Ejercicios para la espiritualidad
Existen unos ejercicios que favorecen el crecimiento espiritual. De hecho cualquier ejercicio al que nos enfoquemos con esa intención, y por la misma intención/acción nos puede ayudar.
Por un lado disponemos de los que se alargan en su tiempo de aprendizaje como meditaciones, yogas, tai-chi , chi kungs, y por el otro ejercicios puntuales que pueden ayudar a la concentración energética en un momento determinado como son los de limpieza, conexión con nuestro yo superior, renaceres, re conexiones con tierras y plantas o transmutaciones, entre otros.
construir a partir de lo que ya está establecido
Todos tienen una cosa en común, se transmiten de unos a otros siguiendo unas normas. Y aquí es donde quiero invitarte a profundizar un poco. Es difícil expresar esto sin crítica negativa y por eso a parte de pedir disculpas, quiero especificar que la intención que activo, no es otra que construir a partir de lo que ya está establecido, no destruir esa base.
A parte de que confío en que a cada uno nos llegan las palabras en el momento en que las necesitamos.
En referencia a los ejercicios; son traducciones realizadas ante las necesidades que hemos planteado en diferentes momentos de nuestra historia. Necesidades de una o varias personas que se van materializando en una concreción. A esta concreción se le van empezado a entregar horas y energías en forma de práctica hasta resultar una técnica concreta y de la que, después se va transmitiendo de unos a otros. Repitiéndola una y otra vez automatizándola aquí es donde me gustaría pedir un espacio en tu tiempo y sentir: La base de cualquier ejercicio espiritual puede ser la misma para todos, pero la práctica da sus mejores frutos hace una simbiosis. Con otras palabra; repetir lo que otro hace limita el sentido de esa práctica porque no ha nacido en uno sino que se esta repitiendo lo de otro. Y repetir puede ser un freno por enfocar el esfuerzo en imitar y no en crear que es para lo que hemos venido. La evolución implica un crecimiento constante, por esta razón, sin una simbiosis entre nuestro ejercicio y nosotros no hay evolución.
Recuerdo una conversación donde se planteaba si era mejor hacer meditación sentados, estirados, de pie o en movimiento. Uno de los presentes defendió que estirado se dormía y otro le replico que quizás era lo que le tocaba. Otro de los presentes argumentó que la meditación activa impedía aproximarse al máximo de las propias posibilidades, pues el movimiento necesita de recursos y así, tantas opiniones como personas.
En definitiva, que todos tenían y tienen su razón, a mi me vino la imagen de que estirados o sentados, se alinean igual los chacras puesto que más allá de la tierra, estamos integrados en un universo multidimensional y a partir de ahí sentí que las norma serán limitaciones y que cada uno tenía que encontrar su proceso adaptando las herramientas generales a el mismo.
Antes de poder compartirlo hice unas prácticas para sentir si esto podría ayudar y el resultado ha sido de gran plenitud. No voy a poner ningún nombre a esta técnica de libertad pues entraríamos en el mismo proceso limitante. Además, todos podemos hacer lo mismo con la práctica que más nos atraiga, solo tenemos que darnos permiso para aventurarnos a crecer.
La primera vez que lo probé fue con un ejercicio de limpieza de los chacras y adyacentes:
Ejercicio de práctica:
Nos quedamos de pie y reclamamos la presencia de nuestro yo superior;
bola de energía blanca
Imaginamos que desciende una bola de energía blanca y entra dentro nuestro a la altura de la frente, haciendo espirales va limpiando toda esa zona y sale por la base de las cervicales y asciende hacia arriba.
A continuación esa bola baja hasta la altura de la garganta, entra dentro de nosotros y sentimos como limpia ahora esta zona con el mismo movimiento de espirales. Pasado el rato que se sienta, sale por la parte opuesta de nuestro cuerpo y asciende de nuevo.
Vuelve a descender delante de nuestro corazón, limpia toda la zona torácica y sale por la espalda para ascender de nuevo.
Ahora a la altura del estomago limpiando toda la zona y asciende.
A continuación hacemos lo mismo en nuestra zona genital y asciende.
Ahora, sentimos como encima nuestro, a medio metro más o menos, se produce una expansión energética y cae un manto como de lluvia plateada que nos va cubriendo la cabeza, hombros, tórax y así hasta los pies, una vez allí sigue como un hilo hasta dentro de la tierra donde nos anclamos. Anclados por los dos lados, no encontramos como en una vaina, nos situamos como en suspensión y nos sentimos en armonía. Después abrimos los ojos lentamente y nos vamos situando nuevamente en esta dimensión.
Este ejercicio es para cargarnos energía a primera hora de la mañana, limpiar los restos de nuestros desplazamientos nocturnos y empezar limpios el día. Su periodicidad se recomienda diaria.
sin provocar ni esperar nada
Cuando empecé, lo hice tal como me lo enseñaron durante unas semanas, sin provocar ni esperar nada, hasta un día en que la bola cambió de color y sentí dejarme ir. Después no era una sino más bolas, y así sucesivamente fueron pasando cosas nuevas a medida que me daba permiso para sentir esa práctica como parte de mí.
Aprendí que la practica en si tiene una conciencia propia que se establece entre uno mismo y el movimiento de la energía que se produce. Atendiendo que si en nuestro estado subatómico somos energía y el ejercicio se compone de energía también, entonces la mezcla de las dos debería ser una tercera resultante, única e irrepetible por la suma única de como mínimo, uno de sus factores: Yo.
Prefiero no regocijarme en las cosas que fueron pasando, para no condicionar a nadie y que cada uno pueda sentir y de paso sea dicho, para no alimentar mi ego.
En conclusión, me nace que aprender un ejercicio de crecimiento es como andar pero después hay que empezar a correr, saltar y dar volteretas por uno mismo, y si se puede; Intentando salvar la parte egoica de poner un nombre a cada evolución ya que todos somos uno y las herramientas las mismas. Cuando leo nombres de técnicas personalizados me siento triste por esa necesidad de personalizar algo que no es nuestro y solo es la suma de algo prestado en simbiosis con nosotros mismos.
Gracias por este tiempo que hemos compartido.
AUTOR: David Trias, redactor de la gran familia de hermandadblanca.org
Muy bueno, es verdad todos los ejercicios y meditaciones que hago no las hago igual de cuando las empeze. Cada uno va evolucionando con sus ejercicios, cuando ya los tienes integrados y los entiendes ya puedes jugar con ellos. Un abrazo gracias.