Padres tóxicos parte II: 10 elementos para identificar a una madre asfixiante
Bienvenidos, queridos lectores de la gran familia de Hermandad Blanca, a esta segunda parte de la entrega de padres tóxicos. En el artículo anterior, “padres tóxicos parte I: 10 elementos para identificar a un padre sádico”, exploramos un poco las particularidades de este tipo de padres.
En esta entrega nos dedicaremos a los elementos para poder identificar a una madre asfixiante.
Como lo comentamos en la entrega pasada, identificar a un padre tóxico es sumamente complicado para los hijos. Pues aunque terceros pueden darse cuenta de que el estilo de crianza no es muy adecuado, los hijos de padres tóxicos crecen internalizando esta forma de relacionarse y lo interpretan como la normalidad. Además, los padres tóxicos tienden a encargarse de que sus hijos se sientan profundamente culpables al cuestionarlos.
Las madres asfixiantes no son la excepción, y son, quizá, quienes más impiden a sus hijos darse cuenta de la dinámica enfermiza que mantienen con ellos, pues generan una polaridad extremosa entre el bienestar y la ansiedad que le generan a sus hijos. Las madres asfixiantes han sido también definidas como madres sobreprotectoras, controladoras, demandantes de atención, posesivas y chantajistas.
El común denominador que las vincula es su rotunda negativa a permitir que los hijos se independicen financiera, emocional o intelectualmente de ella. Y para tal fin, de manera inconsciente, se vuelven ellas mismas un obstáculo para que el niño desarrolle las habilidades que necesitará para ser autónomo en la vida.
Existen muchos tipos de madres asfixiantes, pero por lo general, sus hijos tienen una incapacidad muy acusada para desvincularse de ellas. Contrario a lo que se podría pensar, este tipo de relaciones se caracterizan más por la co dependencia que por el afecto y el bienestar, así, vemos con frecuencia hijos y madres que viven en constante conflicto pero que son incapaces de tomar distancia. Algunas de las características de las madres asfixiantes son:
1.- Es controladora:
Esta es una de las características comunes a las madres asfixiantes. Para ellas, la necesidad de controlar cada pequeño aspecto de la vida de sus hijos es abrumadora, y no saben manejar alteraciones de ningún tipo en su rutina de alimentación, sueño o deberes escolares. Esto deriva de que cada actividad en la que el niño comienza a auto regularse, le anticipa una separación futura de carácter definitivo en la cual su hijo se volverá completamente independiente de ella.
El control excesivo por parte de una madre asfixiante, lleva a los hijos a desarrollar una tolerancia muy baja ante las situaciones que no puedan anticipar y a perder cualquier sentido de la espontaneidad.
2.- Es sobreprotectora
Una madre sobreprotectora se caracteriza por evitar que su hijo se tope con cualquier tipo de peligro, real o imaginario. Todas las madres, por instinto, buscan proteger a sus hijos y eso es bastante normal. Sin embargo todo tiene un equilibrio, y también es necesario que el niño se caiga de vez en cuando para que aprenda a levantarse por su cuenta, además de que genere un sentimiento de confianza en sus propias habilidades.
Cuando una persona ha sido criada por una madre sobreprotectora, es muy común que desarrolle un sentido de miedo a todo y que se sienta verdaderamente incapaz de afrontar dificultades que otras personas superan con normalidad a lo largo de su vida.
3.- Es chantajista
En este sentido, el chantaje puede definirse como la necesidad de generar una sensación de culpa en otra persona cuando hace algo que no nos parece. En el universo de las madres chantajistas, estas conductas aparecen siempre que el niño desea hacer, o dice cualquier cosa, que la madre sienta que lo desvincula de sí misma. El chantaje aparece en forma de reproches que normalmente acusan al hijo de ser malagradecido, y enaltecen su propia figura como una madre abnegada que lo ha dado todo y que no se merece ser tratada de esa manera.
Las madres chantajistas crean hijos culpables, incapaces de defender sus posturas y sobre todo, de desagradar a otras personas y de decir que no.
4.- Es bipolar
La madre asfixiante es bipolar en el sentido de que, tan fácil castiga injustamente a sus hijos, como los recompensa excesivamente. Esta conducta logra que los polos de bienestar y ansiedad que pueda causar una madre se vuelvan mucho más extremosos, y que el niño viva en un estado de ansiedad permanente, pero también de veneración irreal hacia su madre.
5.- Se hace la víctima
Esta es una parte fundamental de las conductas de la madre asfixiante. A diferencia del chantaje, no tiene como objetivo generar culpa, si no piedad, además de aislar emocionalmente el sistema madre-hijo del resto del mundo. Es una postura muy común en madres solteras, divorciadas o viudas, que permanentemente generan en sus hijos la percepción de que el mundo ha sido profundamente injusto con ellos o de que está “en su contra”.
Al enseñarle al niño que el resto de las personas son malas o crueles, éste desarrolla rencor y miedo patológico a todas las figuras que no sean su mamá. Al final, esto limita enormemente su capacidad de integrarse a un círculo social amplio y saludable.
6.- Sobredimensiona los logros de sus hijos
Pequeños logros, como una boleta de calificaciones elevadas o un primer lugar en un recital de piano, son sobredimensionados por este tipo de madres, que los consideran logros trascendentales en las vidas de sus hijos y les transmiten esa idea errónea. El punto, como pudiera llegarse a pensar, no es alimentar el ego del niño, su no hacerle sentir que “ya alcanzó los logros que tenía que alcanzar”, de tal manera que no se sienta motivado a alcanzar otro tipo de metas que a la larga redundarán en el hecho inevitable de que se independice.
7.- Evita que el niño persiga sus propios intereses
No es poco frecuente encontrar que los hijos de este tipo de madres desarrollan los mismos intereses y pasatiempos que éstas. Pero la realidad es que no es normal que los pasatiempos principales de un niño o niña sean el bordado, la canasta y la cocina. La madre asfixiante procurará que el niño no desarrolle intereses que puedan alejarlo de ella.
8.- Es demandante
Todos sabemos que así como los padres tienen obligaciones con sus hijos, los hijos tienen obligaciones con los padres. Pero las madres asfixiantes llevan esto a un nivel patológico, exigiéndoles a sus hijos atenciones y obligaciones que exceden por mucho el hecho de portarse bien y de sacar buenas notas.
Estos niños pueden verse obligados, y verdaderamente sentir que es su deber, acompañar a sus madres en todo momento y procurarles cada pequeño capricho.
9.- Vive a través de sus hijos
La madre asfixiante por lo general tampoco desarrolla intereses propios que no tengan que ver directamente o que no pueda compartir con sus hijos. Sus conversaciones tienden a ser monotemáticas y a girar en torno a ellos, en lugar de tener un adecuado sentido de sus propios logros y pasatiempos.
10.- Impide que el niño aprenda a valerse por sí mismo
La madre asfixiante se esconde tras un disfraz de madre consentidora o condescendiente para evitar que sus hijos aprendan las habilidades básicas que requieren para valerse por sí mismos. Es común encontrar que esta clase de niños crecen y a sus treinta años son incapaces de preparar su cena, ordenar su recámara u usar el lavarropas.
Más adelante, exploraremos cómo puede un adulto identificar y desvincularse de la relación patológica con una madre asfixiante para poder adquirir su autonomía emocional.
KIKIO, redactora en la gran familia de hermandadblanca.org
PARA SABER MÁS:
Siento que mi madre tiene mucho de algunos puntos, mas de uno que de otros, necesito salir de la casa urgentemente, extrañaré a mi papá muchísimo, pero creo q e es ya super necesario. Si hubiera una fórmula mágica para arreglar el vínculo, lamentablemente mi abuela es una tóxica y mi mamá sigue la misma línea de trauma y educación, solo quiero poder No ser como ellas cuando tenga mis hijos
Rosa Herrera Silvia Herrera