parte, aquellos seres que pueden anclarse a un lenguaje, puesto que “mundo”, “cosa”, “algo”, “lo uno”, “lo bello”, “lo verdadero y “lo bueno” (los moddi essendi) corresponden a una idea, o ens rationis captado por un lenguaje y entendimiento desde el ens reale.
Entonces, serian privilegiados todos aquellos entes que son ontologizantes, es decir, que son capaces de inventar, reinventarse, y portar los modos del ser.
De ésta forma; tú eres un ente privilegiado, porque a diferencia de tu computadora, o tu mascota, puedes renovarte y ser cada vez más libre a medida que descubres el ser de tu ahora: Tu ψυχή (psique) o alma.
Esto, clásicamente se conoce como «consciencia trascendental» (o gnoseológica), porque a diferencia de la conciencia empírica, aquella posibilita la unificación de todos los contenidos materiales y perceptivos, apelando a la unidad e identidad del Ser de tu consciencia y de todo conocimiento posible, dando un sentido de infinitud y apertura existencial.
Y en ello, se despliegan figuras propias de la conciencia que deben integrarse, pasando por las sensaciones, percepciones, la autoconciencia, la conciencia infeliz, los símbolos oníricos y arquetipos de los complejos inconscientes.
De ésta forma, para el ser humano, su alma, constituye un misterio privilegiado en el acaecer de la existencia.
De igual manera su topología (según la psicología analítica) que se conforma en: lo inconsciente colectivo, lo inconsciente personal y lo consciente.
En lo consciente figura la consciencia, elemento constitutivo que se enlaza directamente al mundo.
Debido a lo anterior, «la consciencia Es siempre consciencia de algo» o en otros términos es intencional.
En consecuencia, no la tenemos materialmente como un órgano interno al estilo del corazón, o el hígado o el cerebro. Sino que es un acto mismo de apertura al mundo, que posee sus contenidos eidéticos.
El problema del Ser en Oriente
En última instancia el problema de gnoseología sobre el conocimiento del Ser-en-sí, atañe a toda la especie humana, por lo que se relaciona estrechamente a la filosofía oriental Taoísta de Lao-Tse. Se dice que nadie sabe lo que es el Tao, él mismo es un misterio. Por eso se afirma que:
«El tao que puede ser denominado tao, no es el verdadero tao»
Etimológicamente, el tao es un término usado por parte de la civilización china que traduce como “camino”, “vía”. Dicho «camino» es indeterminado y podría sugerirse que rige la alternancia de la dualidad y los contrarios.
No es de extrañar que el yin y el yang, configurase como el símbolo para acercarse al problema del Ser, para los orientales.
Pero si se encasilla en el lenguaje se perdería su misma esencia, y como en el caso occidental se confundiría el Ser con los Entes.
¿Qué es lo que conoce el hombre del Ser?
Bien es sabido en gnoseología por experiencia y reflexión que el hombre puede conocer del Ser; diversas realidades y entidades.
Pero ¿cómo lo hace? Parte principalmente de dos elementos que condicionan éste mundo material:
- La extensión (las cosas materiales y espaciales)
- y el pensamiento (como reflejo de la temporalidad y la aritmética).
La primera guarda estrecha relación con el cuerpo, con la sensación y la percepción y la segunda también con el cerebro y el Sistema nervioso central.
Empero, lo trasciende en las relaciones y sus contenidos y en su capacidad activa frente a la cosa (res), por lo que participa de la naturaleza (ens reale), pero más del pensamiento (ens rationalis) y puede transformarlo.
Sin embargo, hay otros atributos del Ser ya que él, es indeterminado y conformaría una sustancia con infinitos atributos –pero naturalmente conoceríamos solo esos dos-.
Así que una persona con otros tipos de percepción extrasensorial (que hipotéticamente pudiese estar relacionada a los niveles del inconsciente) podría intuir otros atributos, aspectos y contenidos que normalmente no se encuentran al alcance, como p.ej, el aura, fantasmas, o un vidente que acceda a cualidades del tiempo.
También, desde una perspectiva teórica, se podría decir que un ente no humano, como un extraterrestre o un ángel pudiese captar otros atributos de la substancia, que nosotros por nuestro confinamiento físico no podríamos aprehender con facilidad.
En función de lo anterior, parte de la filosofía medieval (en especial la de Tomás de Aquino) precisó y dio una explicación sobre el punto de partida metafísico del entendimiento angelical para diferenciarlo del nuestro.
De ésta forma, muy sabio fue el oráculo de Delfos de la civilización griega, al presentar la siguiente sentencia propia de la gnoseología:
“Hombre conócete a ti mismo y conocerás al universo y a los dioses”.
Porque dada la constitución del aparato psíquico y corporal, el hombre parte de tres aspectos por los cuales se expresa en Ser en su conciencia, a saber: El asombro, la Duda y la angustia de saberse finito ante lo infinito: La divinidad y el cosmos.
De modo que, cuando el hombre avanza y se arroja al estudio de su ser interior, conoce sus misterios, sus contenidos intencionales, y su piedra oculta para labrarla y empezar una renovación que le permite transformar su mundo en virtud de su facultad libertaria de la razón.
Por ello, también le compete conocer los principios ontológicos que permite discernir mejor al ser.
Pareciera que el Ser desde la gnoseología, es aquella condición que posibilita la realidad circunscrita a lo simbólico, lo imaginario y material, así como aquello que no puede ser introducido en éstas dimensiones:
Porque definir al ser es confundirlo con el Ente, como ya vimos en la entrada anterior y esto sería destruir conceptualmente al Ser. En definitiva compete al hombre conocerse a sí mismo principalmente.
Autor: Kevin Samir Parra Rueda, Redactor en la Gran Familia de Hermandadblanca.org
Fuentes:
- Burk, I. (2001). Filosofía. Una Introducción Actualizada. Caracas, Venezuela: Buchivacoa
- Wikipedia. Taoísmo. Documento en línea. Disponible en https://es.wikipedia.org/wiki/Tao%C3%ADsmo