Conocimiento superior (6) emociones y motivaciones
Conocimiento superior (6) emociones y motivaciones
Introducción: Conocimiento superior (6)
Después de los artículos sobre cómo adquirir el conocimiento de los mundos superiores, vamos a tratar de resolver algunas preguntas.
Hemos estudiado que hay relación entre los pensamientos y las emociones. También que estas emociones deben ser convertidas en sentimientos por medio del arte y del altruismo.
Hoy vamos a tratar de entender como las emociones usan ciertos motivos para desencadenarse. La expresión se presenta muy a propósito. Es como si las emociones estuviesen en una caja de pandora y debido a un motivo se liberasen. En el caso de la caja de pandora, el motivo fue la curiosidad de ver que había en la caja.
Muchas veces dejamos liberar las emociones por un recuerdo o por una noticia. El gran avance que hemos hecho es saber que ese motivo no es la causa. Ahora reconocemos que la causa es que no hemos domesticado esas energías que están dentro de nosotros.
A partir de ahora no culpamos a los demás por nuestras emociones. Observamos estas emociones y estamos dispuestos a convertirlas en sentimientos nobles.
Vamos a profundizar el tema.
A partir de ahora no culpamos a los demás por nuestras emociones. Observamos estas emociones y estamos dispuestos a convertirlas en sentimientos nobles.
Conocimiento superior (6) emociones y motivaciones
Emociones y motivaciones
La mayoría de estos ejercicios los hemos tomado de Rudolf Steiner en su obra ¿Cómo se adquiere el conocimiento de los mundos superiores? Sin embargo, vamos a reflexionar sobre algunos elementos que tienen más que ver con el trabajo de Schopenhauer.
En esta ocasión nos vamos a dedicar a ver la relación entre las emociones y las motivaciones. Cuando surge una emoción siempre tenemos un motivo para justificarla. Por ejemplo, recordamos que alguien realizó un juicio que nos parecía injusto o interesado.
Al momento surge en nosotros una emoción y el deseo de una acción. Digamos que deseamos hacer pública la injusticia. Sabemos que no lo vamos a hacer. Sin embargo la emoción ya está allí y pide que se aumente el motivo para seguir expresándose.
Conocimiento superior y arte
Si hemos leído trabajos como los de Steiner, comprendemos que esas emociones deben ser sublimadas y convertidas en arte y en amabilidad. Sin embargo, seguimos sintiendo la emoción y está exige su espacio. Queremos continuar pensando en la injusticia y no nos damos cuenta que es solo una justificación para el desborde emocional.
¿Cómo podremos parar? Ya hemos hacho referencia a los ejercicios que propone Steiner. Nos habla de observar objetos y prestarle atención a nuestros pensamientos y a nuestras emociones. Lo importante no es el objeto. Lo importante somos nosotros como caja de resonancia. Así que al final debemos olvidar el objeto y centrarnos en nosotros.
Este ejercicio no va a servir de mucha ayuda en el momento en que nos descubrimos con una emoción que no se quiere ir. Recordamos el ejercicio que hemos hecho y nos damos cuenta que debemos separar el motivo, de la emoción.
El motivo es el objeto que provocó la emoción. En este caso el objeto es el recuerdo de alguien que hizo un juicio injusto.
Tenemos que prestarle atención a nuestra emoción sin tomar en cuenta el motivo. Dicho en otras palabras, Le quitamos a la emoción el motivo, pero la seguimos observando.
Recordamos que según Steiner los pensamientos y las emociones son cosas que influyen unas sobre otras. Vamos entonces a observar como esa emoción actúa en nosotros. Como nos roba nuestra energía.
Tenemos que prestarle atención a nuestra emoción sin tomar en cuenta el motivo. Dicho en otras palabras, Le quitamos a la emoción el motivo, pero la seguimos observando.
En la medida en que continuamos con este ejercicio, descubrimos que la emoción es independiente del pensamiento, aunque estaban aliados. Al observar la emoción, sin el pensamiento que la provocó, vemos como pierde el control que tenía sobre nosotros. Podríamos decir que a esa emoción no le importaba se pensamiento en particular, solo era una excusa un motivo para quitarnos energía.
Ahora podemos recordar que Schopenhauer habla de que hay una voluntad que quiere. Podemos ahora preguntarnos ¿Qué quiere esa emoción? Quiere usar nuestra energía para expresarse. Todos los seres quieren. La emoción también quiere. El asunto es que podemos convertir a ese ser salvaje en una mascota que nos ayude y a quien podamos cuidar. Así que el tema es como domesticar nuestras emociones.
La emoción usa al motivo
Ya vimos que la emoción surge, en este caso, por que usa al pensamiento como un motivo. Nos referimos a un recuerdo en el que alguien hizo una observación que nos pareció injusta y ese recuerdo produjo un deseo de actuar y denunciar la falsedad, pero además, produjo una emoción.
Así que la emoción utilizó al motivo como una excusa para robarnos nuestra energía. Es como el ladrón que nos distrae para que veamos a otro lado y no nos demos cuenta que nos está robando. Es solo una omagen, pero nos ayuda a expresar la odea.
Lo que necesita la emoción no es el motivo. Lo que necesita es nuestra energía. En nuestro ejemplo, podemos decir que nos quedamos embelesados viendo el pensamiento, sin darnos cuenta de los destrozos que está haciendo la emoción. La emoción necesita al motivo para surgir, pero luego e expresa sin control.
Podemos imaginar que en el momento en que derrochamos nuestra enegía, la emoción se alimenta de ella. Así como tenemos un cuerpo físico, también tenemos un cuerpo emocional, que quiere alimentarse. La idea no es matar las emociones.
Sería como el campesino que al ver que las aves se comen la cosecha, decide quemar la cosecha. De esta manera los pájaros no se comerán los frutos, pero el perderá todo su trabajo. Otro campesino más hábil pensará en cómo salvar su cosecha.
¿Cómo vamos a proteger nuestra energía?
Hemos visto que las emociones se alimentan de nuestra energía y no nos dan nada a cambio. Pero las emociones también pueden ser útiles para desarrollar nuestros sentidos. Para esto necesitamos nuevos motivos. El pianista y el violinista logran que sus emociones se conviertan en sensibilidad musical. Esas emociones que no estaban bajo control, ahora se están adaptando a las exigencias del dueño de la casa.
Podemos relacionar ciertos pensamientos con determinadas emociones. También podemos observar a esas emociones de manera independiente de esos pensamientos.
Podemos cambiar esos pensamientos por otros que no sean de crítica y obligar a la emoción a adaptarse a las nuevas situaciones como puede ser el mundo artístico. Estamos enseñando a las emociones a tener motivos más elevados y por lo tanto a expresarse de manera sublime.
las emociones se alimentan de nuestra energía y no nos dan nada a cambio. Pero las emociones también pueden ser útiles para desarrollar nuestros sentidos.
Sigmund Freud afirmaba que impedir la expresión de las emociones solo hacía que la locura se expresase de otra forma. Lo que estamos proponiendo no es impedir el paso de las emociones, sino crearles nuevos caminos de expresión. No es cerrarle el paso al río, sino desviar su curso hacia lugares que serán más beneficiosos para las plantas, animales y seres humanos.
Cambiar el curso de un río exige estudio, paciencia y trabajo. De igual manera, cambiar el curso de las emociones exige estudio, paciencia y trabajo. Entre estos trabajos está el de tener pensamientos listos para cuando estemos propensos a divagar.
Esos pensamientos son muy útiles para esos momentos en que nos demos cuenta que estamos dejando desbordar nuestras emociones. Es una forma de detener el derroche emocional. Tan pronto la emoción deje de tener un motivo, se calma. Podemos presentarle nuevos motivos. Cuando estos motivos son nobles, la emoción aprende a adaptarse y a sublimarse. Es decir, a convertirse en sentimiento.
Conocimiento de la Voluntad
Así que tenemos energía, que es una imagen para lo que Schopenhauer denomina Voluntad. Esta energía es como una batería que trata de expresarse. No quiere nada en específico pero se expresa a través de todo lo que se conecte a ella. Si conectamos un bombillo, se encenderá. Si conectamos un radio, podremos escucharlo, si conectamos una nevera enfriará. Esa energía se expresará a través del medio que se conecte a ella.
Si permitimos que las emociones descontroladas se conecten a nuestra energía llegaremos a la locura, pero si afinamos nuestra sensibilidad nos haremos artistas, altruistas o lograremos metas muy elevadas del desarrollo espiritual.
Las emociones se controlan por el pensamiento, creando los motivos nobles que las van a encausar. Esto exige trabajo. Tendremos que desarrollar capacidades artísticas. Tendremos que estar más atentos a las necesidades de nuestros compañeros para serles útiles.
Jorge Adoum afirma que pensar en lo bueno atrae los buenos deseos.
Es necesaria la paciencia y la constancia. Sobre todo es necesario estar muy atentos para no alimentar más a nuestras emociones. Además saber que la solución no es impedirles el paso, sino que se expresen por caminos que nos sean útiles para nuestro crecimiento.
Nuestras emociones son como animales que debemos domesticar. Si las dejamos en total libertad, se harán salvajes y nos devoraran. Si las educamos, serán nuestras servidoras.
Ejercicios para adquirir conocimiento superior
Podemos revisar algunos ejercicios dados en los artículos anteriores a la luz de la explicación de hoy.
Cuando observamos una semilla y le prestamos atención a las emociones que surgen en nosotros, estamos educando nuestras emociones. Nosotros estamos acostumbrados en el sistema escolar a observar los objetos, sin involucrar nuestras emociones. Este ejercicio es diferente.
Lo que importa aquí son nuestras emociones, no el objeto físico. En la medida en que nos observamos nos estamos conociendo mejor. Con un mayor conocimiento de nosotros mismos, tendremos mayor poder para tomar decisiones.
Tal vez lo más importante es que nuestras emociones comienzan a responder a nuestras insinuaciones. No es que les damos órdenes, sino que les damos nuevos motivos para actuar. Steiner propone, entre otros ejercicios, que tomemos una semilla y pensemos en todo su potencial. Nos damos cuenta que esos pensamientos están relacionados con ciertas emociones y sentimientos. Surge entonces una comunicación con nuestro interior.
Tal vez lo más importante es que nuestras emociones comienzan a responder a nuestras insinuaciones. No es que les damos órdenes, sino que les damos nuevos motivos para actuar.
Descubrimos que hay una relación entre nuestros pensamientos y nuestras emociones o sentimientos. Entonces comprenderemos que con nuestro pensamiento podemos hacer surgir las emociones más bajas o los sentimientos más sublimes.
Podemos imaginar que las emociones son como animales salvajes que están en nuestra selva. Nos vamos acercando a ellos poco a poco. Con el tiempo se acostumbran a nuestra presencia y llega un momento en que descubrimos que nos estamos comunicando. Ahora podemos darles alimento más sutil y lo recibirán confiados. Nadie dice que es un trabajo rápido y fácil. Pero es posible.
Nuestras emociones necesitan de nosotros para subsistir. Pueden robarnos nuestra energía y apabullarnos o podemos ser nosotros quienes les enseñemos a alimentarse y entonces nos serán muy útiles.
Podemos imaginar que las emociones son como animales salvajes que están en nuestra selva. Nos vamos acercando a ellos poco a poco. Con el tiempo se acostumbran a nuestra presencia y llega un momento en que descubrimos que nos estamos comunicando. Ahora podemos darles alimento más sutil y lo recibirán confiados.
Las emociones atraen ciertos pensamientos.
Podemos observar que no siempre son los pensamientos quienes atraen a las emociones. En ocasiones primero sentimos la emoción y luego comenzamos a buscar pensamientos que justifiquen esa emoción.
Por ejemplo, debido a una situación que vemos en televisión sentimos la emoción de miedo y comenzamos buscar posibles situaciones en las que podamos sufrir las mismas consecuencias. Esto refuerza nuestro sentimiento de indefensión. Vemos cómo puede haber una interacción entre la emoción y el pensamiento.
Si estamos conscientes de este proceso, tan pronto como descubrimos que nuestras emociones se están desbordando, debemos buscar pensamientos nobles que cambien las imágenes que están reforzando esas emociones. Entonces surgiran emociones que al concordar con los pensamientos nobles, también serán nobles. Ya no serán emociones desordenadas, serán sentimientos elevados.
Entonces surgiran emociones que al concordar con los pensamientos nobles, también serán nobles. Ya no serán emociones desordenadas, serán sentimientos elevados.
En síntesis
Hemos visto como las emociones desgastan nuestras energías. Este proceso ocurre normalmente de manera inconsciente. Solo lo percibimos en el momento en que estamos con alguna emoción como la rabia. Pero en ese momento, ya es tarde hemos perdido nuestra energía.
Ese desgaste de energía normalmente se justifica con algún motivo. El motivo es otro ser que nos ha producido esa emoción. Estos ejercicios que se han propuesto muestran que el motivo es solo una justificación. Es cierto que esos motivos ha permitido la descarga, pero también es cierto que esa emoción habría surgido por otra vía.
El trabajo nuestro es aceptar que tenemos emociones en estado salvaje que están buscando la manera de expresarse. No podemos evitarlas, pero si podemos dirigirlas.
Si las convertimos en sentimientos, por medio del desarrollo de nuestra sensibilidad, vamos a beneficiarnos de esas energías.
Así que la idea no es luchar contra ellas, sino desarrollar nuestras capacidades artísticas y de altruismo para que se puedan expresar con nobleza.
A partir de ahora sabemos que cuando tenemos deseos de expresar una emoción contra alguien, lo que estamos es buscando un motivo para justificar esa emoción. Lo primero es dejar de criticar a esa persona y la emoción poco a poco se va a tranquilizar al no tener el motivo.
Si aprendemos a hacer esto ya hemos dado un paso muy importante. Si nos observamos veremos que en este caso la tentación de criticar tiende a repetirse, pero si estamos conscientes vamos a refrenarnos e incluso vamos bendecir a esa persona con lo cual le estamos dando una salida a esa emoción.
Este descubrimiento nos permite lograr un avance en nuestra vida. Incluso si no tenemos interés en el conocimiento superior siempre será de gran ayuda para nuestra vida cotidiana.
Si nos observamos, veremos que la tentación de criticar a alguien tiende a repetirse, pero vamos a refrenarnos y a bendecir a esa persona con lo cual le estamos dando una salida a esa emoción.
Referencias
Rudolf Steiner¿Cómo se adquiere el conocimiento de los mundos superiores? En inglés
Jorge Adoum Las llaves del Reino Interno
José Contreras redactor y traductor en la gran familia de hermandadblanca.org
Los Arcanos Menores del Tarot Rider
Los misterios de los Arcanos Mayores
Filosofía de la libertad Rudolf Steiner (6) La imaginación moral
Estoy muy agradecida por estas seis publicaciones, realmente son una guía para el camino espiritual (empezar a caminar!!). Le envío un saludo cordial!!
Muchas gracias Marina Santos. Le envío muchas bendiciones.
Muchas gracias por este mensaje
De gran ayuda para mi desarrollo emocional para aprender como controlar mis emociones.
Gracias por volver á mandarme las notificaciones.
Gracias Isaias Gomez. Todos estamos en este camino.
Muchas gracias por este mensaje
De gran ayuda para mi desarrollo emocional para aprender como controlar mis emociones.
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