El viaje interior: cómo iniciar un viaje de autodescubrimiento
El viaje interior es un viaje de auto descubrimiento. No es un viaje físico, sino espiritual, donde se ha de mirar hacia dentro de uno mismo.
Para realizar este viaje pueden utilizarse como guía ciertos mapas. El viajero, o “peregrino”, como se le llama habitualmente a quien emprende un viaje interior hacia un objetivo de autoconocimiento, puede basarse en enseñanzas y experiencias de otras personas.
Sin embargo, cada peregrino irá trazando su propio mapa, el que no tendrá un recorrido lineal, pues en este camino siempre hay retrocesos, círculos y obstáculos que le impiden avanzar y que en ocasiones vuelven al punto de partida.
Los obstáculos del peregrino en su viaje interior
En la literatura, existen muchas historias de viajes heroicos y comúnmente estas historias tienen un sentido de viaje espiritual. El héroe emprende un camino que lo llevará a descubrirse a sí mismo. En él, tropezará con obstáculos que pondrán a prueba su fortaleza.
Por lo general, la moraleja de estas historias es la importancia de saber aceptar las propias debilidades, de ser consciente de que el viaje es para fortalecerse, madurar, crecer. Un viaje nunca está exento de riesgos, pero el objetivo más importante no es no cometer errores, sino aprender de ellos.
Esa constancia, el no cejar ante las dificultades, es lo que produce las transformaciones y permite al héroe de la historia resolver los conflictos (internos). Es cuando logra comprender y eso lo conduce a continuar en el buen camino.
Este estado comúnmente suele ser una “liberación”. Es comprender por qué sucede lo que sucede, es reconocer nuestra unidad con el Universo y cómo somos quienes construimos nuestro propio destino.
Maestros para emprender un viaje de autoconocimiento
Un viaje de autoconocimento se debe emprender bajo la guía de un maestro. Esto no quiere decir que el ser humano no tenga las herramientas para hacerlo por sí mismo. Hay que recordar que esta transformación es interior y que depende de cada cual.
Este maestro puede ser una persona, pero también se considera un maestro a los autores que ya han fallecido y que nos han dejado sus enseñanzas. Leer es una forma de seguir un camino autodidacta, con la guía de grandes maestros.
Es decir, una persona puede iniciar un viaje de autoconocimiento sin salir de su apartamento en el centro de una gran ciudad. El viaje interior ha sido descrito por místicos en base a muy diversas tradiciones ancestrales, así como estudiosos, filósofos y psicoterapeutas de múltiples escuelas.
Algunos libros permiten al peregrino emprender los primeros pasos hacia un viaje interior de autoconocimiento. Algunas obras importantes son:
- Donde quiera que vayas, allí estás, de Jon Kabat-Zinn.
- Las «Analectas» de Confucio.
- Tao Te Ching, de Lao Tsé.
- El Océano de la Teosofía, de William Judge.
- El Libro de la vida, de Jiddu Krishnamurti.
- El Libro tibetano de la vida y la muerte, por Songyal Rimpoche.
- Libertad, de Osho.
- La Deidad, el Cosmos y el Hombre, de Geoffrey Farthing.
- La Doctrina secreta de H.P. Blavatsky.
- El Bhagavad-gītā.
Un viaje de actitud y consciencia
En este viaje hacia el interior es fundamental mantener la actitud correcta. El trabajar para mantener esa consciencia consiste en meditar, tener una actitud contemplativa, leer a los maestros u orar. Los medios para ello son una decisión personal, pero el objetivo en todos los casos es adquirir una mayor consciencia.
La meditación es una buena forma de no perder el rumbo en el camino y es una herramienta que permite concentrarse en lo esencial. Ya de por sí la meditación es un viaje interior hacia el autoconocimiento.
Hay quienes optan por iniciarse en un viaje interior identificándose con alguna religión. Este es también un camino hacia una mayor consciencia. Los preceptos de todas las religiones coinciden en seguir un camino hacia el despertar espiritual.
No obstante, sin importar la forma que una persona elija seguir un viaje interior, siempre debe vivirlo en primera persona. Este es un viaje que uno debe emprender solo y requiere de valentía y también de compromiso.
Porque no es suficiente con saber cómo se debe recorrer ese camino. También hay que comprometerse a vivir de acuerdo a esa nueva verdad, a esos nuevos conocimientos o experiencias.
¿Qué finalidad tendría seguir un camino espiritual si no se aplica la sabiduría adquirida en mejorar nuestra propia vida? La persona debe actuar de acuerdo a ello y esforzarse en que ese sendero que ha emprendido tenga un sentido trascendente.
Esto es posible por medio de la intención. La intención de mantenerse en el sendero, avanzar hacia el autoconocimiento y perfeccionarse día a día.
Conócete a ti mismo: Temet Nosce
«Conócete a ti mismo» es un aforismo griego atribuido a diversos sabios como Heráclito, Pitágoras y Sócrates.
En latín, es “Temet nosce”. Sea cual sea el idioma, esta es una frase que se menciona en todas las obras filosóficas de la Literatura Universal.
Conocerse a sí mismo no es una tarea fácil. Alejandro Magno decía que conocerse a sí mismo es difícil ya que pone en juego nuestra racionalidad, nuestros miedos y pasiones. Pero si uno logra conocerse a fondo, también comprenderá a los demás y entenderá la realidad que lo rodea.
Por eso es necesario comprender quiénes somos, cómo actuamos. Debemos conocer nuestras emociones, nuestros pensamientos y cómo influyen estos en nuestros comportamientos. Reconocer cómo vivimos es el primer paso hacia el autoconocimiento.
Si podemos dominar nuestras emociones y nuestros impulsos, podremos vivir de acuerdo a nuestras creencias. Si somos capaces de no dejarnos llevar por nuestros deseos, por el entorno y las apariencias de la realidad, podremos ser realmente libres.
Mediante el autoconocimiento podemos identificar nuestras capacidades y limitaciones. Esto nos ayuda a desarrollar lo bueno que hay en nosotros y a perfeccionar lo malo. Podremos actuar en todas las circunstancias con calma, tomando mejores decisiones que pueden influir de forma muy positiva en nuestra vida.
Autoconocimiento y aceptación
Aceptarse a uno mismo es uno de los desafíos a los que debe enfrentarse el peregrino que se adentra en un camino de autoconocimiento. No es fácil aceptar los propios defectos, pero es una habilidad que se puede aprender.
Es muy fácil aceptarse a uno mismo cuando las cosas salen bien. La dificultad radica en aceptarse cuando uno se equivoca, cuando vive una vida que no desea, cuando sufre. Pero aceptarse pese a todo es fundamental y es quizás la clave más importante para avanzar en la senda del autodesarrollo.
Es esencial comprender que es más sencillo aceptarse si las cosas salen mal pero uno ha hecho todo lo que estaba a su alcance. Si ha habido un fallo, hay que reconocer que todo tiene un porqué.
Quizás lo que aparentemente parezca malo tenga su lado positivo. Esta es una filosofía que contempla nuestras vivencias como esenciales para nuestro desarrollo.
¿Qué experiencia necesitamos para crecer?
La que estamos viviendo en este mismo momento.
A partir del conocimiento de que aceptarnos tal como somos es esencial para nuestro desarrollo podremos sacar algunas conclusiones.
El autoconocimiento nos permite actuar cada día de forma más consciente. Nos ayuda a vivir de forma más intencional, eligiendo en cada momento qué es lo importante. Y actuar de esa forma nos ayudará a aceptarnos a nosotros mismos.
Recorrer este camino es una decisión que debemos tomar en cada momento de nuestra vida. El viaje interior nunca se acaba, pues nunca dejamos de aprender, de evolucionar y de ser peregrinos en un viaje maravilloso, nuestra propia vida.
Visto en Maribelium, por Pedro, redactor de la Hermandad Blanca
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Muchas gracias Pedro, es de gran ayuda este mensaje, tengo muchas ideas en mi cabecita racional. Me cuesta ponerle el corazón a mi razón. Estoy desemvolviendome espirtualmente yme gusta leer este tipo de articulos porque me ayudan a profundizar en mis propias ideas. Ademas que me declaro una aprendiz constante.
un abraso muy lindo mensaje